Para la Iglesia, las naciones ricas tienen la obligación moral de hacer llegar las vacunas a los pobres, los refugiados y las minorías; además, pide ver la inoculación como un tema de seguridad mundial.
Como una cuestión de seguridad mundial, el departamento de actividades benéficas del Vaticano y de la Iglesia católica instó este viernes a la ONU a celebrar una reunión del Consejo de Seguridad para designar la distribución equitativa de las vacunas anti-Covid.
El pedido afirma que las naciones ricas tienen la obligación moral de hacer llegar las vacunas a los pobres, los refugiados y las minorías.
“Esta pandemia es un problema de seguridad global que amenaza a toda la familia humana. Abordar la cuestión de las vacunas desde la perspectiva de una estrategia nacional podría conducir a un fracaso moral a la hora de satisfacer las necesidades de los más vulnerables en todo el mundo”, sostiene el pedido.
El comunicado -firmado por el cardenal Luis Antonio Tagle, jefe del brazo misionero mundial del Vaticano; el cardenal Peter Turkson, jefe del departamento de Desarrollo Humano Integral del Vaticano, y el secretario general de CI, Aloysius John- también pide a los países ricos que condonen la deuda de los más pobres para que el dinero se destine a mejorar los sistemas de salud.
En otro pasaje, insta a los titulares de patentes de vacunas que creen centros de producción en África, Asia y América Latina para acelerar el suministro a las poblaciones más pobres.
Reuters