Las fiestas del World Pride han llegado a su final con miles de personas entre los asistentes. Pero lo que ha tenido que ser una celebración por la igualdad, ha quedado manchada por ciertos actos que son condenados por todos. Es el caso de la atleta paralímpica Gema Hassen-Bey, quien denunció el robo de su bicicleta la madrugada del domingo.
Su bicicleta está adaptada y tiene un valor de 15.000 euros. La atleta la dejó atada al remolque de su coche, aparcado en una plaza reservada para minusválidos en Arganzuela. Pese a estar protegida por cadenas y cuatro candados, los ladrones serraron con una radial para poder llevársela. La denuncia ya está puesta y el caso lo lleva la comisaria de la zona, pero las redes se han volcado con ella para encontrar su bicicleta.
La importancia de la bicicleta
Esta bicicleta es una máquina única que ha sido construida en exclusiva para ella en Polonia. Pero más lejos del coste monetario, que por supuesto es importante, es el choque que supone para su vida deportiva. Además de entrenar, Gema Hassen-Bey tenía previstos varios proyectos solidarios en los próximos meses. Entre ellos está la subida al Teide, un primer paso en la ascensión del Kilimanjaro que quiere lograr en el futuro.
La deportista ha asegurado que perdonará a quienes se la llevaron si la devuelven. El lugar para hacerlo es la Iglesia de San Antón, en Hortaleza 63, desde donde el Padre Ángel se la hará llegar. “Es una bici que no le sirve a nadie, solo a mí”, asegura.
A través de Twitter, Gema Hassen-Bey ha dado las gracias por la repercusión mediática que está teniendo el robo de su bicicleta. La atleta también participó el domingo en la primera Carrera por la Diversidad. Además de la biciclenta, Haseen-Bey es medallista olímpica en la esgrima paralímpica, habiendo competido por España en cinco Juegos Paralímpicos.