En las últimas 24 horas se registró la cifra de víctimas mortales más baja en casi dos meses por el virus Covid-19.
Camareros con mascarilla servían bebidas y bocadillos en las terrazas de los cafés de Sevilla el lunes por la mañana, al relajarse en algunas partes de España las restricciones impuestas por el nuevo coronavirus, que causó en las últimas 24 horas la cifra de víctimas mortales más baja en casi dos meses.
“Estoy muy feliz, realmente quería trabajar. Llevamos dos meses cerrados”, dijo Marta Contreras, una camarera del centro de Sevilla, sonriendo con la mascarilla puesta.
Después de que el Ejecutivo decidiera las regiones en las se cumplen con los criterios necesarios para iniciar la llamada desescalada, alrededor de la mitad de los 47 millones de habitantes en España pasaron el lunes a la llamada “Fase 1” dentro de un plan de cuatro etapas que decidirá el ritmo de relajamiento de uno de los confinamientos más estrictos de Europa.
Aun así, ciudades como Madrid y Barcelona, particularmente afectadas por la pandemia, se han quedado atrás por ahora y sus cafeterías seguían con el cierre echado en la normalmente abarrotada plaza de la Puerta del Sol, en la capital.
Los datos del Ministerio de Sanidad mostraron que el número de muertes diarias se elevó el lunes en 123, frente a las 143 del domingo, con lo que el número total de víctimas mortales de la pandemia ascendió a 26 mil 744, frente a los 26 mil 621 del día anterior, la cifra más baja en siete semanas, después de sufrir un récord diario de 950 muertes a principios de abril.
Los servicios religiosos se reanudaron con aforo limitado y se colocaron sillas —en lugar de bancos— en el interior de las iglesias para que los fieles conservaran una distancia de 2 metros.
Este relajamiento inicial contempla también que puedan reunirse hasta 10 personas y se permite a la gente moverse libremente en el interior de cada provincia.
Los establecimientos estaban felices de reanudar el trabajo después de la larga parálisis, pero muchos dijeron que seguían acumulando pérdidas.
“Sólo podemos abrir gracias al propietario del local que nos redujo considerablemente el alquiler y al apoyo de nuestro personal que ha renunciado a parte de su salario para empezar a trabajar”, dijo José Manuel, propietario de un café en Sevilla.
Otro propietario de un café, Ramón, añadió: “La verdad es que ha sido un duro golpe financiero. Ya veremos, lo superaremos poco a poco… Yo todavía no voy a ser rentable, pero bueno, yo dirijo el negocio, así que aquí estoy”.
En las regiones que cumplieron con los requisitos, incluyendo la mayor parte de Andalucía —la más poblada de España—, así como los archipiélagos de Canarias y Baleares, se permitió la apertura de bares y restaurantes con terraza, tiendas, museos, gimnasios y hoteles, la mayoría con aforo reducido.
Sin embargo, Madrid, Barcelona y otras ciudades como Valencia, Málaga y Granada permanecerán en la Fase 0, para disgusto de los gobiernos regionales que luchan con las implicaciones económicas de un cierre prolongado.
Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, pidió cautela para evitar un repunte del brote.
“Estamos en una situación muy favorable pero es una fase muy delicada en la que si no hacemos las cosas bien podemos pasar a situaciones (de rebrote) como las de Corea o Alemania”, dijo, en referencia a dos países en los que la propagación del virus ha repuntando tras relajarse las restricciones.
(Rts)