Después de 20 años de haber sido hurtada, la escultura virreinal de San Antonio de Padua fue regresada a la comunidad de Jiutepec, Morelos.
La obra del siglo XVIII fue entregada al Templo de Santiago Apóstol, ante las autoridades eclesiales, estatales y municipales, así como la feligresía de Jiutepec, después de una procesión del zócalo a la iglesia de la localidad.
De acuerdo con las autoridades mexicanas, la pieza fue robada de la comunidad en 2002. Sin embargo, un museo en Texas, Estados Unidos, alertó este año sobre su localización.
En octubre, representantes del Buró Federal de Investigaciones (FBI por sus siglas en inglés) entregaron la estatuilla a la Fiscalía General de la República (FGR), quienes a su vez la turnaron al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Tras ser repatriada, la obra fue restaurada por la a la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC) por medio de procesos de injertos de madera, reposición de faltantes, retiro del barniz, y exposición de la policromía original del rostro y extremidades.
Además, se realizó un rescate parcial del hábito, se recuperó casi en su totalidad su apariencia estética y se aseguró su estabilidad material.
A la obra le faltaban dos dedos y talones, los cuales se sustituyeron, y se adecuaron algunos injertos a la base de madera, para otorgarle estabilidad. Además, se atendió una grieta que rodeaba el hombro izquierdo, se recuperaron volúmenes y se reintegraron cromáticamente las secciones repuestas.
De acuerdo con las restauradoras de la CNCPC, su antigüedad y origen mexicano se corroboran porque, entre otros aspectos, tiene diseños fitomorfos del hábito y fue elaborada con pino y colorín.
Durante la ceremonia de entrega, la subsecretaria de Desarrollo Cultural, Marina Núñez Bespalova, detalló que la parroquia que albergará la escultura está en un proceso de rehabilitación, tras ser afectada por los sismos de 2017 y apuntó que los trabajos concluirán en 2023.
La estabilidad estructural del Templo de Santiago Apóstol se ha restituido apuntalando el sector de la nave con un andamiaje y consolidando muros testeros, arcos formeros, bóvedas y cúpula, explicó el director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Diego Prieto Hernández.
Hasta el momento, se han destinado un millón 376 mil pesos para medidas preventivas, así como casi 58 millones para la restauración. Para 2023, se tienen contemplados más de 31 millones 640 mil pesos para concluir trabajos en la nave y la torre-campanario, lo que implicará la restitución de aplanados, molduras, aplicación de color e instalación eléctrica, entre otras labores.
De acuerdo con el INAH, durante la actual administración se han recuperado aproximadamente 9 mil 500 bienes culturales.
A principios de octubre, se llevó a cabo la Conferencia Mundial de la Unesco sobre Políticas Culturales y Desarrollo Sostenible (Mondiacult) 2022, la cua fue convocada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Durante ella, los países asistentes reafirmaron su compromiso de proteger y promover la diversidad cultural, así como velar por la “conservación, la salvaguardia y la promoción” de todo el sector cultural, incluido el patrimonio cultural, tanto material como inmaterial.
Con esto, se comprometieron a ampliar los esfuerzos para promover la “protección, el retorno y la restitución de los bienes culturales”, así como para “luchar contra el tráfico ilícito” de estos, velando por la aplicación efectiva de los tratados internacionales.
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