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Qué son y cómo contribuyen al efecto invernadero

En la Unión Europea el transporte es responsable de más del 30% del total de emisiones de CO2. En los últimos años se han disparado las emisiones, favoreciendo el efecto invernadero y la destrucción del medio ambiente. Así, son muchas las empresas que están implantando programas para reducir el dióxido de carbono que emiten a la atmósfera.

¿Qué es el CO2?

El CO2, o dióxido de carbono, es un gas denso, incoloro que se encuentra en la troposfera, la capa de la atmósfera que se encuentra más próxima a la Tierra.

Las moléculas de este gas se componen de un átomo de carbono y dos de oxígeno. Es hidrosoluble cuando la presión se mantiene en niveles constantes, y casi siempre se encuentra en forma gaseosa en la naturaleza.

No obstante, cuando el CO2 es sometido a una presión y temperatura muy bajas, se transforma en líquido, e incluso puede llegar a ser sólido.

Este es un compuesto no inflamable y no tóxico, cuyas propiedades se vienen utilizando desde hace muchas décadas en industrias de todos los sectores de actividad.

El cambio climático guarda una relación muy estrecha con el modelo de energía implantado en el mundo actual. Un modelo que depende en gran medida del gas, el carbón y el petróleo. La quema de los combustibles fósiles supone la liberación de cantidades muy elevadas de CO2 a la atmósfera. Este es el gas de efecto invernadero más numeroso.

Emisiones de dióxido de carbono a nivel mundial

Las emisiones de CO2 han aumentado de forma progresiva en la última década. Los tres países que más han contribuido a este incremento son Estados Unidos, China e India. El pasado año 2018 entre los tres supusieron un 85% del alza.

El cambio climático es a día de hoy una de las principales amenazas a las que debemos hacer frente.


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