¿Qué tienen en común Ana Luisa y su nieta Lara?

Ana Luisa Martos, de 80 años, no duda al explicar dónde hay que tirar el brik de la leche. “Al cubo amarillo”, afirma, tijera en mano, mientras recorta y compone un marco de cartón usado en un centro de día de Santander, desde cuya terraza se ve el mar. Ana Luisa añade que también se encarga de las mascarillas que usan en casa de su hijo. Las mete en una bolsa, se las trae al centro de mayores y las tira a un cubo específico para estos artículos de protección.

Ana Luisa es una de las casi 370.000 personas inscritas en Terceros en edad, primeros en reciclaje, un proyecto para hacer pedagogía del reciclaje entre los mayores que acuden a centros de día, residencias o clubes sociales. Las herramientas para lograr la implicación del colectivo son lúdicas: juegos pedagógicos como una ruleta del reciclaje, talleres con materiales usados de los que salen bolos, zancos o fútbolchapas o voluntariado ambiental en el que recoger basura de los entornos cercanos y aprender cómo y qué los contamina.

Algunos de estos talleres son intergeneracionales. Al centro se ha acercado Lara Rodríguez, estudiante de 13 años y una de las nietas que convive con Ana Luisa. Entre abuela y nieta median 67 años, pero charlan animadamente sobre qué han aprendido la una de la otra. “A mi abuela le puedo enseñar dónde va cada cosa, a qué cubo. Ellos en su época no tenían”, cuenta Lara, que sabe de reciclaje por lo que ha aprendido en el colegio, en casa y en redes sociales. “Nosotros aprovechábamos todo. Eso es algo que yo puedo enseñar”, contesta Ana Luisa.

El centro de día donde sucede el encuentro cuenta con separación selectiva y un personal formado en el reciclaje de residuos domésticos. Es una de los 298 instituciones inscritas en el programa, activo por el momento en Cantabria, Asturias, Extremadura, La Rioja y Aragón.


Source link