Las autoridades médicas de Estados Unidos reexaminaban el lunes la seguridad de los implantes mamarios que son usados por millones de estadounidenses, la revisión más reciente de un debate constante sobre sus posibles efectos en la salud.
Un panel de expertos convocado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) empezó una reunión de dos días para discutir la evidencia más reciente sobre los riesgos de contraer enfermedades y complicaciones con los dispositivos, que se han vendido desde mediados de la década de 1960.
El aumento de senos es la cirugía estética más popular en Estados Unidos, con casi 300,000 sometiéndose al procedimiento cada año. Otras 100,000 mujeres reciben implantes para una reconstrucción mamaria luego de una cirugía por cáncer.
El panel escuchará a investigadores, cirujanos plásticos, pacientes y fabricantes, y posteriormente emitirá sus recomendaciones. Mientras tanto, la FDA no propuso ninguna restricción nueva ni advertencias.
La postura de la agencia desde hace tiempo es que los implantes son en esencia seguros mientras las mujeres entiendan que tienen sus complicaciones, incluidas las cicatrices, dolor, hinchazón y la ruptura del implante.
La FDA y otros reguladores alrededor del mundo han luchado sobre cómo abordar un reciente vínculo confirmado de los implantes con un cáncer inusual y miles de quejas sin confirmar sobre que los implantes pueden contribuir a otros padecimientos crónicos.
“Es importante que tratemos de entender las enfermedades por un implante mamario”, dijo Stephanie Manson Brown, ejecutiva del fabricante de implantes Allergan. Pero añadió que no hay una definición médica reconocida del problema o una forma estandarizada para diagnosticarlo.
La mayoría de los casos confirmados de cáncer, conocido como linfoma anaplásico de células grandes asociado con implantes mamarios, ha involucrado un tipo específico de implantes con una superficie texturizada diseñada para reducir el tejido cicatrizante y el deslizamiento.
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