Memorias de un caracol es el último proyecto del guionista y director Adam Elliot, quien se ha hecho un nombre con tragedias como su nueva película animada. Memorias de un caracol se une a sus filas de impresionantes películas animadas stop-motion que incluyen María y Max y Harvey Krumpetlos cuales comparten la melancolía y el optimismo cauteloso de Memorias de un caracol. Aunque hay puntos brillantes a lo largo de los 94 minutos de duración de la película, Memorias de un caracol no se anda con rodeos y no tiene miedo de hacerte llorar. Sin embargo, unas cuantas lágrimas nunca hacen daño a nadie y hay oportunidades ocultas de alegría.
Siguiendo a Grace Pudel, una joven que cuenta la historia de una vida plagada de pérdidas, Memorias de un caracol Es un estudio de carácter profundo y escrutador. Para aquellos que escuchan atentamente, notarán que la voz de Grace es Sarah Snook del elenco de Sucesiónque está muy lejos del privilegiado Shiv Roy. Grace no solo es la protagonista, sino también la narradora, que cuenta obedientemente tragedia tras tragedia con el ritmo metódico del cineasta detrás de la historia. Sin embargo, Grace nos dice desde el principio que siempre está buscando su lado positivo.
Adam Elliot aporta su característica fantasía y tragedia a Memorias de un caracol
Para cada momento de tristeza, Elliot nos anima a reír
Es fácil ver matices de Elliot en Grace, una joven tímida con un padre acrobático y predilección por la animación stop-motion. Aunque la historia de Grace da algunos giros más trágicos que la de Elliot, al dar una parte de sí mismo a sus personajes, Elliot comparte algo verdaderamente vulnerable y conmovedor. Podemos vernos a nosotros mismos en Grace, incluso si nuestras dificultades no se han acercado a las que ella enfrenta, porque fue creada para ser alguien universalmente humano, y este es el regalo que brinda el estilo cinematográfico de Elliot.
La amistad y los pequeños actos de bondad son primordiales en Memorias de un caracol, ya que la historia nos anima a ver el humor y el amor en cada situación, incluso cuando son espantosas. Para aquellos que no están familiarizados con el estilo de Elliot, los incesantes obstáculos que encuentran Grace y su querido hermano gemelo Gilbert (Kodi Smit-McPhee) pueden ser muchos. Los propios personajes están abrumados por el peso de su tristeza, pero la película no quiere que dejemos pensando que la vida es sólo una tragedia.
Éste es el mensaje general de
Memorias de un caracol:
la vida es demasiado corta para vivirla a mitad de camino.
Son las excentricidades de los personajes las que los hacen memorables más que sus dificultades. Finalmente se revela que la amiga de Grace, Pinky (Jacki Weaver), tuvo una vida tan difícil como la de Grace, pero eso no le ha impedido vivirla al máximo. Este es el mensaje general de Memorias de un caracol: la vida es demasiado corta para vivirla a mitad de camino. A través de las distintivas pero hermosas imágenes de la historia de Elliot, Aprendemos esta lección junto a Grace y sentimos profundamente por ella. mientras navega por cada fase de su vida, que la historia trata con igual cuidado y equilibrio.
La narrativa se desarrolla lentamente ante nosotros, siguiendo el ritmo perfecto de cada parte de la vida de Grace y construyendo nuestra inversión en su historia. Si bien la estructura podría considerarse simplista, Elliot la fortalece con flashbacks de las historias de fondo de otros personajes. e intercala la mayoría de edad de Grace con las duras realidades de Gilbert. Sin embargo, Memorias de un caracol Nunca nos pide a nosotros ni a la narrativa que comparemos la profundidad de la tristeza o la experiencia. Cada experiencia es tratada con el mismo peso e importancia. Incluso cuando nos damos cuenta de que la vida de Grace se está convirtiendo en una serie de desgracias, es imposible no seguir con ella.
Memorias de un caracol El mensaje y los temas pueden resultar familiares, pero eso no los hace menos impactantes
Las lecciones que Grace aprende son verdades universales que siempre son atemporales
Si bien a todos nos han dicho que aprovechemos el día, que la vida es demasiado corta y muchos otros tópicos muchas veces a lo largo de nuestras vidas, Memorias de un caracol no trata sus temas con ligereza. Reconoce que, para Grace y para todos nosotros, lleva tiempo asimilar esta lección. El amor familiar también es una faceta clave de la película. Aunque su tiempo real juntos en pantalla es corto, la conexión entre Grace y Gilbert sale de la pantalla y resonará en cualquiera que tenga un hermano. Él es el ancla de Grace ante la realidad y el lado positivo de la historia.
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A estas alturas no hace falta decir que el género de animación, y concretamente el stop-motion, no es sólo para niños, aunque los temas en Memorias de un caracol conectaría con audiencias de cualquier edad. El futuro de la industria del stop-motion depende de visionarios como Elliot, y es un magnífico atractivo de lo importante que es que se hagan y se vean películas independientes como ésta. Cualquier cosa que haga Elliot a continuación, seguramente tendrá el cuidado y el humor que lo hacen Memorias de un caracol tan triste y tan hermoso de presenciar.
Memorias de caracol estará disponible para ver en los cines de Nueva York y Los Ángeles el 25 de octubre antes de expandirse a otros cines el 1 de noviembre. La película tiene una duración de 94 minutos y tiene una clasificación R por contenido sexual, desnudez y contenido violento.
En la Australia de los años 70, Grace Pudel, una mujer tímida y melancólica, atraviesa una vida de pérdida y soledad después de ser separada de su hermano gemelo. El viaje de Grace, que encuentra consuelo en su amor por los caracoles y sus amistades excéntricas, destaca temas de resiliencia y autodescubrimiento, contados a través de la característica animación stop-motion de Adam Elliot.
- Memorias de un caracol tiene un mensaje y temas impactantes
- La historia trata todas las experiencias de sus personajes con el mismo peso.
- La película es vulnerable y conmovedora.
- Tiene grandes personajes y todos son tratados con mimo.
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