El domingo por la tarde noche comenzaron a aparecer peces muertos de tamaño pequeño en playas de la zona sur del mar Menor (los Nietos, Islas Menores o Lengua de Vaca). Los vecinos dieron la voz de alarma con el recuerdo presente de lo ocurrido en octubre de 2019, cuando aparecieron miles de peces muertos, asfixiados por la falta de oxígeno. En este caso, el episodio es de menor magnitud y se han recogido hasta este martes unos 250 kilos de alevines de varias especies y algunos crustáceos. En 2019 fueron tres toneladas. El Gobierno murciano asegura que los datos recogidos por personal científico de la Universidad Politécnica de Cartagena descartan que se haya producido un episodio de anoxia (falta de oxígeno), y tampoco se han detectado vertidos tóxicos. Han registrado, sin embargo, un incremento de temperatura del agua en esa zona, que ha pasado de 28,5 a 31 grados en solo dos días, lo que apunta a esa circunstancia como causa de lo sucedido, añade el mismo portavoz. Esta explicación oficial ha provocado una fuerte contestación por parte de las organizaciones ecologistas de la zona, que apuntan al importante deterioro que arrastra el ecosistema y a la falta de oxígeno como explicación más plausible.
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Sin embargo, el catedrático de Ecología de la Universidad de Murcia, Ángel Pérez Ruzafa, cuyo equipo colabora con el Gobierno murciano, considera que a las altas temperaturas se ha sumado la entrada de aguas superficiales y subterráneas “que van muy cargadas de nutrientes”. Han localizado valores bajos de oxígeno solo en un par de lugares ubicados en la zona profunda de la cubeta sur de la laguna y enfrente del canal del Estacio. “No ha llegado a ser una anoxia general, pero suficiente para que los organismos sensibles lo noten”, ha explicado. De esta forma, el episodio ha afectado “a cirretes y camarones, pero no se han detectado juveniles de doradas, anguilas o adultos” y, en su opinión, no se puede descartar que algo así vuelva a ocurrir.
Juan Manuel Ruiz, profesor de investigación del Instituto Español de Oceanografía-CSIC, sostiene que “es de muy poco rigor científico descartar la anoxia sin tener sistemas de control de esa variable adecuados”. Recuerda que basta con que falte el oxígeno en una parte de la laguna para que mueran los organismos que hubiera en ese lugar y que sean arrastrados después a las playas.
Hay que tener en cuenta, además, que el ecosistema del mar Menor está muy mermado por la entrada de nitratos que proceden, sobre todo, de los abonos de los cultivos de regadío que se han multiplicado en la zona del Campo de Cartagena (la cuenca que vierte al mar Menor). Estas sustancias son el combustible del proceso eutrófico: su aumento hace que crezcan el fitoplancton y las algas, lo que, a su vez, conduce a falta de oxígeno. Los nutrientes llegan al mar Menor a través de las aguas superficiales y las subterráneas que proceden de la agricultura, aderezadas con otros vertidos de aguas pluviales con una depuración insuficiente, recuerda Ruiz.
El Gobierno regional ha anunciado este martes que va a presentar una denuncia en la Fiscalía “para que investigue a la ministra Teresa Ribera por su inacción y falta de aplicación de medidas que contribuyan a la protección y recuperación del mar Menor, y tras su decisión de abandonarlo, permitiendo que cada día entren al ecosistema 30.000 metros cúbicos de agua dulce y 5.857 kilos de nutrientes”. Así, según los datos del Ejecutivo autónomo, desde el mes de noviembre de 2019 han acabado entrando por las ramblas 19 millones de metros cúbicos de agua y 3,7 millones de kilos de nutrientes.
Isabel Rubín, portavoz del Pacto por el mar Menor, organización que lucha por mejorar el estado de la laguna, critica la actitud del Gobierno regional. “Es algo indignante, Murcia tiene muchas competencias y en los casi seis años que nosotros llevamos en marcha no se ha dado ningún paso para solucionar el origen del problema, que son los productos que se utilizan en la agricultura”, sostiene. Denuncia, además, que no existe ningún control sobre los agroquímicos que se usan en el campo.
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