Miles de trabajadores de ambulancias de Inglaterra y Gales se declararon en huelga el miércoles por motivos salariales, aumentando la presión sobre el servicio sanitario estatal un día después de que los enfermeros se declararan en huelga, mientras el gobierno aconsejaba a la población que no corriera riesgos.
El gobierno dijo que la “profundamente lamentable” huelga tendría como consecuencia un menor número de ambulancias en la carretera y que solo se daría prioridad a los casos más urgentes que pusieran en peligro la vida, como los infartos de miocardio.
El secretario de Salud y Asistencia Social, Steve Barclay, instó a la gente a usar “su sentido común” y añadió que la acción se produce en un momento en que el Servicio Nacional de Salud (NHS) “ya se enfrenta a una presión muy significativa”.
“Ese es el punto en el que los sindicatos han optado por la acción sindical y, al hacerlo, no han estado dispuestos a trabajar con nosotros para acordar exenciones nacionales en términos de cobertura de todas las llamadas de categoría uno, categoría dos, potencialmente mortales y de emergencia”, dijo a la BBC.
Christina McAnea, secretaria general de Unison, se mostró “totalmente escandalizada” por los comentarios de Barclay y dijo que él sabe que hay planes detallados en las áreas locales.
“Estas acusaciones del secretario de Estado son una distracción ante los propios fallos del gobierno y su negativa a resolver de forma constructiva este conflicto”, afirmó.
Su homóloga en Unite, Sharon Graham, afirmó que todas las llamadas de categoría uno serían atendidas, mientras que las de categoría dos, que incluyen afecciones como derrames cerebrales, serían evaluadas por personal sanitario.
“Esta huelga no tenía por qué producirse“, declaró a la BBC. “(El gobierno) tiene que volver a la mesa de negociaciones para que podamos conseguir un aumento salarial adecuado para que estos trabajadores y todo el mundo pueda volver al trabajo”.
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