La periodista brasileña Solange Freitas sobrevivió a un atentado a tiros este miércoles mientras hacía campaña para las elecciones en las que los brasileños votan este domingo a los alcaldes y concejales de todo el país, más de 5.000 municipios. En dos semanas habrá una segunda vuelta. La candidata del Partido da Social Democracia Brasileira (PSDB) al Ayuntamiento de São Vicente (São Paulo), asegura haber recibido dos amenazas de muerte en campaña antes del ataque que casi la mata junto a varios colaboradores. Un hombre que iba en una moto disparó en cinco ocasiones contra el coche en el que estaban. Como estaba blindado, los proyectiles no atravesaron el cristal y nadie resultó herido. Aparte de Freitas, había tres asesores y el candidato a vicealcalde.
La candidata es una víctima más de la escalada de violencia política en las elecciones municipales brasileñas, que ya suma 82 candidatos o militantes asesinados. La Policía aún investiga quiénes fueron los autores, material e intelectual, del atentado sufrido por la política. “Aún se tiene que investigar, pero, para mí, hubo un móvil político. Cuando ocurrió me llevé un susto enorme, lloré sin parar y sentí rabia e indignación. Saber que la gente hace eso por el poder. Pero, luego, eso te da aún más fuerzas para continuar”, afirma la candidata a EL PAÍS.
Brasil afronta su elección más inusual desde el retorno a la democracia en 1985. Los comicios de este domingo fueron aplazados por la pandemia en este país que tiene el segundo mayor número de muertes por la covid-19 en el mundo (con más de 165.000 fallecidos). En el Estado de Macapá, la votación se pospuso por un gigantesco apagón que aún causa estragos. El miedo a la pandemia puede tener un efecto perjudicial para la democracia. Si, por un lado, el número de votantes registrados aumentó un 2,6% en relación a las municipales de 2016, la expectativa de los especialistas es que haya un récord de abstenciones, como ha ocurrido en otros países.
Freitas se había cambiado de sitio poco antes del atentado. Dejó el asiento delantero y se sentó atrás para repasar la agenda del día con una asesora. Según ella, desplazarse en un automóvil blindado era una medida de prevención. La candidata, que volvió a hacer campaña en la calle este viernes, afirmó que no se siente intimidada. “Estoy firme en mi propósito, no voy a dejarlo. Este atentado a la democracia también es lamentable porque puede desanimar a las mujeres a postularse a algún cargo ante tanta violencia, como el intento de asesinato de una candidata”, asegura. “Este fuerte movimiento de más mujeres en la política es muy bueno e importante”.
La periodista, de 50 años, trabajaba como reportera de TV Tribuna, filial de Globo, hasta mayo, cuando lo dejó para dedicarse a la campaña. Desde que entró en el mundo político, dice haber sido fuertemente atacada en las redes sociales. “No con ataques como este, de tiros. Siempre fueron intentos de perjudicar mi imagen. Muchas noticias y acusaciones falsas, tanto que tuve que recurrir a la Justicia muchas veces”, cuenta.
Para ella, el único objetivo de los ataques en redes sociales era desestabilizarla. “Y más por mi condición de mujer, pues es la primera vez que hay candidatas mujeres que aspiran al ayuntamiento. En cambio, lo que ha sucedido esta semana sí que es una cuestión de poder”, dice.
Durante la campaña, afirma haber sufrido dos amenazas de muerte, a las que no le dio mucha importancia. El 14 de octubre, uno de los locales de reunión de la candidata fue destruido por un incendio, presuntamente intencionado. La Policía Civil aún está investigando el caso. Días más tarde, cuando visitó el local, fue abordada por un desconocido en una bicicleta.
“Me dijo que trabajaba para una persona, sin decirme para quién, pero que sabía que si yo subía mucho en los sondeos, me matarían. Y que, si no me mataban y ganaba las elecciones, no iba a asumir el cargo”, cuenta. Ella concluyó con sus asesoras que se trataba de otra intentona de desestabilizarla, y optó por no “darle bola”. “Otro día, me llegó un mensaje de Whatsapp con un número de Chile, amenazándome, y lo bloqueé. Amenazas efectivas, fueron esas dos”, explica.
‘Saludo’ del PCC
Desde el atentado contra la candidata, en la ciudad se comenta la posibilidad de que el suceso estuviera relacionado con un supuesto aviso dado por el Primer Comando de la Capital (PCC) para prohibir las campañas políticas del PSDB y sus aliados en las favelas de todo el estado de São Paulo. Freitas no cree que el episodio esté relacionado con esa advertencia. “Desde el principio de la campaña, empezó ese ‘saludo’ [aviso] del PCC, que luego se amplió a todos los partidos ligados al Gobierno del Estado. Aquí en São Vicente prácticamente ningún candidato podía hacer campaña en ninguna favela”, explica.
Ella afirma que no fue a las favelas y que solo la abordaron una vez, cuando grababa un vídeo de publicidad electoral en el Puente dos Barreiros, principal enlace entre las áreas continental e insular de la ciudad. “Estaba haciendo unas pruebas, de camino, pero unos tipos me dijeron que no podía estar ir. Les dije que no estaba haciendo nada, que ni estaba en dentro de la favela ni pidiendo votos. Aun así, me dijeron que, como era para la campaña, no podía, y luego borraron las fotos y el vídeo. No veo nada vinculado a ellos ni motivos para que hayan hecho eso”.
El PSDB emitió un comunicado en el que afirma que espera la pronta averiguación de la autoría del delito. “El PSDB de São Paulo se solidariza con la candidata a alcaldesa de São Vicente, Solange Freitas, y su equipo, víctimas de un atentado con arma de fuego la mañana de este miércoles. Solange es la esperanza de días mejores en la ciudad y, a buen seguro, seguirá firme con ese propósito. El PSDB espera el rápido esclarecimiento del caso por parte de las autoridades policiales y el ejemplar castigo a sus autores”.
Por su parte, el gobernador de São Paulo, João Doria (PSDB), se manifestó en Twitter y afirmó que la violencia contra la candidata es “un ataque a la democracia” e informó que ha instado a la Policía Civil a que aclare el episodio.
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