El secretario de Hacienda dijo que el ahorro obtenido con los recortes ordenados a las dependencias será para créditos y programas sociales y de infraestructura
El secretario de Hacienda Arturo Herrera señaló que los ahorros que se obtengan con el recorte de 75% a los gastos operativos ordenado a las dependencias del gobierno central se destinarán a financiar créditos y programas de desarrollo e infraestructura.
Luego de aclarar que el porcentaje no se aplica a todo el presupuesto de las dependencias, sino solo a los rubros relacionados con la operación, indicó que el objetivo no es generar un ahorro para dejarlo ahí, sino que se emplea para financiar el gasto que va a tener más impacto y directo en la vida de las personas.
Entrevistado en Aristegui en Vivo, respecto de las críticas reiteradas de los empresarios de que el gobierno mexicano no ha apoyado las actividades productivas como hacen otros gobiernos, el funcionario señaló que ha habido muchísimos más apoyos de los que normalmente se reconoce. “Probablemente se debe en gran medida a que nosotros los hemos ido dando a conocer de manera paulatina, en lugar de hacer un gran anuncio”.
Añadió que los apoyos del gobierno han sido a través del sistema financiero, tanto de la banca de desarrollo y de manera muy relevante del Banco de México, con un paquete de 750 mil millones de pesos para créditos a las pequeñas y medianas empresas, y que está a punto de arrancar.
Herrera dijo también que se debe de reconocer que México tiene un menor margen de maniobra que los países desarrollados y destacó entre las limitantes la deuda del gobierno, que a pesar de que está pactada a largo plazo y a tasa fija, y que únicamente 30% está denominada en dólares, hubo momentos en mayo en que se incrementó en 900 mil millones de pesos solo por efecto de la devaluación.
“En 2009, cuando el gobierno tomó de manera correcta la decisión de crear un impulso fiscal, la relación de la deuda contra el PIB era de 28%, hoy es de 50%, los márgenes de maniobra son muchísimo más delicados”, comparó.
Agregó que mientras países como Canadá tiene una tasa de interés de .25%, en México la tasa de referencia es de 5.50 y eso significa que cuesta 20 veces más cada peso de endeudamiento que el gobierno contrata en los mercados. “Hacemos todo lo que podemos dadas las condiciones a las que nos estamos enfrentando”.
El secretario de Hacienda señaló también que en la reanudación de actividades luego del confinamiento al que ha obligado la pandemia, la ruta es hacer una reapertura ordenada y paulatina de la economía, sector por sector y estado por estado.
Explicó que la decisión de reabrir la industria automotriz e indicó que forma parte de las cadenas de valor de Estados Unidos, mientras en el caso de las industrias de la construcción y minería se trata de actividades que se realizan al aire y por tanto los riesgos de contagio son menores que en sitios cerrados.
Añadió que en el caso de la industria de la construcción se han perdido más de un cuarto de millón de empleos y sus trabajadores suelen carecer de seguridad social y por sus salarios están en la parte baja de la distribución del ingreso. “Es un grupo extraordinariamente vulnerable”.
El funcionario indicó que la reapertura no puede implicar el riesgo de un nuevo brote de contagios de coronavirus, por el impacto que ello tendría en la salud y porque en ese caso se tendrían que tomar nuevamente medidas de aislamiento social, lo cual haría disminuir la actividad económica.
Una crisis virulenta y de diseño
Para ilustrar el carácter inédito de la crisis actual, el funcionario federal comparó el diagnóstico que hizo el Fondo Monetario Internacional hace únicamente cinco meses, cuando anticipó que 170 países crecerían este año, incluida la economía de México.
Pero tres meses después, en abril, el FMI estimó que la economía de 160 países iba a decrecer. “Así de rápida y virulenta ha sido esta crisis”.
Normalmente las grandes crisis se han dado porque falla alguna parte de la economía o algún mercado, así fue en la crisis de la deuda de la década de 1980 en México y en otros países, por devaluaciones o por fenómenos como los créditos subprime ligada al sector de bienes raíces que dio lugar a la gran recesión de 2008-2009.
“Ahora no hay ningún problema en ningún mercado, es decir, es una crisis por diseño porque los gobiernos decidieron responsablemente cerrar la economía para mitigar el contagio de una enfermedad, a sabiendas de los impactos económicos que ello tendría, así que es una crisis inusual en todos sentidos”.
