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‘Rodham’: ¿Qué hubiera sido de Hillary sin Bill?

Resulta sorprendente que, después de más de 30 años de vida pública, Hillary Clinton siga siendo un enigma para Estados Unidos. La figura de quien ha sido la mujer más prominente de la política estadounidense durante décadas permanece oculta, sostiene la teoría más extendida entre sus seguidores, tras los reflejos protectores que ha desarrollado para sobrevivir a la resistencia sexista que ha encontrado en cada giro de su vida y que frustró dos carreras presidenciales. Su imagen de mujer feminista y con una muy sólida carrera profesional que despreció la esfera doméstica de la primera dama choca con su aparentemente dócil determinación de seguir con su marido después de una larga lista de infidelidades, una decisión que sigue sin estar articulada.

Hillary Clinton cuando aún era Hillary Rodham. GETTY

Los interrogantes se acumulan. ¿Cómo pudo la candidata más preparada de la historia moderna perder la presidencia contra alguien como Donald Trump? ¿Perdió por ser mujer o por ser Clinton? ¿Sería diferente la imagen de los Clinton si se los considerase como individuos? En suma: ¿Cómo quedaría la historia, la suya y la del país entero, si se altera un solo hecho trascendental en la vida de Hillary Clinton?

“Mi matrimonio con Bill Clinton fue la decisión más significativa de mi vida. Dije no las dos primeras veces que me lo pidió. A la tercera, dije sí. Y lo haría otra vez”, escribe Hillary Clinton en uno de sus libros de memorias. ¿Pero qué habría pasado si esa tercera vez también le hubiera rechazado? Ese es el ejercicio al que se entrega Curtis Sittenfeld (Cincinnati, Ohio, 1975) en Rodham, su nueva novela, titulada con el apellido de soltera de la protagonista.

Numerosos autores se han lanzado a tratar despejar el enigma de la mujer a la que todavía hoy en los mítines de Donald Trump se le dedica el grito de “¡Enciérrala!”. Las obras sobre su vida dan para un tupido fondo de Zoom. Hay investigaciones periodísticas, aproximaciones psicoanalíticas, libros infantiles y hasta una popular serie documental de cuatro horas estrenada este mismo año. La propia interesada ha escrito tres voluminosas memorias. Incluso, por si fuera poco, procede recordar que miles de sus correos electrónicos se hicieron públicos poco antes de las elecciones presidenciales que perdió en 2016. Se diría, pues, que el mercado está bastante saturado. Pero hasta ahora a nadie se le había ocurrido abordar el asunto desde el género de la ucronía.

El planteamiento de Curtis Sittenfeld viene a atribuir a Bill todo lo malo de Hillary

Sittenfeld ya se adentró en 2008 en el libérrimo retrato de una primera dama con la exitosa American wife, cuya protagonista, Alice Blackwell, es un apenas velado alter ego de Laura Bush. La matriarca del clan republicano ofrecía un lienzo en blanco para la ficción. La mujer del famoso matrimonio demócrata, en cambio, era un territorio mucho más trillado.

La autora dedica las primeras páginas de Rodham al inicio del romance entre los dos estudiantes de Derecho, ella una joven brillante, combativa y ambiciosa, él un atractivo fanfarrón que hacía gala de cierto encanto sureño de Arkansas, Estado al que ella decide irse siguiendo los pasos profesionales de su novio. Allí empiezan los problemas. “Me mudo al puto Fayeteville por ti, y ni siquiera puedes mantener tu bragueta subida”, le dice, en una escena de bronca.

Metódica y pragmática, al principio del libro Hillary explica que toma las decisiones apoyada en “la regla del dos”: “Si estaba indecisa sobre un camino a seguir pero podía pensar en dos razones para tomarlo, lo hacía”, explica. Pero las ”infidelidades compulsivas” eran solo una de las cinco razones que encuentra para romper con Bill. Y, sin embargo, “el margen entre quedarme y dejarlo era tan fino”, lamenta, “que realmente podría haber sucedido una cosa o la otra”.

Hillary y Bill se conocieron en Yale en 1971. A la derecha, el día de su boda en 1975. ÁLBUM FAMILIAR

Un día, cuando ya le había rechazado, una mujer le dice a Hillary que Bill le había forzado para tener sexo unos años antes. Bill lo niega, pero le dice a Hillary: “No deberías casarte conmigo. Deberías irte. Te arrastraré hacia abajo”.

En la vida real, en un famoso discurso en la Convención Demócrata de 2016, el propio Bill Clinton admitió que advirtió a su esposa que su carrera podría acabar engullendo la de ella. “De verdad quiero que te cases conmigo, pero no deberías”, recordó que le dijo.

Esa cuidada confusión entre los hechos reales y los inventados convierte a la novela en un arriesgado ejercicio de deformación con el que la autora logra una relectura histórica emocionantemente redentora. El planteamiento de Sittenfeld viene a atribuir a Bill todo lo malo de Hillary.

Portada de ‘Rodham’.

A Rodham le pasa un poco como a la última temporada de Juego de Tronos, en la que se acusaba a los guionistas de escribir, consciente o inconscientemente, al dictado de los deseos de los fans de la serie. Extirpado Bill, Hillary se convierte en algo así como la mujer con la que muchos de sus votantes soñaban cuando votaron por ella. Y la historia de Estados Unidos cambia de manera crucial. Sin Bill Clinton como rival, Bush padre logra un segundo mandato. Le siguen un único mandato del demócrata californiano Jerry Brown y dos del republicano John McCain, antes de los dos de Obama. Así, nunca se producen los ataques terroristas de 11 de septiembre de 2001 ni la guerra de Irak, librando de mácula la trayectoria como senadora de Hillary Rodham que, todavía soltera, se lanza a la carrera presidencial. ¿Y qué pasa con Bill? Su carrera política fracasa sin Hillary, claro. Tras abandonar las primarias de 1992, se convierte en un millonario gurú tecnológico en Silicon Valley.

Rodham. Curtis Sittenfeld. Penguin Random House, 2020. 432 páginas. 19,70 euros.

 


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