Raquel Sánchez Silva ha demostrado su capacidad de trabajo y ganas de aprender como concursante de la última edición de MasterChef Celebrity, está grabando la cuarta temporada del programa Maestros de la costura y a punto de lanzar un libro de cuentos para niños con editorial Planeta. Desde el verano de 2014 comparte su vida con Matías Dumont, un productor audiovisual argentino con quien en septiembre de 2015 tuvo a sus mellizos, Bruno y Mateo, y que fue quien le prestó apoyo tras la muerte de su marido Mario Biondo el 30 de mayo de 2013. Sus proyectos y su vida personal han continuado rodando tras superar el abismo al que se enfrentó tras esta muerte que fue calificada como un suicidio tras la autopsia realizada por las autoridades españolas. Todo ha ido sucediendo con la discreción y la reserva que la presentadora siempre ha demostrado en lo tocante a su vida privada.
Sin embargo la familia de Biondo, de origen italiano, nunca se mostró de acuerdo con estas conclusiones y desde hace siete años mantienen una lucha sin cuartel por demostrar que la muerte de su hijo fue un homicidio. De poco ha servido que expertos españoles e italianos –se han realizado hasta tres autopsias, una en España y dos en Italia– hayan concluido en todos los casos que se trató de un suicidio; que la fiscalía de Palermo haya aconsejado en dos ocasiones archivar el caso. El dolor de la familia se ha convertido en una batalla contra las pruebas y también contra Raquel Sánchez Silva, que ha asistido callada hasta ahora a un acoso feroz que acaba de provocar que sus abogados hayan interpuesto una denuncia contra la familia Biondo por odio, amenazas e injurias, como han confirmado a este periódico fuentes cercanas a la presentadora.
La denuncia, presentada el 5 de noviembre en las dependencias de la Unidad Central de Ciberdelincuencia, en Madrid, va acompañada de numerosas pruebas que demuestran la situación en la que se ha visto involucrada Sánchez Silva durante los siete años que han transcurrido desde la muerte de Biondo. De la documentación obtenida por EL PAÍS se puede deducir que existe una red de apoyo instigada por la familia Biondo para boicotear las redes sociales y las noticias en las que aparece mencionada la presentadora, y que incluso últimamente han interferido directamente en los perfiles sociales de sus amigos y familiares. Esta ha sido la gota que ha colmado el vaso.
La denuncia está dirigida contra Santina, Filippo y Emanuela Biondo (padres y hermana del fallecido), contra el Grupo Mediaset (concretamente contra el Canal 1 de su división italiana, no de la española) y contra los administradores de los perfiles de Instagram y Facebook que concreta el escrito. Se les acusa de delitos de odio, injurias y calumnias, tipificados en distintos artículos del Código Penal. La fijación de la familia Biondo y de su red es que Raquel Sánchez Silva oculta información relevante sobre la muerte de quien fue su marido e incluso en ocasiones la señala como “responsable directa” de la misma. Esto cuando no se refieren a ella con insultos directos de alto voltaje o amenazas en las que a veces se han incluido comentarios referidos a sus hijos.
Los expertos que han participado en la recogida de pruebas para presentar esta acción judicial demuestran por ejemplo que recientemente Santina Biondo, madre del fallecido, pidió desde el grupo Verità e Giustizia x Mario Biondo que se compartiera en todas las publicaciones de Facebook en las que Raquel es noticia, un enlace a los vídeos sobre Mario Biondo que recoge el canal de Youtube de Óscar Tarruella, exmarido de Mónica Naranjo, ex mosso de escuadra, representante de artistas y ahora reconvertido en ‘criminalista’ y uno de los últimos apoyos con los que ha contado la familia para mantener vivo el asunto y continuar con su campaña contra la comunicadora. Un usuario, normalmente identificado como Lucio Lipari, comparte en este grupo, Verità e Giustizia (que tiene más de 11.700 miembros), los enlaces de las noticias en las que se menciona a la presentadora y recomienda inundarlos de comentarios contra ella.
El día 6 de noviembre, por ejemplo, el usuario Stefano Mariotti postea en italiano: “He sido bloqueado por la página de esta transmisión de televisión española, donde creo que trabaja el Monstruo. Si no me equivoco quitaron todos nuestros comentarios. (…) O yo o Lucio Lipari tan pronto como sea posible daremos un anuncio para publicar, que incluya un video de Oscar Tarruella. No lo llenen, que borran, tenemos que asegurarnos de que siempre haya un comentario con enlace al vídeo o dos. El que hace esto es bloqueado, pero somos muchos y podemos mantener viva la cuestión”. Acciones similares se repiten con informaciones sobre Raquel Sánchez Silva aparecidas en ¡Hola!, la web de El Periódico o en todas las publicaciones en las que ha aparecido el hashtag #elvientonoespera, título de uno de los libros publicados por la presentadora. Ni siquiera se ha librado su perfil en Wikipedia, que fue modificado para incluir un párrafo referido a todo este asunto y que finalizaba diciendo que se la “considera responsable del asesinato de su marido en toda Italia”.
La respuesta de Santina Biondo no se ha hecho esperar y ayer mismo publicó en su perfil de Facebook un nuevo post que continúa en la misma línea: “La ‘viuda’ me denunció a mí, a mi marido, a mi hija y al grupo Mediaset por la transmisión de Le Iene (Las hienas) del 5 de octubre. (…) Raquel tus denuncias no nos detendrán, nosotros siempre dijimos la verdad con las pruebas!”. Lo mismo ha ocurrido en el grupo Verità e Giustizia, donde de nuevo el usuario Stefano Mariotti invita a hacer comentarios sobre el enlace de una noticia relacionada con la denuncia. En uno y otro caso las indicaciones han surtido efecto y los insultos contra Sánchez Silva no se han hecho esperar. El acoso y derribo continúa mientras la presentadora mantiene silencio y confía en la Justicia.