En pocas semanas comenzará el año escolar en Estados Unidos y los casos de COVID-19, impulsados por variantes altamente contagiosas, están nuevamente en ascenso, lo que tiene a los padres sumamente nerviosos.
Cunde el temor de que los maestros se enfermen, las escuelas cierren y los niños se vean nuevamente obligados a tomar clases desde casa por internet.
Algunos distritos escolares han estado contratando personal adicional a fin de cubrir cualquier ausencia, pero muchos no han tomado medidas y simplemente se aferran a la esperanza de que no pasará nada.
Incluso algunos de los distritos escolares que más problemas tuvieron con las clases en medio de la propagación de la contagiosa variante ómicron han aplicado escasos cambios en sus sistemas.
De acuerdo a los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, un brote de COVID-19 en una escuela del Condado Marín pudo haber sido causado por una maestra que no se encontraba vacunada sintió síntomas en mayo y asumió que tenía alergias. Yomara López reporta.
Entre ellos está el condado Baltimore, donde el total de días de clases perdidos por falta de docentes sumó 159 a inicios de año, según la firma de investigaciones Burbio, que monitorea más de 5,000 distritos escolares en todo EEUU. Autoridades en esas localidades sostienen que no ven necesidad de hacer cambios.
“No anticipamos cambios significativos a nuestros planes, no anticipamos problemas significativos”, expresó Charles Herndon, portavoz del sistema de escuelas públicas del condado Baltimore.
“Suponemos que habrá olas de COVID en 2022 y 2023, y seguramente habrá días en que habrá más ausencias y otros días en que todo estará bien”, agregó.
Aun así, el distrito está listo para dar clases a distancia si fuera necesario.
“Por supuesto, esperamos que no lleguemos a eso, pero es una opción en caso de que se haga necesario”, dijo Herndon.
FALTA DE PERSONAL DOCENTE PODRÍA EMPEORAR EL ESCENARIO
Una de las mayores preocupaciones es la falta de personal docente, incluso mayor que el propio virus, declaró Dan Domenech, director ejecutivo de AASA, una asociación de superintendentes escolares.
“Esa es la principal preocupación, de que no habrá suficiente gente para administrar todas las aulas o para manejar todos los programas. Y eso empeorará si hay un brote de COVID”, afirmó Domenech.
Los distritos escolares de Filadelfia son un ejemplo de los trastornos que puede causar un brote del virus. Desde enero, 114 escuelas de la ciudad tuvieron que pasar a educación remota por un promedio de ocho días cada una, para un total acumulado de 920 días, más que ningún otro distrito en la base de datos de Burbio de enero a junio.
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