Siempre que comienza un nuevo año todos nos marcamos una serie de propósitos, y el de ahorrar es uno de los más frecuentes. Si este 2021 todavía no has conseguido guardar un solo euro a final de mes, seguro que los gastos hormiga tienen mucho que ver. ¿Cuánto dinero gastas en cosas que realmente no necesitas?
Los gastos hormiga son aquellos que pasan completamente desapercibidos porque realizas de manera inconsciente o por simple inercia ya que forman parte de tu día a día: el café de media mañana en la oficina, los chicles que coges de la estantería en el supermercado justo cuando vas a pagar…
Para empezar a cumplir tu objetivo de ahorro, el primer paso es identificar cuáles son tus gastos hormiga. Coge una hoja de papel y cada día anota en qué te has gastado el dinero. Al final de la semana analiza cuáles son los gastos que puedes ahorrarte. No, no es necesario que renuncies a absolutamente todo, pero es necesario que seas consciente de cuáles son tus gastos hormiga para decidir con cuáles empezar.
¿Cómo evitar los gastos hormiga?
Por lo general, uno de los principales gastos hormiga de muchos españoles es el de comer fuera de casa. ¡Puede ser hasta un 50% más caro que cocinar tu propia comida! Si en el día a día no tienes demasiado tiempo, puedes empezar a practicar el batch cooking y cocinar tu menú semanal el fin de semana.
El libro del experto financiero David Fach hace referencia al conocido como «Factor Latter». En base a esto, desde la Fundación Mapfre han hecho un cálculo de cuánto puede ahorrar una persona renunciando a un café diario, teniendo en cuenta que éste vale 1,9 euros y asumiendo una inflación del 2% anual: ¡696 euros al año! El ahorro acumulado a los cinco años sería de 3.622 euros, y a los 25 años de casi 22.300 euros.
Es fácil comprar cosas innecesarias en el supermercado ya que todo está pensado y colocado para que los clientes «caigan en la trampa». Haz una lista de la compra con todo lo que necesitas y compra sólo las cosas que aparecen en ella.
Cuando vayas a adquirir cualquier artículo de ropa, calzado, tecnología o decoración, por ejemplo, plantéate las siguientes preguntas: ¿Realmente lo necesito? ¿Cómo voy a sentirme cuando lo compre? Date un plazo de 24 horas para pensar en si realmente merece la pena.
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