1. ¿Adiós al abismo del 5% para Podemos? Las encuestas de esta semana dejaban al partido de Pablo Iglesias rozando el 5% de votos, que es un precipicio: en Madrid es la diferencia entre optar a escaños —y llevarte al menos siete— o caer por debajo del umbral mínimo y que tus votos se pierdan por completo. Era una situación delicada para Podemos, no tanto por el riesgo de quedarse sin asientos, sino sobre todo porque empuja a tus votantes a abandonarte: si quieren asegurarse de que sus votos contarán, tienen incentivos a votar por Más Madrid o PSOE, que rondan el 13% y 28% de votos.
La candidatura de Pablo Iglesias exorciza el miedo al voto útil. Al menos si se confirma que su tirón personal y el golpe de efecto es suficiente para superar claramente el listón del 5%. Creo que es razonable que ocurra, aunque sea solo por un efecto atención.
2. El 5% que sigue siendo relevante es el de Ciudadanos. Con los sondeos del fin de semana, el partido de centroderecha tenía una baza: si PP y Vox no sumaban, y Ciudadanos superaba la barrera, lo más probable es que sus escaños fuesen decisivos. Los necesitaría el PP para tener mayoría, pero al mismo tiempo podría haber una alternativa con el centroizquierda, con PSOE, Más País y Cs. Pero esa baza exige que el partido de Inés Arrimadas supere el 5%, cuando los sondeos dicen que está retrocediendo.
¿Qué dicen las encuestas? Una media de tres estudios del fin de semana —de NC Report, GAD3 y Metroscopia— coloca a Ciudadanos en el 4,5%; por tanto, por debajo del umbral. En ese escenario, el partido no tendría representación y sumarían una mayoría PP (55 escaños) y Vox (16), con 71 escaños sobre los 69 que son necesarios para gobernar. Pero su margen sobre la izquierda sería relativamente estrecho: el PSOE rondaría los 41 escaños, seguido de Más Madrid (17) y Podemos (7).
El caso de Cs ilustra la importancia del umbral. Si asumimos que lograse un 5,1% de votos —restando seis décimas al PP—, el escenario cambiaría de golpe: PP y Vox se quedarían en 67 escaños y no podrían gobernar solos. Las mayorías en ese caso pasarían por Ciudadanos, que sumaría tanto con PP y Vox, como con toda la izquierda reunida. La mala noticia para el partido de Arrimadas es que, al contrario de lo que pasaba en 2019, ahora en esa alternativa es probable que tuviese que estar Podemos. Por dos motivos: porque Ciudadanos ha caído mucho y porque, tras el movimiento de Iglesias, Podemos parece que resistirá por encima del 5% .
3. La otra clave ahora es ver cómo afecta la decisión de Iglesias al equilibrio entre izquierda y derecha. Mi primera hipótesis es pensar que a corto plazo servirá para activar el voto de izquierdas, que tiene ahora dilemas nuevos. Hace una semana la derecha estaba por delante: en las encuestas sumaba el 53% o 54% de los votos, unos tres puntos más que en 2019. Se vivía cierto momento de derechas, en parte empujado por la atención de una convocatoria precipitada y por el choque entre Cs y PP. Ahora esa pelea se iguala.
Sin embargo, es posible argumentar también que el auge de Podemos aumentará la polarización y que eso puede ayudar al Partido Popular, que es el partido fuerte de su bloque y que, lo que es todavía más importante, ya era el partido con las tendencias a favor: obtuvo el 22% de voto en 2019, las encuestas de otoño le daban un 30% y las de este fin de semana lo han colocado en el 37%.
En 2019 la suma de PP, Cs y Vox se quedó en el 50%-51%, y cuatro años antes la suma de PP, Cs y UPyD no pasó del 47%. Pero el 53% o 54% que le dan ahora las encuestas a la suma de derechas no es una cifra sin precedentes. Al contrario, en 2011 el PP logró un 52% de votos y sumó un 58% con UPyD; y cuatro años antes logró un 53% en solitario.
Las encuestas de las próximas semanas nos irán resolviendo todas estas incógnitas: (1) cuánto empuje logra Podemos con Iglesias como candidato; (2) qué probabilidad tiene Ciudadanos de superar el umbral del 5%; y (3) cómo avanza el equilibrio entre la suma de izquierdas y derechas.
4. ¿Habrá uniones entre partidos? No tiene por qué. Es probable que estos días surja ese debate, especialmente entre Podemos y Más Madrid, pero es importante recordar que el sistema electoral en la comunidad no es como el de unas generales: una vez te aseguras de que ninguno de los socios baja del 5%, dividir el voto en varias formaciones no resta escaños. Es así porque Madrid es una cámara grande, con 136 diputados, que se reparten en un único distrito y por tanto apenas hay pérdidas por restos. En 2019, por ejemplo, Podemos tuvo el 5,6% de votos y el 5,3% de escaños, y el PSOE un 27,3% de votos y 28% de escaños, que son proporcionalidades casi perfectas.
5. La decisión de Iglesias quizás acabe siendo más importante en el nivel nacional. Su candidatura supone cambiar de liderazgo: Iglesias ha abierto por sorpresa la sucesión en Unidas Podemos, para colocar a Yolanda Díaz como vicepresidenta y potencial candidata en unas futuras elecciones. ¿Quizás en 2022? Queda todavía mucho para entonces y sabemos que los candidatos van y vienen, pero es difícil que no sea el final del liderazgo de Iglesias.
Yolanda Díaz es una de las ministras mejor valoradas (4,6 en el CIS de enero), junto con Salvador Illa (4,6) y por detrás de Margarita Robles (5) y Nadia Calviño (5). Pero sobre todo es la mejor valorada de su partido, por delante de Alberto Garzón (3,65) y muy por delante de Iglesias e Irene Montero (3,3), que tienen las peores notas del Ejecutivo. Díaz es la mejor valorada de los cuatro para los votantes del PSOE, pero también en Unidas Podemos.
Es cierto que el protagonismo suele traer desgaste —si se convierte en candidata, la conocerán más rivales y es probable que la valoren cada vez peor—, pero su ventaja sobre Iglesias es considerable y explica, quizás, que haya sido la elegida para reemplazarlo.
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