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Robert Redford, la estrella de Hollywood que deja la actuación


En “The Old Man and the Gun”, el viejo asaltante de bancos Forrest Tucker, interpretado por Robert Redford, se acerca a una cajera, sonríe, le dice unas pocas palabras de manera amable, y recibe una pila de dinero. Más tarde, cuando la cajera es interrogada por la policía, describe perpleja el encuentro: “Era un caballero”.

Redford, ahora de 82 años, nos ha encantado de manera similar las últimas seis décadas. ¿Quién no le daría a Robert Redford lo que pidiera? Pero “The Old Man and the Gun” de David Lowery sería su último robo. Redford ha dicho que la película, que Fox Searchlight estrenará el 28 de septiembre, será su última como actor. La noticia, con un afecto palpable, resonó alrededor del mundo.

“No me esperaba ese tipo de respuesta”, dijo Redford en una entrevista telefónica desde su casa en Santa Fe. “¡Ahora no puedo decir que estaba solo bromeando!”

“Pero sí dije ‘nunca digas nunca’“, acotó proporcionándose una salida. “Supongo que he tenido una carrera larga con la que estoy muy complacido. Ha pasado tanto tiempo desde que tenía 21 años. Me parece que ahora que estoy en mis 80, quizás es el momento de acercarme a mi retiro y pasar más tiempo con mi esposa y mi familia”.

El hecho de que Redford pueda estar colgando las botas da la sensación inequívoca del final de una era. Para muchos, su rostro — desde el chico californiano de cabello rubio hasta el curtido hombre de montaña — ha trazado medio siglo de algo intrínsecamente estadounidense. Su Sundance Kid, su Jeremiah Johnson, su Bob Woodward, son figuras de rigurosa autodeterminación. Del joven agente de la C.I.A. en “Three Days of the Condor” (“Los tres días del cóndor”) al viejo marinero en “All Is Lost” (“Todo está perdido”), son románticos navegando con una tranquilidad que es volcada violentamente.

“Para mí, la palabra a subrayar es ‘independencia’“, dijo Redford. “Siempre he creído en esa palabra. Eso es lo que con el tiempo me llevó a querer crear una categoría que apoyara a los artistas independientes que no tenían una oportunidad de ser escuchados. La industria era muy bien controlada por la corriente dominante, de la cual yo era parte. Pero vi otras historias allá afuera que no recibían la oportunidad de ser contadas y pensé, ‘bueno, quizás yo puedo comprometer mi energía a darles a esas personas una oportunidad’. Cuando miro atrás, me siento muy bien por eso”.

Fue a través del Instituto Sundance, la organización sin ánimo de lucro para el cine independiente que fundó en 1981 y que presenta el Festival de Cine de Sundance, que Redford conoció a Lowery, de 37 años. Poco después de que el director estrenó “Ain’t Them Bodies Saints” en Sundance, Redford le expresó su interés de hacer una película basada en Tucker, un veterano asaltador a mano armada que escapó de prisión de quien David Grann había escrito en la revista The New Yorker .

Lowery entonces escribió el guion de “The Old Man and the Gun” y apenas poco antes de filmar se enteró que Redford, en una entrevista, sugirió que esa podría ser su última película.

“Lo primero que pensé fue ’¡mi madre, qué presión! Lo segundo fue que debía ignorar completamente esa presión y no permitir que influyera en la película. Trabajé activamente para que no se sintiera como la gran suma de todo”, dijo Lowery. “Pero sí quise acceder a lo que hace de Robert Redford un astro del cine y reconocer de dónde vino y lo que ha hecho. No se supone que sea un canto del cisne pero termina siendo un sujetalibros, y espero que uno adecuado”.

Y como piedra angular para Redford “The Old Man and the Gun”, ubicada en la década de 1970, es sin duda conmovedora. Tiene gran parte del espíritu y brillo de clásicos de Redford como “Butch Cassidy y and the Sundance Kid” (“Butch Cassidy”) y “The Sting” (“El golpe”), solo que filtrados a través del naturalismo lírico de Lowery. Y Redford está de nuevo del otro lado de la ley.

“La idea del bandido siempre me ha resultado muy atractiva. Si ves algunas de las películas, usualmente tienen que ver con la sensibilidad del forajido, que creo que probablemente ha sido mi sensibilidad. Creo que simplemente nací así”, dijo Redford. “Desde que era solo un niño, siempre estaba tratando de soltarme las ataduras que me ataban, y siempre quería salir afuera”.

En el filme, los socios de Redford son interpretados por Danny Glover y Tom Waits; Sissy Spacek hace el papel de la mujer de la que Tucker está enamorado; y Casey Affleck del detentive de policía que lo persigue aun cuando su estima por el ladrón de blancos crece. Redford tiene lindas palabras para todos ellos, pero en especial para Affleck. “Creo que es lo máximo”, dijo Redford. “Simplemente me parece un tipo realmente especial y talentoso”.

Todavía espera dirigir una o dos películas más, pero le gusta la idea de retirarse como actor con una cinta alegre.

Muchos han comparado la investigación actual de la Casa Blanca con Watergate, que registró de manera memorable en “All the President’s Men” (“Todos los hombres del presidente”). Aún le encanta hablar del filme, como de los juegos de luces del director de cinematografía Gordon Willis: “No había sombras en la sala de prensa”, recordó “Una vez que sales de esa sala de prensa, entras a la oscuridad”.

En cuanto a cualquier relación con la actualidad: “Trato de no pensar en la política de hoy. De lo contrario uno se deprime demasiado”.

“Vivimos momentos tan oscuros”, agregó el ícono de Hollywood. “Espero que ‘The Old Man and the Gun’ ponga una sonrisa en los rostros del público. Eso es algo que estoy seguro que podríamos aprovechar en este momento”.




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