El vapeo se ha adoptado ampliamente como una alternativa al tabaquismo tradicional. Las últimas cifras muestran un aumento a más de 3 millones de usuarios de cigarrillos electrónicos. Sin embargo, hay muchos aspectos desconocidos acerca de los impactos a largo plazo del vapeo sobre la salud, especialmente para las generaciones más jóvenes y “nunca fumadores” para quienes los vaporizadores de sabor son el punto de entrada más atractivo y común.
Para comprender el impacto sobre la salud de los vaporizadores de sabor en la población, el profesor de química Donal O’Shea dirigió un proyecto de investigación utilizando inteligencia artificial (IA) para predecir los cambios químicos que se producen cuando se utilizan vapeadores. Si bien se necesitaron más de 30 años de investigación para reunir la evidencia de que fumar tabaco causa cáncer, la IA nos permite acceder a esta información clave más rápidamente para todos los vaporizadores. Aunque gobiernos como el de Reino Unido han introducido la ley de tabaco y vaporizadores, los hallazgos de este estudio indican la necesidad de una regulación aún más estricta – rápida.
El estudio ha descubierto algo que, hasta ahora, ha recibido una atención limitada: las sustancias potencialmente dañinas producidas cuando los líquidos electrónicos en los dispositivos de vapeo se calientan para inhalarlos.
Foto: Canva/ Tratamiento AN
Se utilizó un modelo de red neuronal de IA – un método que enseña a las computadoras a procesar datos de una manera inspirada en el cerebro humano – para simular los efectos de calentar químicos de sabor e-líquidos que se encuentran en los vapeadores de nicotina. Luego, examinando los 180 químicos conocidos de sabor e-líquido, predijo los nuevos compuestos formados cuando estas sustancias se calientan en un dispositivo de vapeo inmediatamente antes de la inhalación.
Esto reveló la formación de muchos productos químicos peligrosos, incluidos 127 clasificados como “tóxicos agudos”, 153 como “peligros para la salud” y 225 como “irritantes” (algunos se clasificaron en más de una de estas categorías). Entre estos, se predijo que los carbonilos volátiles (VC) – químicos conocidos por sus efectos negativos para la salud – se formarían en los productos con sabor a frutas, dulces y postres que son más populares entre los vapers más jóvenes.
Los hallazgos indican un perfil significativamente diferente de peligros químicos en comparación con el tabaquismo tradicional. Incluso podríamos estar en la cúspide de una nueva ola de enfermedades crónicas que surgirán dentro de 15 a 20 años debido a exposiciones prolongadas.
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La enorme variedad de sabores disponibles en los productos de vapeo – compuestos por más de 180 químicos diferentes mezclados en varias cantidades – es lo que hace que su química sea tan desafiante en comparación con el humo de cigarrillo tradicional. Este cóctel de productos químicos – derivados de la industria alimentaria, donde tienen un buen historial de seguridad para usos específicos en bebidas aromatizadas, pasteles y dulces – nunca fueron destinados a ser calentados a altas temperaturas para inhalación.
Los dispositivos de vapeo varían ampliamente en funcionamiento y control de temperatura, por lo que las reacciones químicas resultantes pueden diferir. Esto aumenta la imprevisibilidad de los posibles riesgos para la salud. Los usuarios pueden estar aumentando su riesgo de exposición a sustancias químicas dañinas sin saberlo.
Con el marco de IA desarrollado en nuestro estudio, esperamos profundizar en esta variabilidad para desarrollar informes de riesgo para sabores individuales.
Este estudio se suma a la creciente cantidad de pruebas que sugieren que el vapeo, una alternativa supuestamente más segura que el tabaquismo tradicional, viene con su propia cartera de riesgos para la salud. Los sabores – a menudo diseñados para atraer a los usuarios más jóvenes – pueden contribuir significativamente a estos riesgos.
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El profesor Donal cree que es evidente la necesidad de unas normas más estrictas y completas sobre los ingredientes utilizados en los vaporizadores, incluidos los vaporizadores sin nicotina. Por ejemplo, los responsables de la formulación de políticas deben exigir que los vendedores de estos productos demuestren sus afirmaciones de seguridad, en particular cuando se comercializan a no fumadores de tabaco.
Consideró que con el vapeo continuando su meteórico aumento de popularidad, la tecnología y la IA son herramientas importantes para ayudarnos a ver el futuro de los problemas de salud que los vapers pueden enfrentar. Se espera que al descubrir las transformaciones químicas en los vapeadores de sabor, estemos ayudando a informar las políticas de salud pública sobre el vapeo que reflejan sus verdaderos riesgos y permiten a los usuarios tomar decisiones más informadas.
(Con información de Reuters)
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