Credit Suisse trataba de apuntalar su liquidez y restablecer la confianza de los inversores este jueves tomando prestados hasta 54,000 millones de dólares del banco central suizo, aunque la medida sólo ofrecía un respiro limitado a los valores bancarios mundiales.
La entidad helvética es el primer gran banco mundial al que se le lanza un salvavidas de emergencia desde la crisis financiera de 2008 y sus problemas han suscitado serias dudas sobre si los bancos centrales serán capaces de mantener subidas agresivas de las tasas de interés.
Sin embargo, el Banco Central Europeo elevó las tasas en 50 puntos básicos el jueves, como estaba previsto, subrayando la resistencia del sector bancario de la zona euro y asegurando que disponía de suficientes herramientas para ofrecer apoyo de liquidez en caso necesario.
Las acciones de Credit Suisse mejoraron un 19%, recuperando parte de su caída del 25% de la víspera.
Este jueves, la Casa Blanca afirmó que la crisis del banco suizo Credit Suisse no tiene que ver con la situación económica actual. “Esos problemas (de Credit Suisse) no están relacionados con la situación económica actual, con el ambiente económico que tenemos”, afirmó en una rueda de prensa la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre.
La secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, declaró que el sistema bancario del país sigue siendo sólido gracias a las medidas “decisivas y contundentes” adoptadas tras la quiebra del Silicon Valley Bank (SVB).
En Europa, el índice bancario de la región avanzó un 0.9%, tras días de fuertes pérdidas por el temor de los inversores a posibles tensiones bancarias en todo el mundo.
El malestar se extendió más allá del sector financiero, y los tesoreros de las empresas alemanas fueron instados por su asociación sectorial a “no subestimar la situación actual”.
Desde el 8 de marzo, antes de la quiebra la semana pasada del Silicon Valley Bank (SVB), los bancos europeos han perdido unos 165,000 millones de dólares de valor de mercado, según datos de Refinitiv.
Los problemas de Credit Suisse, de 167 años de antigüedad, han desplazado el foco de atención de inversores y reguladores de Estados Unidos a Europa, donde el prestamista suizo encabezó una liquidación de acciones bancarias después de que su mayor inversor dijera que no podía proporcionar más fondos debido a restricciones regulatorias.
Ello amplió los temores suscitados por la quiebra la semana pasada de los estadounidenses SVB y Signature Bank, que llevó a las acciones bancarias a una montaña rusa ante el temor de los inversores a un colapso como el de Lehman Brothers, el gigante de Wall Street cuya quiebra desencadenó la crisis financiera mundial.
Los inversores están pendientes ahora de cualquier acción de los bancos centrales y los operadores apuestan a que la Fed, que la semana pasada se esperaba que acelerara sus alzas de tasas ante la persistencia de la inflación, haga una pausa o dé marcha atrás.
La rápida subida de las tasas ha dificultado a algunas empresas la devolución o el servicio de los préstamos, aumentando las posibilidades de pérdidas para unos prestamistas ya preocupados por una recesión.
Con información de Reuters y EFE
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