En una encuesta realizada en el Valle de México, Veracruz y Oaxaca, el 89% manifestó no haber recibido ningún apoyo del gobierno ni de proveedores.
Al menos 150 mil pequeños comercios en México se han visto obligados a cerrar tras caída de las ventas, elevado costo de los servicios públicos (energía eléctrica y gasolinas) y la falta de capital de trabajo y plazos reducidos para pago a proveedores, informó la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec).
Mediante un comunicado Anpec dio a conocer los resultados de su doceava encuesta: “Impacto Covid-19 en el Pequeño Comercio”. Esta investigación de mercado se realizó durante la primera quincena de julio, con una muestra representativa de 1147 pequeños comercios del Valle de México, Veracruz y Oaxaca.
El objetivo del estudio fue despejar las afectaciones que la pandemia de Covid-19 ha causado en el pequeño comercio, motor de la economía local y promotor de la microeconomía en nuestro país.
“La economía mexicana atraviesa por un momento inédito y adverso: Desempleo (12 millones de empleos temporalmente suspendidos), caída del ingreso de los mexicanos (15.2 millones), Inflación (+3.84%), elevación de la carestía de la vida (hasta un 80% en los precios de productos de consumo obligado), caída del consumo hasta un 25% y, decrecimiento recesivo de -9% en 2020.
Detallaron las características de los encuestados, por ejemplo, el 64% del pequeño comercio tiene rostro de mujer. El 60% abrió su negocio como acción emprendedora y 26% por desempleo.
29% usa Facebook y 70% Whatsapp. El 93.52% manifestó que las principales causas que orillan al cierre de negocios en tiempos Covid-19 son: caída de las ventas, encarecimiento de servicios públicos (energía eléctrica y gasolinas); falta de capital de trabajo, plazos reducidos para pago a proveedores, inseguridad (asalto a mano armada y robo hormiga), rentas y salarios.
El 89% manifestó no haber recibido ningún apoyo del gobierno ni de proveedores para sortear los estragos de Covid-19.
78% se opone al aumento de impuestos y a que se aumente el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a los productos de alta demanda, porque quienes terminan pagando este incremento son los consumidores, ya de por sí, con una situación económica empobrecida, esta medida generaría más pobreza y un alza generalizada de precios.
91% manifestó una tendencia a la baja entre un 20-50% en ventas.
35% dice que Covid-19 obligó un cambio de hábitos de consumo a lo mínimo necesario por falta de ingresos, inhibiendo el consumo de cárnicos, embutidos, lácteos, enlatados, yogurt, quesos y frutas, principalmente.
85% de los encuestados dice que no cree que sea viable en estos momentos un giro a un consumo saludable debido a la caída de ingresos.
71% señaló que lo que determina las compras de sus clientes son: Precio de los productos (asequibilidad) y reglas sanitarias de elaboración (inocuidad).
60% opinó que los productos a granel de mayor demanda en tiempos Covid-19 han sido arroz, frijol y azúcar.
70% percibe un mal manejo de la emergencia sanitaria, confuso y contradictorio por parte del gobierno. Por ejemplo: No se terminan de poner de acuerdo si es necesario o no, el uso del cubre bocas. 60% no cree en el gobierno cuando habla sobre las medidas que deben seguir o aplicarse para la reactivación económica.
90% señala como los principales retos que el Covid-19 le ha impuesto: surtido de calidad a precios competitivos; protocolo preventivo (cubre bocas, gel antibacterial, sanitización y atención uno a uno) y opción de servicio a domicilio.
“Los mexicanos demandamos unidad de mando, altura de miras y resultados. Estos no son momentos para estar divididos, se requiere de una alta sensibilidad social para entender que no hay condiciones para aumentar ningún tipo de impuestos; no podemos seguir horadando los bolsillos de los consumidores, la gente no lo resiste más. Tiempos de guardar y de corresponsabilidad social. El método es simple, siempre ponerse en los zapatos del otro.”, finalizó Cuauhtémoc Rivera, presidente de Anpec.