Restaurantes de la CDMX abrirán el 18 de enero en áreas abiertas y bajo estrictas medidas de seguridad

Los restauranteros de la Ciudad de México lograron un acuerdo condicionado con las autoridades, para que el próximo lunes puedan abrir en áreas abiertas y bajo estrictas medidas de seguridad.

El gobierno de la Ciudad de México alcanzó un acuerdo con los restauranteros para facilitar la apertura de los locales a partir del próximo lunes, con estrictas medidas de seguridad debido a la situación de la pandemia de Covid-19.

Luego de dos meses de negociaciones, el 18 de enero abrirán los restaurantes de la capital de manera escalonada mediante cuatro fases, de las que solo han trascendido las primeras dos.

Manuel Ablanedo, propietario de la marisquería ‘Fisher’s’, reveló durante una entrevista con Milenio que en la primera fase los restaurantes operarán de 8 de la mañana y hasta las seis de la tarde. Las autoridades impusieron al gremio la apertura de terrazas y mesas en el exterior, así como mantener la distancia de seguridad de 1,5 entre los comensales.

Después de las 18 horas, los restaurantes solo podrán ofrecer el servicio de comida para llevar.  Aunque el acuerdo se dará a conocer de forma oficial en la Ciudad de México el viernes 15 de enero, los restauranteros han divulgado los detalles en diversos medios de comunicación. Esperan que este jueves se pueda anunciar un acuerdo similar con el Estado de México.

Para esta primera fase los restauranteros deberán coordinarse con las alcaldías para que faciliten que los negocios que no cuenten con terraza puedan atender en las banquetas. con la condición de que cumplan con el protocolo de ‘mesa segura’, que limita a no más de cuatro personas por mesa. 

También deberán utilizar los códigos QR para los menús y al menos el 5% del personal deberá hacerse pruebas de Covid-19 semanalmente. Lo anterior en empresas con más de cincuenta trabajadores.

Igualmente, deberán facilitar que personal del Instituto de Verificación Administrativa (Invea) realice trabajos de supervisión del cumplimiento de las medidas.

En la segunda fase el aforo será de 25% en interiores y 35% en exteriores. El horario se extenderá hasta las 22 horas de martes a domingo. No se podrá tener música en los locales.

Si la ciudad pasa a semáforo naranja, los restauranteros pretenden regresar a las condiciones de operación publicadas en la Gaceta Oficial de la Ciudad de México. Es decir, contar con el 30% de aforo en interiores y el 40% en exteriores con el cierre a las 23:00 horas. En esos casos, sí se permitiría la música en vivo o grabada con un volumen máximo de 62 decibelios. Los comensales por mesa no podrían exceder de seis.

De acuerdo con Manuel Ablanedo, los restauranteros se reunirán todos los miércoles con las autoridades del gobierno capitalino y los alcaldes para revisar las medidas y avanzar en otras propuestas.

Restauranteros abrieron locales el lunes, como medida de presión

El lunes, cerca de 500 restauranteros abrieron sus locales, mediante una iniciativa llamada #AbrirOMorir, difundida a través de las redes sociales. Lo anterior, pese a la prohibición de las autoridades capitalinas, ya que la ciudad se encuentra en semáforo rojo debido a la pandemia de Covid-19.

El empresario Giulliano Lopresti -propietario del restaurante Quebracho- aseguró en Aristegui en Vivo que los restauranteros pidieron al gobierno de la Ciudad de México  “una ruta jurídica” que les permita operar en semáforo rojo, porque ya llegaron “al límite” de su capacidad económica. 

El empresario mencionó que los restauranteros buscan un equilibrio en la salud, el empleo y la economía, ya que la declaración sanitaria que realizó el gobierno de la Ciudad de México no dio certeza jurídica para que los restauranteros puedan operar y llegar a acuerdos con los caseros, con los proveedores y con los bancos.

Lopresti enfatizó que el tamaño de la crisis por la que atraviesa el sector se puede ejemplificar de la siguiente manera: “por cada muerto que hay en el país hay casi cuatro personas desempleadas”. Otra cifra que destacó fue que el 70% de los negocios en el ramo son informales, mientras que el 30% que realiza sus actividades de manera formal, representa el 75% del valor económico. Por lo tanto, demandan el mismo trato que a los negocios informales, a los que sí se les permite abrir.

Respecto del anuncio de la jefa de gobierno capitalino, Claudia Sheinbaum, de condonarles el impuesto sobre la nómina, dijo que “es una señal de que están empezando a entender que llegamos al límite”, aunque se trata del impuesto que menos impacta el gasto.

También pidió el apoyo del gobierno federal, ya que a nivel local no existe capacidad para enfrentar financieramente la gravedad de la crisis y porque, además, su industria impacta a otras ramos de la economía nacional: “Nadie está hablando de ganar dinero ni de que nos rescaten, estamos hablando de sobrevivir”.

El pasado 8 de enero, la industria restaurantera de la Ciudad de México y el Estado de México publicó una carta abierta dirigida a la jefa de gobierno capitalina, Claudia Sheinbaum Pardo, y al gobernador mexiquense, Alfredo del Mazo, en la que expresó la necesidad de abrir los locales o, de lo contrario, enfrentarse al cierre de los mismos.




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