El envío de tanques occidentales modernos a Ucrania ha alterado el ánimo de las autoridades rusas, que han hecho de la palabra “arderán” un dogma de todas sus declaraciones públicas. Un gobernador, el responsable de la región siberiana de Transbaikal, ha ido más lejos y ha prometido el pago de recompensas por la destrucción de los temidos Leopard 2 europeos, de fabricación alemana, y M-1 Abrams estadounidenses. Por su parte, una empresa rusa también ha ofrecido grandes sumas por esta “caza mayor”. El portavoz de Vladímir Putin, Dmitri Peskov, ha bendecido estas iniciativas y ha animado a otros políticos a sumarse a la iniciativa ofreciendo más premios para intensificar su ofensiva sobre Ucrania. “Así habrá más entusiastas”, ha manifestado el representante del Kremlin.
La gobernación de Transbaikal, situada en la frontera con Mongolia, ha emitido un decreto por el que pagará un millón de rublos (unos 13.000 euros al inestable cambio actual) a cada ciudadano de aquella provincia que destruya un carro Leopard, y la mitad si se trata de un M1-Abrams. En el caso de que la voladura sea un trabajo en equipo, de hasta cinco personas, cada una de ellas recibirá 150.000 rublos (1.960 euros) por el blindado europeo y 100.000 (1.300) por el norteamericano.
La captura “viva” de la pieza es más codiciada. Por ello, el gobernador de Transbaikal, Alexánder Ósipov, ofrece a los militares que actúen en solitario tres millones de rublos (39.200 euros) por un Leopard, independientemente del modelo tomado, y millón y medio (19.600) por el Abrams. Si capturan el Leopard entre varios soldados, cada uno obtendría medio millón de rublos (unos 6.540 euros).
El salario medio ronda en Transbaikal los 59.796 rublos al mes, unos 782 euros, según la agencia estatal de estadísticas Rosstat. Además, la provincia atraviesa una dura situación económica y prevé un déficit de 7.300 millones de rublos este año. Debido a que las recompensas superan con creces los ingresos de sus ciudadanos, la gobernación de la región les pide controlar su ímpetu desde el propio decreto: “Al intentar capturar o destruir los tanques mencionados, se recomienda que templen su coraje y actúen de forma razonable para asegurarse que cumplen de forma incondicional las misiones de combate y se preserva la vida y la salud del personal de las Fuerzas Armadas de Rusia”.
El gobernador de aquella región siberiana remarcó posteriormente que “hay muchos cazadores” en su zona y son “gente preparada para todo”. “Cuando alguien quiera asustarles con algún tipo de tanque, ellos se lanzarán con entusiasmo a mostrarle a la ‘madre de Kuzka’ toda esa maquinaria extranjera”, manifestó Ósipov. “La madre de Kuzka” es una expresión rusa equivalente a dar una lección a alguién.
Por su parte, la compañía Fores ha hecho una promesa similar: ofrece cinco millones de rublos por el primer carro destruido, más de 65.300 euros, aunque por los siguientes tanques reduce el premio a medio millón de rublos. Además, la empresa también promete una estratosférica promesa de 15 millones de rublos por el derribo de aviones F-15 y F-16. Pese a las peticiones de Kiev, Washington y la mayoría de sus aliados son reticentes y no prevén enviarlos porque consideran la entrega de ese material una línea roja.
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“Harán arder los tanques, especialmente si existen estos incentivos”, manifestó el portavoz de Putin sobre sus tropas. Al alabar todas estas recompensas, Peskov afirmó que contribuirán “directa, o indirectamente, al logro de los objetivos de la operación militar especial”.
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