Y es la crisis más seria que enfrenta el mundo desde la Gran Depresión de 1929, añadió, lo que le hace recordar que cada vez que hay una crisis o una circunstancia económica difícil, los medios de comunicación dicen que se trata de la crisis más importante de los últimos 100 años, y que ante ello el prestigiado economista Joseph Stiglitz ha dicho que parece que las crisis de cada 100 años suceden cada 10 años.
“Pero ésta sí es una de esas de cada 100 años, en muchas generaciones no se ha había vivido algo así”, dice el funcionario.
El titular de Hacienda dijo que se coloca del lado de los que consideran que la economía tendrá un rebote una vez que toque fondo porque, así como algunos sectores fueron obligados a cerrar de un día para otro, podrán reabrir sus puertas de un día para otro.
Por eso, añadió, lo que se tiene que hacer es crear una especie de puente que permita a esos sectores sobrevivir al paro de actividades y relanzarse, que es como está diseñado el programa de liquidez a las cadenas productivas del Banco de México anunciado en mayo.
Explicó que los recursos que se canalicen mediante ese programa van a permitir ligar el momento del cierre con el momento de la reapertura, lo cual no quiere decir que no sea importante, es “extraordinariamente importante” y se le están destinando tres cuartos de un billón de pesos.
El responsable de la hacienda pública explicó que el paquete de apoyo de 750 mil millones de pesos del banco central se conforma de 300 mil millones que son recursos que los bancos comerciales, por regulación monetaria, tiene que depositar en el Banco de México y de los que normalmente no pueden disponer.
Los otros 450 mil millones son recursos del propio balance de Banco de México, el cual tiene como clientes al gobierno, que tiene depósitos en el banco central, y a los bancos comerciales, que también tienen ahí sus depósitos, pero también le contratan créditos, llamados créditos de ventanilla, entre otros servicios.
Herrera descartó que los créditos que el Banco de México otorgará al sistema financiero como una forma de inyectarle liquidez desemboque en otro Fobaproa como el que México tuvo en la década de 1990 luego de la crisis del Tequila que estalló en la transición del gobierno de Carlos Salinas y Ernesto Cedillo.
La razón es que los créditos que dará el banco central, señaló, estarán respaldados con activos líquidos y de calidad que los bancos tendrán que dejar en garantía al recibir los préstamos. Esos instrumentos, ejemplifica, pueden ser Certificados de la Tesorería (Cetes) o bonos de deuda de Pemex, que están respaldados por el gobierno federal.
El titular de Hacienda recordó que la función del paquete de ayuda del Banco de México es ampliar la capacidad de liquidez de los bancos comerciales, y aseguró que no se pone en riesgo al banco central por esas garantías líquidas que exigirá, las cuales tomará incluso con un descuento.
Abundó en que el papel de ese paquete de recursos será evitar la descapitalización de los bancos, los cuales podrían estar enfrentando ya las solicitudes de sus clientes que les hagan efectivas sus líneas de crédito para sobrevivir a la paralización de actividades.
“Piensa en una empresa que vende algún tipo de insumo para los restaurantes, si tenía una línea de crédito con un banco y sabe que los restaurantes van a estar cerrados y por tanto disminuirán sus flujos, a lo mejor ya jaló ese crédito”.
De manera precautoria, añadió, muchas empresas pueden haber ejercido ya sus las líneas de crédito y el sistema bancario en su conjunto se aquedó con menos recursos, de ahí la importancia del programa del Banco de México.
Herrera explicó que el programa iniciará después de que se publiquen las reglas para hacerlo operativo. Este tipo de créditos serán muy importantes, insistió Herrera, solo hay que recordar que la crisis de 1995 condujo a la re nacionalización de todos los bancos y hubo que esperar a que la crisis absorbiera los pasivos que había en los bancos.
Recortes varían en cada dependencia
El funcionario dijo que los recortes a las dependencias variarán en cada secretaría, pero que se trata de no afectar el servicio en ningún grado, sino que los ahorros recaigan sobre los gastos en materiales. “Si algún rubro fuera afectado, tendremos que corregir de manera inmediata”, aseguró.
El titular de Hacienda aprovechó para indicar que para el gobierno federal, la Secretaría de Hacienda y para él en lo personal, será importante asegurarse de dar recursos suficientes a la ciencia, educación, cultura y derechos humanos.
“Esas áreas no van a sufrir un recorte que afecte de manera sustancial sus actividades”, ofreció.