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Qué son los textos argumentativos

Saber aprovechar todos los recursos que nos facilita la lengua es importante para lograr nuestros objetivos. En este sentido, los textos argumentativos son muy importantes, especialmente en ciertos casos, cuando queremos convencer a alguien de nuestro punto de vista o vender algo. Pero, ¿qué son y para qué sirven?

El texto argumentativo tiene un objetivo principal, convencer o defender una opinión o criterio siempre desde el punto de vista de la justificación y la razón. Es decir, que tiene como fin el llegar a persuadir al receptor.

Pero, ¿cómo se convence al receptor? Básicamente hay dos herramientas importantes. Una es la argumentación, que no se ofrece en estado puro, pero busca demostrar a través de ideas. Luego, se combina en segundo orden con la exposición, que se centra en mostrar. Es decir, que apela al receptor desarrollando argumentos a los que luego se hace referencia de su utilidad y lógica. Así es como se intenta disuadir al oyente.

Por ello, un buen texto argumentativo debe presentar argumentos, tanto a favor como en contra, para dejar clara la problemática a tratar. Una vez expuestos, y de forma coherente, lógica y cohesionada, se explica por qué la opción defendida es la ideal y sensata.

Así pues, este tipo de textos argumentativos se utilizan en una gran diversidad de situaciones, aunque son especialmente importantes en el mundo científico y en el filosófico. No obstante, también poseen gran validez en el ensayo, igualmente que en otros aspectos de la vida política y judicial. También los podemos encontrar en textos periodísticos, principalmente en columnas de opinión, y en los mensajes publicitarios.

Lo lógico y sensato es que este tipo de textos tenga también amplia presencia en debates, mesas redondas y coloquios, aunque nos siempre se usa tanto como debiera.

Partes y tipos de textos argumentativos

En los textos argumentativos distinguimos dos partes básicas. Por un lado, deben presentar una tesis, donde se muestran los argumentos y fundamentos. Luego, encontramos una conclusión o síntesis a razón del desarrollo planteado.

En el mundillo del texto argumentativo encontramos diversos tipos de razonamientos y exposiciones. Por ejemplo, el razonamiento por analogía, estableciendo semejanzas entre conceptos.

Otro tipo de razonamientos son por generalización, a raíz de diversos casos similares y comunes, por signos, para establecer la existencia de un fenómeno, o por causa, explicando conexiones causales.

Así que, cuando quieras convencer a alguien de tus tesis y posiciones, ya sabes, el texto argumentativo es fantástico para comenzar a justificar tu forma de pensar o ver el mundo.


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