Tapanatepec, Oax.- Mientras esperan obtener su Formato Migratorio Múltiple (FMM) que les permite circular por territorio oaxaqueño durante 7 días sin ser detenidos, miles de migrantes venezolanos están en la incertidumbre en Tapanatepec, Oaxaca, tras el anuncio que realizaron las autoridades estadounidenses de que regresen a su país para incluirse en el programa migratorio que les permita ingresar al país norteamericano vía aérea.
“Queremos cumplir el sueño americano”, dijeron mujeres y hombres al señalar que su único propósito es trabajar y vivir dignamente ante la crisis económica que enfrenta el país sudamericano.
Desde el pasado 5 de agosto, el Instituto Nacional de Migración (INM) instaló un campamento móvil en Tapanatepec con la intención de detener el flujo masivo de migrantes, y a cambio entregan permisos para circular, durante los dos primeros meses fueron por 15 días y abarcaba el territorio nacional, ahora, es por 7 días y solo válido para Oaxaca.
Al día, el INM ha entregado un aproximado de 250 permisos, sin embargo, es una cantidad que aseguran los migrantes es insuficiente, pues durante casi 8 horas los tienen resguardados en el sitio sin permitirles salir ni probar alimentos, lo cual denunciaron es una violación a sus derechos humanos.
De acuerdo con las autoridades, han llegado 100 mil personas, el 80% de origen venezolano, dejando una derrama económica de 200 millones de pesos.
El presidente municipal, Humberto López Parrazales, informó que en un día llegan entre 3 mil a 3 mil 500 personas migrantes, y se van mil 500 migrantes.
Afuera del campamento, hay infinidad de comercios móviles, unos habilitados por los propios habitantes y otros por los migrantes, quienes venden alimentos, agua y comida tradicional venezolana, cigarros y hasta realizan cortes de cabello.
Las venezolanas que viajan solas con sus hijos son las más afligidas por la nueva decisión del gobierno estadounidense de que retornen a su país.
“¿Qué voy hacer con dos chiquitos? Soy madre soltera, y no podemos regresar, no tengo dinero, estoy realmente preocupada, y mi sueño es llegar allá y trabajar”, expresó Yonali Jiménez.
La mujer se quejó también del trato que les brindan dentro del campamento, en donde aseguró no hay baños, y tampoco les dan comida ni agua, además de tener que soportar las altas temperaturas.
Para lograr unos cuantos pesos y juntar para su pasaje, Joandry Montilla Ramírez vende cigarros.
Con su bandera venezolana como sello distintivo vende sus cigarrillos, pues necesita 2 mil 700 pesos, que es el costo de su pasaje de Tapanatepec a Ciudad Juárez.
Además, tendrá que pagar un taxi que le cobra 500 pesos para llevarlo a la frontera y de ahí intentar cruzar.
“Es la segunda vez que estoy en Tapanatepec, la primera vez me detuvieron en Monclova y de ahí me llevaron a Villahermosa, estuve encerrado 10 días y después me liberaron y nuevamente sigo acá. No es posible que las autoridades mexicanas nos hagan esto”, dijo.
En el acceso a Tapanatepec hay una veintena de autobuses, los boletos se venden en varias partes, asimismo, en las casas hay avisos para hospedaje, algunos les cobran 100 o 200 pesos la noche.
Los vendedores de ropa y comida también se han beneficiado, inclusive se han intercambiado recetas de comida, algunos ya preparan arepas o empanadas venezolanas con la tradicional salsa de ajo, y los migrantes ya comen tlayudas oaxaqueñas.
También se rentan claves de internet y para cargar el celular.
La llegada de personas migrantes a Tapanatepec por la frontera sur ha sido un fenómeno nuevo para este poblado, que ha recibido desde 2018 a la caravana de migrantes, pero que solo pernoctaban de dos a tres días, ahora llevan dos meses y medio de estancia.
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