Rasputín, también conocido como el Monje Loco, es una de los personajes más emblemáticos de la historia. Un sanador místico, un brujo y un profeta. Trabajó como consejero del Zar de Rusia, y su papel fue determinante para la caída de los zares.
Bien conocido por sus «poderes curativos milagrosos», no creía en la higiene personal. Quienes lo conocieron aseguraron que su barba siempre estaba llena de restos de comida.
Infancia
Rasputín nació en el año 1869 en la aldea Pokróvskoye, situada en Siberia. Desde temprana edad era conocido como «el niño raro». Otros niños lo apodaron así porque tenía muchos tics y su actitud era siempre muy nerviosa. Además, lanzaba todo tipo de profecías y aseguraba tener visiones.
Flagelantes
Poco después de casarse, ingresó en una secta cristiana bautizada como «Los Flagelantes». Creían que la fe solo podía ser alcanzada a través del dolor. Organizaban orgías, y Rasputín era uno de los participantes más fieles. Fue así como nació la leyenda que asegura que tuvo relaciones sexuales con muchos nobles rusos.
Cura para la hemofilia
La zarina Alejandra de Rusia oyó hablar de las dotes de sanador de Rasputín. Entonces decidió llamarlo a la corte para curar a su hijo, Alexéi Nikoláievich, que sufría de hemofilia. Tardó poco tiempo en convertirse en su médico personal, cautivando por completo a la zarina. Tenía una gran influencia sobre la familia, hasta el punto de que revisaba todas las decisiones del zar Nicolás II.
Cianuro
El príncipe Félix Yusúpov organizó su asesinato, aunque fracasó. Fue llamado al palacio de Yusúpov, donde le invitaron a vino y bollos envenenados con cianuro. Sin embargo, Rasputín no se inmutó. ¿Qué ocurrió? Hay muchas teorías: que el azúcar de los bollos anuló su efecto, que él llevaba un antídoto…
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