Rebelión vecinal en La Palma en defensa del dron de Antonio: “Eran nuestros ojos”

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Antonio Carrillo recibió el pasado 21 de agosto por su 40 cumpleaños un regalo muy especial: un pequeño dron de apenas 249 gramos dotado de una cámara de 12 megapíxeles. Entonces este agricultor palmero, que gestiona varias fincas de su familia en Tazacorte y El Remo, a pocos kilómetros de la zona donde ha estallado el volcán, no tenía mucha idea de cómo pilotar estos aparatos. Y asegura que sigue sin saber demasiado. “Apenas sé volarlo”, admite mientras espera la llegada de los Reyes de España en una plaza en el barrio de La Laguna, en el municipio Los Llanos de Aridane.

Sin embargo, apenas un mes después su DJI Mini2 le ha convertido en un pequeño héroe para muchos de sus vecinos y en un referente fuera de ella por quienes buscan imágenes sobre la erupción del volcán Cabeza de Vaca. Primero a Carrillo se le ocurrió hacer volar el aparato sobre las zonas afectadas. Luego, un amigo le sugirió que lo pusiera en Youtube. “Y eso se convirtió en innumerables peticiones de vecinos que me pedían que volase encima de su casa, que mirase a qué distancia está de sus fincas… Gente de La Palma, pero también de La Gomera, Alemania y hasta de Francia”. En pocos días su dron se había convertido en una herramienta indispensable para cientos de personas que, desalojadas de sus viviendas, querían saber cómo se encontraban sus propiedades. De 95 seguidores su cuenta en la plataforma de vídeos pasó a 1.500.

Hasta este jueves. “Estaba volando el dron y, de repente, me tocaron detrás de la espalda”. Era la Guardia Civil, que le conminaba a bajar inmediatamente el aparato. “Les expliqué que esto lo hacía por ayudar a la gente desesperada que está viviendo un infierno”. Pero no hubo caso. Carrillo hizo aterrizar el aparato. Los agentes lo confiscaron y le tomaron los datos. “Me dijeron que si la gente quiere información, que acudiesen a los cauces oficiales”. El cuerpo armado le devolvió el dispositivo en pocas horas, pero le impusieron una multa de 90 euros con la advertencia de que no lo volviese a hacer volar en la zona. Él se lo está pensando. “Tengo el miedo en el cuerpo”.

“Un despropósito”

A medida se difundía la noticia de la confiscación del dron, las redes se llenaron con decenas de mensajes de protesta y solidaridad con Carrillo. Varias de ellas coincidían casi literalmente en el mismo mensaje: su dron “eran nuestros ojos”. En un tuit dirigido a la Guardia Civil, Joantxo Llantada (@joantxo), aseguraba: “Entiendan que los vecinos de Todoque necesitamos saber como avanza la lava y el estado de nuestras propiedades. Nadie lo está haciendo, solo él. Devuelvan el dron a Antonio Carrillo. Por solidaridad y empatía”. En la misma red se expresaba así Teresa Serrano (@SanquinTeresa ): “Devuélvanle el dron decomisado a Antonio Carrillo! Se lo habéis quitado y es el único que nos ofrece imágenes del avance de la lava hacia nuestras casas! Nuestra preocupación va en aumento”. “Esto es un despropósito. El dron de Antonio eran los ojos de estos vecinos, alivio y esperanza en su sinvivir, y la policía se lo ha quitado”, decía Zoza Novo (@acrapoesia).

El mismo tono tienen las decenas de mensajes que los seguidores de Carrillo han publicado en su cuenta de Youtube. “ANTONIO, mantennos informados y entre todos haremos mucha presión. Inestimable labor, hay páginas especializadas que han usado tus imágenes para ver, predecir y esquematizar las coladas amen de la gente afectada para ver que ocurre con sus viviendas. Te comprendo muy bien el cabreo pues yo fui el primero que voló con un dron en esta isla cuando no existía tanta legislación”, aseguraba uno de los mensajes, firmado por Armando Rodríguez Frías. Además de su utilidad para los vecinos, Carrillo cedió sus imágenes a varios de medios de forma gratuita, entre ellos a EL PAÍS, según confirma el subdirector de vídeo de este periódico, Carlos de Vega.

Antonio Carrillo muestra su dron. En el suelo, la ceniza del volcán.
Antonio Carrillo muestra su dron. En el suelo, la ceniza del volcán.Antonio Carrillo

Carrillo apenas sabe nada de esta rebelión vecinal en favor de su causa, porque no tiene redes sociales. “Yo no quiero protagonismo ni nada, toda mi intención era la de ayudar a la gente que lo está pasando mal”. La ley en todo caso, no le ampara. Enaire, la entidad pública empresarial gestora de la navegación aérea en España, ha declarado zona de exclusión toda el área afectada por el volcán, según ha explicado a EL PAÍS un agente del Equipo de Seguridad y Protección Aérea de la Policía Nacional. En condiciones normales, cualquier usuario podría hacer volar un aparato dotado de cámara que pese menos de 250 gramos. Pero para ello habría que registrarlo obligatoriamente ante la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA). Además, hay que tener en cuenta que La Palma es Reserva de la Biosfera y para sobrevolar zonas protegidas por su flora o fauna habría que solicitar permiso al Cabildo de la isla.

Joantxo Llantada, experto en marketing digital, valenciano de madre palmera, se encontraba en la isla visitando a sus padres cuando estalló el volcán y fueron desalojados de su casa en Todoque, uno de los barrios más golpeados. Por teléfono, explica a EL PAÍS la importancia del trabajo de Carrillo: “Este chaval se ha pegado una currada brutal. Los medios informan hacia fuera, pero Carrillo informa a los afectados. Los vecinos le comentamos por correo electrónico qué zonas nos interesaba que sobrevolara y él diseñó los recorridos para que tuviéramos controladas nuestras propiedades”. Llantada ha impulsado una colecta para pagar a Carrillo otro dron y reclama que, si no puede ser él, sean las autoridades quienes realicen esa labor. “Trabajo en la administración y sé lo que son las normas, pero esto son dramas humanos muy reales. Y si en este mundo 2.0 existe esta tecnología tan accesible para reducir la ansiedad de la gente, debe utilizarse”, concluye.

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