“Retórica rabiosa” de Trump criminaliza a mexicanos e incita a violencia: Mesa Política

Desde su campaña a la Presidencia de Estados Unidos, la estrategia política de Donald Trump ha incitado al racismo y a la criminalización de los mexicanos. Esta “retórica rabiosa” ha resonado entre la extrema derecha.

La retórica antiinmigrante y, en particular, antimexicana, del presidente estadounidense, Donald Trump, han tenido consecuencias desde que llamó a los mexicanos criminales y violadores durante su campaña a la presidencia en 2016.

Durante su participación en Mesa Política, Denise Dresser afirmó que las referencias a la migración mexicana como una “invasión”, tuvieron una influencia clara sobre el hombre que abrió fuego en un centro comercial de El Paso, Texas, el 3 de agosto pasado, ya que en el manifiesto que publicó en internet, usó repetidamente la palabra invasión.

“Hemos visto como el presidente estadounidense, vía su cuenta de Twitter, ha identificado enemigos de manera reiterada, y luego un seguidor suyo los asesina”.

Para Dresser, una lección importante de la masacre dirigida a mexicanos, más allá del problema del fácil acceso a las armas de fuego, es que cómo la “retórica rabiosa” de Donald Trump contribuye al racismo, a la discriminación y a la criminalización étnica.

“Las palabras construyen democracia o contribuyen a minarla”.

Para Sergio Aguayo, estos mensajes forman parte de una corriente mundial “disruptiva”, alineada con el auge del odio, la xenofobia y el racismo. Sin embargo, considera que esta estrategia “se está agotando”, porque es totalmente predecible.

“Ya se espera que utilice la información de una manera “deshonesta y desinhibida para imputar acusaciones a quienes considera los enemigos del interés nacional o personal”. 

Aguayo lamentó que, después de tantos cambios sociales y políticos que ha logrado la sociedad estadounidense en las últimas décadas, llevaría a pensar que “ya están superando esa característica histórica de ser una sociedad con rasgos muy racistas, pero ahora nos damos cuenta de que no”. 

Por su parte, Lorenzo Meyer consideró que, en lo que respecta al tema de invasiones “nadie (en Estados Unidos) puede tirar la primera piedra por estar libre de culpa”. El historiador explicó que el mismo estado de Texas, donde se perpetró la masacre, fue poblado por colonos no autorizados por la Corona Inglesa.

“Fueron a tomar una parte de pueblos originarios, a los cuales no se les daba mayor importancia, se les veía como salvajes que tenían que meter en cintura”.

Ahora, ciudades texanas como El Paso cuentan con una población 88 por ciento mexicana, ya sea por haber nacido en México o porque sus padres nacieron al sur de la frontera.

“A eso es a lo que le temen personas como el que llevó a cabo la matanza, Trump o muchos otros norteamericanos. Deshacer esa idea que tiene un contenido racial y de discriminación va a tomar mucho tiempo”.




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