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Retrasos y examinadores que no conocen los ejercicios: caos en las pruebas de inglés de los centros bilingües de Madrid


Horas de retraso, examinadores que no sabían cómo tenían que hacer la prueba o cajas que contenían los exámenes viajando en taxi a última hora de un municipio a otro por errores en la dirección de destino. La situación que vivieron este miércoles los alumnos de cuarto de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) que estudian en centros bilingües en la Comunidad de Madrid fue esperpéntica, según el relato de varios docentes. Se presentaban al examen que llevan preparando durante todo el curso para conseguir el certificado de inglés que la Administración brinda a estos alumnos de centros públicos y concertados y sufrieron una mañana caótica. Debido a los retrasos, de hasta tres horas, muchos de los alumnos se quedaron sin realizar exámenes de otras asignaturas que tenían previstos.

Este año coincide que la empresa que suele organizar la aplicación, calificación y certificación de las pruebas de nivel no ha sido Cambridge Certificate, como suele ser habitual. La Administración ha concedido este curso la licitación a la empresa externa examinadora People Center International Limited, la única que se presentó al concurso público en marzo, y a la que ha pagado 4.938.231,01 euros por el trabajo. “Estábamos preparando el modelo de Cambridge y nos avisaron hace solo un mes que cambiaban el modelo”, lamenta Flora Jordán, jefa del departamento de inglés de un instituto público en Torrejón de Ardoz y miembro del consejo escolar.

En ese centro estaba previsto que las pruebas de nivel comenzaran a las nueve de la mañana. Sin embargo, hasta las doce nadie vio un folio. Ese retraso de tres horas se debió a un error de cálculo importante. La empresa organizadora había mandado la caja que contenía las pruebas a otro instituto con el mismo nombre, pero situado en Getafe. Cuando se dieron cuenta de la confusión, tuvieron que enviar un taxi para que trasladara los exámenes hasta Torrejón, donde los alumnos esperaban, desesperados, a que comenzara la prueba que tendrá que certificar si consiguen el título B2 First o el C1 Advance, los niveles a los que se suelen presentar en cuarto de la ESO. Todas las pruebas que tenían previstas después ―están de exámenes finales― tuvieron que ser suspendidas, lo que ocasionó un desbarajuste importante en la organización del instituto.

En otro centro de Mejorada del Campo, los profesores de inglés vivieron otra situación “bastante surrealista”. Los examinadores ―”nada de nativos, españoles de unos 18, 19 o 20 años que se notaba que no habían hecho esto en la vida”― llegaron al instituto y no sabían en qué consistía la prueba conocida como listening que tenían que realizar. Los propios docentes del centro tuvieron que explicarles que debían reproducir cuatro audios a los alumnos ―dos veces cada uno― para que contestaran después varias preguntas sobre su contenido.

Numerosas quejas

Las quejas se fueron replicando en diferentes puntos de la región madrileña, hasta el punto de que diferentes docentes mandaron varios escritos, a los que ha tenido acceso EL PAÍS, dirigidos a los grupos de coordinadores de todos los centros, que a su vez se quejaron a la Dirección General de bilingüismo de la Comunidad de Madrid.

“Hoy teníamos también el [examen] oral. A las 10.00 volvemos a llamar y nos dicen que… ¡¡HOY NO HACEMOS EL ORAL, QUE NO HAY PERSONAL!! Me parece una falta de respeto total hacia los alumnos y al profesorado que hemos puesto el cole patas arriba para hacer los exámenes hoy”, escribía una docente. “Hoy hemos realizado el listening, reading & writing. En una palabra: LAMENTABLE. La experiencia de 10 años realizando esta prueba me ha dotado de conocimientos suficientes (tan obvios y sencillos) cómo para saber cómo llamar a los niños, cómo los exámenes deben estar en las mesas antes de que los niños entren al aula, poner la hora de inicio y final en la pizarra y un largo etcétera”, relataba un docente en otro escrito que remataba: “Esta empresa está a años luz y, solo espero que si hemos sido los primeros en realizarla, al menos los examinadores vayan con un poquito más de idea, porque no traían ninguna”.

“8.55 de la mañana y sin rastro de nadie”, explicaba otro profesor en otro mensaje, cuando el examen empezaba a las 9.00. “Y el responsable aparece de malas formas diciendo que no pasa nada”, zanjaba. “Yo, allí, a las 7.30 revisando que todo estuviera en orden, ventilando, encendiendo ordenadores… Porque según el correo recibido, vendrían a las 8.00. A las 8.30 he llamado. Me han pasado con una chica, luego con otra… Y finalmente me dicen que va a comprobar algo y que me llama… Hasta ahora. Han venido casi a las 9.00, yo de los nervios. Y no sabían ni qué hacer…”, se indignaba otra profesora.

La Comunidad de Madrid explica que el pasado marzo se publicaron los pliegos del contrato público para realización de las pruebas de nivel lingüístico en inglés y que solo se presentó una oferta por parte de la empresa People Center International Limited, “que cumple los requisitos solicitados”, por lo que se le adjudicaron los dos lotes del contrato público. “Cuando finalicen las pruebas tanto escritas como orales, la Comunidad de Madrid realizará un balance de su desarrollo”, dice un portavoz de la Consejería de Educación.

Estos exámenes son pruebas de evaluación externas anuales, un instrumento esencial para medir y garantizar la calidad del Programa Bilingüe que normalmente realizan prestigiosos centros de evaluación en inglés, como el Trinity College de Londres, el Cambridge English Assesment o la University of Cambridge local examinations syndicate (Ucles). Cada año, la Comunidad de Madrid saca a concurso la licitación por un precio que ha ido aumentando desde los 2,5 millones de 2015 hasta los casi cinco millones de este año. Esos centros examinan de las cuatro destrezas (comprensión y expresión, oral y escrita) a los menores de sexto de primaria (que se suelen presentar al A1 o B1) y a los de cuarto ESO (preparados para el B2 o el C1) en unas pruebas que se consideran censales. En los últimos cinco años se han presentado 151.674 alumnos de primaria y 45.593 alumnos de secundaria, con un grado de éxito en los resultados que ronda el 75%.

La Comunidad de Madrid ―que cuenta con 589 centros públicos bilingües, de los que 190 son institutos, y 216 concertados, con unos 250.000 alumnos matriculados― ha defendido desde hace más de una década su compromiso activo de incorporar el inglés como primera lengua extranjera. Por eso mismo Jordán, la jefa del departamento de inglés de un instituto público bilingüe de Torrejón, lamenta el cambio de empresa “porque el título de Cambridge está reconocido internacionalmente pero el de este año no”.

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