La extraordinaria actuación de Ricky Rubio (El Masnou, Barcelona, 30 años) en el partido que España le ganó a Francia en París le ha devuelto al primer plano después de una temporada plagada de dificultades. La NBA es tan magnética y ansiada por los jugadores como a veces ingrata y áspera con ellos. Los sitúa en un pedestal, les da todas las facilidades y les paga muy bien, pero en ocasiones los trata como si fueran pura mercancía. A Ricky, sin ningún tipo de explicación, le obligaron a cambiar de equipo solo cinco días antes de empezar la temporada. Cuando ya tenía los billetes y empezaba a hacer las maletas para regresar a Phoenix, le enviaron a Oklahoma City y, tras unas gestiones apresuradas, logró corregir el rumbo y acabó en Minnesota, el equipo donde jugó sus seis primeros años en la Liga. Pasó el coronavirus, el equipo no respondió a lo esperado y su rendimiento personal, con altibajos y aunque en línea ascendente, fue el peor en sus 10 temporadas en la NBA. Agotado tras unos meses tan difíciles, estuvo a punto de renunciar a la selección. Pero se lo pensó mejor y en el último momento se alistó para los Juegos de Tokio.
Pregunta. ¿Tanto le costó decidir que tuvo que preguntarle al seleccionador Sergio Scariolo si todavía estaba a tiempo de cambiar el no por el sí?
Respuesta. Tuve muchas dudas hasta el final. En algún momento tuve claro que no era el momento de venir. Se lo debía a mi familia. Porque había tenido a mi hijo y porque mentalmente fue una temporada muy dura. Durante un par de días había decidido ya que no y le dije a Scariolo que tirasen sin mí. Pero me costaba mucho incluso dormir. Mi mujer, que me conoce mejor que nadie, me convenció. Al fin y al cabo es una situación especial, ¿no?, y puede que sea la última oportunidad en que estemos una serie de jugadores que hemos conseguido juntos muchas cosas. Y son unos Juegos Olímpicos. Por eso llamé otra vez a Scariolo y le pregunté si todavía podía entrar en sus planes.
Había decidido ya que no y le dije a Scariolo que tirasen sin mí. Pero me costaba mucho incluso dormir.
P. En su carrera las ha pasado de todos los colores, pero esta temporada ha sido muy dura.
R. Sí. Esta temporada nos ha afectado a todos personal y profesionalmente. Ha supuesto un cambio muy grande en cuanto a rutinas y a muchas cosas, y un toque de atención muy importante en cuanto a lo que es esencial y a lo que no.
P. Pasó el coronavirus, le traspasaron, cambiaron de entrenador en Minnesota, el equipo acabó antepenúltimo en la Conferencia Oeste y usted con los peores promedios de su carrera (8,6 puntos y 6,4 asistencias).
R. Me sentía muy a gusto (en Phoenix) y de golpe te cambia la vida. Después de pasar la covid, el doble traspaso. Son muchos cambios que te afectan en lo personal y ha sido duro adaptarse a todo.
P. ¿Cómo está ahora?
R. Muy a gusto. En la selección encuentro mi sitio. También hice un buen final de temporada después de haber recuperado la rutina. Porque fue una temporada rara. Paramos de golpe, después la burbuja, después paramos otra vez. Ahora he cogido la rutina y quiero continuar la trayectoria en que estaba, que era el mejor momento de mi carrera.
P. Llevaba dos años sin estar en la selección, justo después de ganar un Mundial en el que fue designado el MVP. ¿Cómo ve esta selección tan veterana?
R. Al final los años van pasando. Es verdad que la experiencia es un grado, es cierto. Pero necesitamos la energía y la juventud. El mix que hicimos en China (Mundial de 2019) fue excepcional. Pero los que formamos el núcleo del equipo nos hacemos mayores y tenemos que tirar un poco más de otros recursos. El staff técnico está más que capacitado para buscar las deficiencias que podamos tener físicamente. Pero tenemos talento de sobra.
P. ¿Qué le parece el proceso por el que ha pasado Pau Gasol tras dos años lesionado y de nuevo en la selección con 41 años?
R. No deja de sorprendernos. Después de estar tanto tiempo parado, cómo ha empezado la temporada y cómo ha mejorado cada día y cómo ha llegado a un gran estado de forma es una prueba de superación más. Es un ejemplo y al final no hay dudas por toda su trayectoria. Hay cosas que físicamente no puedes combatir pero él al final las ha superado con el trabajo y con la cabeza que tiene. Al final, es un poco el líder de todo lo que ha pasado. Ha puesto el baloncesto español en lo más alto, comenzando con el draft (fue tercero en 2001) y después con toda su carrera en la NBA, en la selección y en estos meses otra vez en el Barça. Es un orgullo jugar a su lado.
P. Varios integrantes de la selección no han tenido una buena temporada. ¿Cómo puede influir?
R. Llega un momento en que sabemos quiénes somos porque nos conocemos desde hace mucho. Que una temporada te haya ido bien o mal no te define ni como jugador ni como persona. Y al final sabemos que cuando las cosas no van bien nos unimos más que nunca. Y aquí somos una familia. Venimos aquí y, más que hablar de cómo ha ido la temporada, hablamos de la familia. Da mucha fuerza y energía jugar con amigos.
Llega un momento en que sabemos quiénes somos porque nos conocemos desde hace mucho. Cuando las cosas no van bien nos unimos más que nunca. Y aquí somos una familia.
P. ¿Qué les aportan las nuevas incorporaciones?
R. Vienen con ganas y actitud, y eso va bien para el grupo. Les podemos enseñar, pero al mismo tiempo ellos nos empujan y es ilusionante ver que la selección va sacando talento y sigue adelante y que hay bastantes jugadores para el futuro. Jugadores que están en forma, como Abalde mismo u otros, han hecho una gran temporada. Están a un gran nivel.
P. ¿Ve a Garuba en una posición alta en el próximo draft?
R. Es un jugador con mucha potencia, con muchas ganas. Es joven y le falta mucho por recorrer, pero tiene talento para estar en la NBA, sin duda.
P. ¿Qué le parece el nuevo sistema del baloncesto en los Juegos, con tres grupos de cuatro equipos y cuartos de final directos?
R. Esta selección siempre va de menos a más y en esta ocasión no tenemos margen de error. Y eso es lo que tenemos que aprender, estudiarlo bien y al final adaptarnos a las situaciones como siempre hemos hecho. Siempre hemos comenzado los torneos dubitativos pero no hay margen de error y también la preparación es un poco más corta.
P. ¿Qué opina de la selección de Estados Unidos?
R. Por nombres es la favorita, sin duda. Pero al final ya hemos visto que esto es un juego de equipo. Al igual que nosotros, las otras selecciones también tienen poco margen de error. El tema de la adaptación será capital para todos y al final se ha de jugar en equipo.
P. Su partido ante Francia en París con 17 puntos en los últimos cuatro minutos fue extraordinario. ¿Qué pasó?
R. Entraron un par y seguí. Estoy en un buen momento de forma y la verdad es que el sistema de Sergio me va muy bien. Ya me fue muy bien hace dos años y seguimos con ello. Pero jugar en equipo es la fórmula secreta que ha seguido la selección y sigue siendo así. El talento de la generación del ochenta ya no está, pero hay jugadores con mucho talento y el ADN ganador de equipo sigue estando.
Suscríbete aquí a nuestra newsletter especial sobre los Juegos de Tokio
Source link