¿Qué son y por qué es tan importante conservarlos?

Este 2 de febrero es un día festivo por la coincidencia de tres efemérides. Por un lado tenemos el Día de la Marmota, por otro el Día de la Candelaria y a ellos se le suma el Día de los Humedales. Este último tiene lugar el 2 de febrero de cada año desde 1971, ya que en esa fecha se firmó el Convenio de Ramsar, que permitió entre otras cosas la creación de una lista con los humedales más importantes del mundo. Hoy nos queremos sumar a la celebración del Día de los Humedales explicándote qué son los y por qué es tan importante que los conservemos.

El Convenio de Ramsar define humedal como “la zona de la superficie terrestre que está temporal o permanentemente inundada, regulada por factores climáticos y en constante interrelación con los seres vivos que la habitan”. El agua es un factor clave, que puede proceder del mar, de los ríos, de las lluvias o de napas subterráneas. Es precisamente la abundante presencia de agua la que genera un ecosistema híbrido entre los puramente acuáticos y los terrestres.

La importancia de los humedales es tal que se consideran “vitales” para la supervivencia humana. Son uno de los entornos más productivos del mundo, además de cunas de diversidad biológica y fuentes de agua y productividad primaria de las que innumerables especies vegetales y animales dependen para subsistir.

Humedales
La sequía está acabando con zonas húmedas como las marismas de Doñana

Sólo México y Reino Unido superan a España en cuanto al número de zonas húmedas de importancia ambiental reconocidas internacionalmente. Las Tablas de Daimiel, Doñana o la Albufera de Valencia son los humedales más populares de nuestro país.

Los humedales españoles, en peligro

El pasado año fue uno de los más secos de los últimos tiempos, lo que pone todavía en mayor peligro los humedales de nuestro país. Según el Informe sobre el Estado de los Humedales de Importancia Internacional en España de SEO/Birdlife, 60 de los 74 ecosistemas analizados están amenazados o muy amenazados por la gestión del agua (60%), por factores climáticos como sequías o inundaciones (38%), por la agricultura (38%) y por la contaminación y otros impactos humanos (36%).

Únicamente el 12% de los humedales analizados puede calificar el estado de sus hábitats como bueno. Mientras que un 15% es moderado, un 24% es pobre y un 30% muy pobre. En palabras de Asunción Ruiz, directora ejecutiva de SEO/Birdlife, «España puede convertirse en el desierto de Europa».


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