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A pocos les quedan ya dudas sobre la trayectoria, el éxito, la visión social y de cultura de género y, por supuesto, de negocio de Reese Witherspoon. Aquella joven de Nueva Orleans que empezó con papeles sencillos de chica inocente, cumpliendo el topicazo de rubia algo corta de miras, es a sus 45 años una de las mujeres más capaces de Hollywood y de la industria del entretenimiento global. Y ahora ha dado un paso más en su escala de poder gracias a la millonaria venta de una parte de su productora Hello Sunshine.
Harta de no encontrar guiones ni papeles pensados para mujeres, la actriz fundó Hello Sunshine a mediados de 2016, y gracias a ella ha producido éxitos como la segunda temporada de la serie de HBO Big Little Lies (la primera la hizo con su anterior productora, Pacific Standard, con la que también dio vida a las películas Alma Salvaje y Perdida) o Little Fires Everywhere, de Amazon. Ahora quiere ensanchar las miras de su empresa en un gesto que demuestra su visión: soltando lastre. Ha decidido vender una parte de ella (se calcula que algo menos de la mitad) y lo ha hecho por nada menos que 900 millones de dólares (unos 760 millones de euros), según afirman fuentes cercanas a la empresa a medios como el diario The Wall Street Journal o la cadena estadounidense CNBC. La operación le ha otorgado unos 120 millones de dólares (100 millones de euros) netos y ha convertido a Witherspoon, según Forbes, en la actriz más rica del planeta, con una fortuna que estima en más de 400 millones de dólares, unos 340 millones de euros. El resto lo ha logrado por sus trabajos: no cobra menos de un millón de dólares por capítulo de una serie, cifra que se multiplica en las películas.
Los compradores son dos socios que a su vez están respaldados por el fondo de capital Blackstone, que según The Wall Street Journal habría gastado 500 millones de dólares (más de 420 millones de euros) en hacerse con las acciones de Hello Sunshine que tenían otros inversores, aunque Witherspoon y algunos socios mantendrán las suyas; ella en concreto al menos un 18%, según Forbes. Los nuevos inversores son dos exejecutivos de Disney y de TikTok llamados Kevin Mayer y Tom Staggs. No es de extrañar su interés por aliarse con Witherspoon, quien ha sabido acertar a la hora de ofrecer un contenido que gusta, entretiene y, a la vez, es de calidad. Algo que se demuestra con el crecimiento de la empresa estos años, que además de crear guiones basados principalmente en libros de ficción femeninos también produce ya programas de entretenimiento y desde hace año y medio tiene una división centrada en la creación de contenido infantil.
El emporio de Witherspoon es tan poderoso que, según CNBC, ha recibido muchas ofertas nada desdeñables, entre ellas de Apple. Su olfato a la hora de elegir proyectos no se va a perder, porque tanto la actriz como la directora general de la empresa, Sarah Harden, mantendrán sus puestos y seguirán tomando decisiones creativas y ejecutivas. Según han expresado los dos nuevos compradores en un comunicado, su plataforma quiere “acoger una cultura única y de ayuda al creador que proporcione a la élite del talento los recursos que necesita para crear y capitalizar sus mejores trabajos, los más creativos”. “Estamos deseando que Reese, Sarah y su equipo de primer nivel sigan produciendo e identificando contenido dinámico y comprometido los próximos años”, asegura el dúo sobre la empresa. Hello Sunshine pasará en breve a formar parte de la cartera de Mayer y Staggs, una nueva empresa que aún no tiene nombre.
La propia Witherspoon ha explicado que este es un paso en pos del crecimiento de la empresa, para poder hacer mejores proyectos y llevar a cabo más ideas. “Nos permitirá contar más historias sobre mujeres globales que entretengan, impacten e iluminen. No podría estar más emocionada por lo que esto significa para nuestro futuro”, ha afirmado en un comunicado, y después ha explicado a algunos medios que esto ayudará a que directoras y autoras cobren más fuerza. También la CEO, Sarah Harden, ha alabado a sus nuevos socios, Blackstone, Mayer y Staggs, por su visión: “Ven lo que nosotras vemos: que las historias sobre mujeres importan, y que tenemos poder económico como consumidoras, creadoras y líderes de negocio. Su compromiso nos permite multiplicar nuestra misión y nuestra ambiciosa agenda de crecimiento”.
La protagonista de Una rubia muy legal, que supuso su salto a la fama dos décadas atrás, y ganadora de un Oscar por En la cuerda floja hace 15 años ha sabido cómo ser algo más que una actriz y se ha convertido en una de las empresarias más poderosas de la industria del entretenimiento, que ya le reconoce sus méritos. El pasado mes de abril la revista Time le dedicaba su portada y la situaba como una de las 100 mujeres más influyentes del mundo.
Además, está su nada despreciable club de lectura. Algo que podría parecer un simple entretenimiento mueve millones de dólares gracias a sus dos millones de seguidores en Instagram. Libro que recomienda, libro que se agota. Y lleva más de medio centenar, de los que una treintena han estado en la prestigiosa lista de los títulos más vendidos del diario The New York Times. De hecho, hay librerías que tienen secciones específicas con las propuestas de su club.
Y todo después de varios traspiés antes del éxito. Para Hollywood, esta mujer rubia de cara angelical y rasgos perfectos empezó a ser demasiado mayor a partir de los 30 años, así que en 2012 decidió sacarse las castañas del fuego con una productora propia. Una buena idea… que fue un fracaso total. Ella misma ha contado que “no tenía dinero para pagar a los empleados” ni las instalaciones. Pero se recompuso, se rodeó de un buen equipo con una visión empresarial (sobre todo su CEO y mano derecha los últimos años, Sarah Harden) y decidió dar trabajo a muchas mujeres, ahora más de 70, que cada año revisan miles de documentos, artículos, guiones y libros para lograr esas historias que, ahora sí, ella y sus coetáneas producen, dirigen y sobre todo protagonizan.