Desde que se conoció la relación de Enrique Ponce y Ana Soria a principios del mes de julio, casi coincidiendo con la noticia de la ruptura de su matrimonio con Paloma Cuevas, la historia de amor de la que se ha considerado ‘la pareja del verano’ va avanzando a pasos agigantados. Si fue hace dos semanas cuando el diestro mostraba su amor por su chica en su regreso a los ruedos, ya se ha empezado a hablar de una posible boda entre ellos, y de unos planes de futuro a corto plazo. Mientras tanto disfrutan de su primer verano como pareja oficial pasando juntos el máximo tiempo que pueden. Así se les ha visto durante un distendido almuerzo en un restaurante almeriense donde trataron de pasar desapercibidos.
Ha sido ‘El programa del verano’ quien ha conseguido las imágenes de la pareja compartiendo mesa y mantel durante una romántica comida para dos durante la que se les vio como si de una pareja cualquiera se tratara. Con las mascarillas encima de la mesa, dos cervezas y varios platos de comida, Enrique y Ana charlaron tranquilamente y estuvieron pendientes de sus teléfonos móviles. A pesar de ser la pareja más perseguida del verano, están viviendo su historia de amor con total naturalidad, aunque también intentan pasar desapercibidos. De ahí que eligieran comer en el interior del establecimiento y no en la terraza del local con unas vistas envidiables. Su trato con quienes les atendieron fue «educado y muy amable» como así han desvelado explicando además que fue el diestro quien pagó el ágape.
Aunque a lo largo de estas semanas se les ha visto siempre en compañía de otros, la pareja ha decidido dejarse ver también disfrutando de planes para dos. Según ha comentado Beatriz Cortázar, todo apunta a que Enrique Ponce ha decidido adquirir un inmueble en Almería, la ciudad natal de su chica, para así tener su particular ‘nidito de amor’ y su cuartel general ahora que está en plena temporada.
Este sería un primer paso para un futuro a corto plazo en el que parece ser que su intención sería la de mudarse a Madrid donde vivirían en la impresionante vivienda que el torero se está construyendo en la exclusiva urbanización La Finca, donde tendrían planeado empezar una nueva vida juntos. Pero mientras llega ese momento, Ponce y Ana están pasando este verano entre los compromisos profesionales del diestro y las cenas y las veladas nocturnas con el grupo de amigos de su novia.