La secretaría busca reconvertir los sistemas agroindustriales en sistemas agroecológicos, por lo que retirará cerca de 80 plaguicidas, dijo Víctor Manuel Toledo Manzur.
El glifosato es el veneno más perjudicial que existe y el más extendido, porque va acompañando siempre al maíz, la soya y el algodón transgénico; incluso, en varios países ya está prohibido, lo que ha afectado la comercialización de productos mexicano, como la miel, dijo Víctor Manuel Toledo Manzur, titular de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
Sin embargo, en el caso del uso glifosato en México no es un caso cerrado, sino una discusión abierta, y su retiro será gradual, dijo Toledo Manzur en entrevista con Aristegui en Vivo.
El jueves, en este mismo espacio, Bosco de la Vega, presidente del Consejo Nacional Agropecuario denunció que había solicitado en tres ocasiones entrevistarse con Toledo Manzur para exponer la situación del gremio que representa, y abordar el tema de la prohibición del glifosato y cómo perjudica al sector agroindustrial, pero no había obtenido respuesta.
Durante la entrevista, el funcionario aclaró que no estaba enterado de que había solicitado cita con él, pero aseguró su apertura al diálogo.
Incluso, agregó, miembros del consejo fueron recibidos en dos ocasiones por la Semarnat y participaron en un taller.
“Estamos abiertos al diálogo totalmente”, expresó.
Este año, han atendido más de 50 conflictos, dijo, pues la Semarnat es una de las secretarías de mayor tensión y conflictividad.
El glifosato y la evidencia científica
En los últimos 10 años, explicó Toledo, han ido ganando las investigaciones científicas, que han ido descubriendo y acumulando datos sobre los impresionantes impactos del glifosato sobre la salud ambiental y la salud humana.
Señaló que hoy toda esa información se concentra en un catálogo toxicológico realizado en Argentina, que ofrece referencia de mil 150 artículos científicos; no solamente el glifosato está considerado por la Organización Mundial de la Salud como probablemente cancerígeno, sino que tiene impacto sobre todos los sistemas del ser humano y en una gran cantidad de organismos polinizadores, como las abejas y las mariposas.
Gran parte de lo que ha pasado con la mariposa monarca tiene que ver con los plaguicidas, y con el glifosato probablemente, agregó.
“No podemos decir que este es un caso cerrado, al contrario, es una discusión abierta”, agregó; “no es tan fácil, como lo señaló el ingeniero Bosco de la Vega”.
En esta discusión, no sólo está la opinión del sector comercial, del sector de los grandes productores agrícolas y pecuarios, sino que del otro lado está la Comisión Nacional de los Derechos Humanos en México, que exige que se haga ya una transición y se eliminen los plaguicidas.
“En eso estamos, empezando por el glifosato, pero vamos a seguir con 70 u 80 plaguicidas”, señaló.
“En México, ha sido impresionante, se ha dejado todo sin ninguna regulación, y ya estamos en tiempos nuevos”.
La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) también ha exigido lo mismo, indicó; además, 180 organizaciones de productores, ambientalistas y conservacionistas han difundido una carta de apoyo a la decisión de Semarnat sobre el glifosato.
“Tengo que decir que es una prohibición gradual, no estamos en una actitud radical”.
Incluso, adelantó que junto con la Secretaría de Agricultura publicará un documento sobre cómo será el proceso gradual de transición de los plaguicidas hacia un sistema agroecológico.
En buena parte de los países de Europa han prohibido el glifosato o están en proceso de hacerlo, dijo; incluso, eso afectó a los apicultores mayas, pues ya no pudieron comercializar en esos mercados su miel.
Hasta ahora la secretaría no ha determinado si hay un sustituto para el glifosato, como piden los agricultores.
“El problema no sólo es el glifosato y el plaguicida, es todo el sistema agroindustrial a gran escala”, explicó.
Rumbo a la agroecología
Lo que la Semarnat y el gobierno pretenden es llegar a una reconversión de los sistemas agroindustriales a sistemas agroecológicos, señaló Toledo Manzur.
Destacó que México es pionero a nivel mundial en agroecología, como en el caso de las cooperativas de café de comunidades indígenas.
“Somos un país muy destacado en términos de agroecología”, expresó.
Señaló que para el sector agroindustrial el glifosato es necesario para acabar con la maleza, pero no todas son malezas, pues ahí están los quelites, que forman parte importante de la alimentación de los campesinos.
Además, agregó muchos problemas ambientales están ligados con los plaguicidas.
Actualmente, trabajan en las alternativas y junto con la Secretaría de Desarrollo Rural (Seder) establecerá un plan con precisión, pues además de los plaguicidas hay otras alternativas.
“Necesitan convencer a los grandes productores agrícolas del país, que fueron los grandes consentidos de los gobiernos neoliberales”.
Por ejemplo, dijo, en el tema del agua, no solamente se dio gratis, sino que hay evidencia de que el 60 por ciento de los casos se ha estado sobreexplotando los acuíferos de las áreas agrícolas de gran escala.
“Ya estamos en tiempos nuevos, es un gobierno nuevo y también estamos en una nueva Semarnat, lo que nos dejaron los gobiernos neoliberales fue una Semarnat sin dientes, amarrada, en contubernio casi siempre con las empresas, tenemos una cantidad de casos de corrupción impresionante en todos los campos, en el campo del agua, de la conservación, del tema forestal, etcétera”.
Señaló que en esta nueva Semarnat se han planteado dos objetivos como filosofía, el primero, trabajar a partir de evidencia científica, y el segundo lugar, con lo que llaman ciudadanización de la política ambiental.
“Nuestro equipo, que es hoy un equipo renovado, es fundamentalmente de alta calidad científica y técnica”, asegura Toledo Manzur, quien cuenta con 50 años de experiencia como investigador en la UNAM.
En cuanto a la ciudadanización, dice, han establecido diálogo con la sociedad, tan sólo en este año que ha transcurrido con la nueva administración han establecido relación con mil 500 organizaciones ambientalistas, forestales, agrícolas, conservacionistas, etcétera.
Con la pandemia quedó evidenciado que México está lejos de una alimentación sana, por lo que tendrá que revisarse desde la propia producción de alimentos.
“El uso de los plaguicidas y de los transgénicos tendremos que modificarlo, y también modificar los sistemas de distribución; crear esquemas de consumo responsable, por eso también impulsamos el tema del nuevo etiquetado, que también levantó ámpula en los sectores que se opusieron”
Este es un nuevo gobierno, de izquierda, antineoliberal y vienen nuevas reglas, dijo.
“En el caso de lo ambiental, vamos a ir siempre al fondo de los casos, con evidencia científica, y siempre del lado de la sociedad; es nuestra consigna”, concluyó.