BANGKOK, Tailandia – El papa Francisco llegó a Bangkok para comenzar una histórica visita de tres días que supone el primer viaje en 35 años de un sumo pontífice a Tailandia, pero los ojos también apuntaron a quien lo acompaña, su prima.
Francisco fue recibido por dignatarios del gobierno y miembros de la jerarquía católica en Tailandia, pero la primera persona que le esperaba al bajar de las escalerillas del avión era su prima, Ana Rosa Sivori.
La monja de 77 años que vive en Tailandia desde hace 53, habla la lengua local e inmediatamente comenzó a cumplir con las autoridades su cometido de traductora del papa durante la visita.
Ana Rosa Sivori, la misionera y prima segunda Francisco que se convirtió en protagonista de los tres días del viaje del pontífice argentino en Tailandia al seguirlo incansablemente en cada acto como su traductora oficial, asegura en declaraciones a EFE que “el papa ha gozado mucho” en estas jornadas.
“Hemos vivido días muy lindos de mucho entusiasmo y vivencias de toda la gente y no solo de los pocos católicos que hay sino también de los budistas y otras religiones que han vivido este momento tan grande”, explica a EFE la religiosa que llegó hace 53 años como misionera a Tailandia.
Desde que apareció al pie de la escalerilla del avión y recibió a su primo, el papa, con un abrazo y dos besos, se ha convertido en una protagonista del viaje y una importante novedad ya que nunca Francisco en sus viajes había tenido una mujer a su lado para traducir.
“El papa está muy contento y ha gozado mucho de estos días. Esperemos que esta visita nos haga crecer en la fe y en la hermandad que es lo que Él pide siempre”, añadió la misionera que no ha perdido la sonrisa en las agotadoras jornadas.
Generalmente se elegían a traductores de la Secretaría de Estado vaticana o de la Conferencia Episcopal del país visitado, pero esta vez encontrar un bilingüe español-tailandés tuvo que ser difícil. Ana Rosa y su cercanía con Francisco fue la mejor elección.
Son familia por parte de madre y comparten bisabuelo, uno de los hijos era Francisco que era el abuelo de Jorge Bergoglio y el otro, Juan Emilio, era el abuelo de Ana Rosa.
Allí estuvo en la reunión privada del papa con el primer ministro, con el rey Rama X y su esposa Suthida y traduciendo las improvisaciones sobre el texto preparado durante el encuentro de los obispos de hoy.
La hermana Ana Rosa llegó en 1966 como misionera a Tailandia, poco más de un año después de entrar en la vida religiosa, y actualmente es una de las regentes de las cinco escuelas católicas para niñas que tiene la congregación en el país.
La última vez que los primos coincidieron fue en Roma en 2015, durante una parada en el viaje de regreso a Argentina de la monja.
Para mantener el contacto, la hermana Ana Rosa y el papa Francisco son “muy tradicionales” y continúan utilizando las cartas escritas a mano, aunque para “asuntos urgentes” también utilizan el correo electrónico, pero con la mediación el secretario del pontífice.