La gastronomía sostenible va más allá de un mero concepto y engloba desde el proceso de elaboración hasta cuando nos comemos un alimento. Es por ello que se le da una producción responsable y un voto por la salud y la naturalidad del producto final. Y así lo definen en los quesos de Suiza, una maravilla que debes probar porque además estar realmente sabrosos.
Son muchos países que hasta la fecha han intentado posicionarse en este campo con sus tradiciones y su propia manera de trabajar los alimentos, pero ahora quién lidera ‘savoir-faire’ de la gastronomía sostenible es Suiza y su auténtica producción quesera.
Diversidad de quesos
El mayor reconocimiento lo reciben quesos como Le Gruyère, el Emmentale, el Tête de Moine, o l’Etivaz, todos ellos con distinción AOP, incluso el Appenzeller®, registrado oficialmente.
Están controlados bajo estrictos criterios de calidad por la Oficina Federal de Agricultura de Suiza. Y son quesos de Suiza elaborados a partir de leche cruda no pasteurizada. Un valor que les da ese sabor más intenso que sabe potenciar los aromas derivados del pasto y forrajes.
Para no dañar el medio ambiente
Así Suiza se erige como una región mundial que guarda sus secretos en gastronomía sostenible y tal y como confirma el índice de Desempeño Medioambiental, tiene también una normativa que obliga el pastoreo de las vacas.
Esto ofrece diversidad de beneficios como que los quesos están buenísimo pero es que además los prados permanecen fantásticos en la mejora del desarrollo de la flora y así evitamos la desertización de las zonas alpinas.
Mientras que el ganado, algo importantísimo, permanece en la longevidad y la fertilidad, y se mejora su calidad de vida. Por tanto, los profesionales de la cocina y los paladares más selectos suelen escogen la denominación suiza a la hora de escoger los mejores quesos al estar también colaborando en el mantenimiento del medio ambiente.