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Rosa María Mateo define ‘Las cosas claras’ como un espacio de “infoentretenimiento”


Bajo el manto de la polémica, nace hoy Las cosas claras (La 1, 13.00), una tertulia de corte político, antesala del telediario de sobremesa, que ha encendido las alarmas dentro de los sindicatos de la corporación pública y en el seno de Torrespaña. Como medida de protesta, los trabajadores han convocado un Lunes negro a través de las redes con la consigna #LasCosasOscurasRTVE en la que sería la primera gran revuelta alentada en la etapa del Gobierno de coalición.

El eje de la controversia es si el programa en cuestión se considera un magacín o un informativo. La diferencia no es baladí. La ley de RTVE prohíbe ceder a terceros la producción y edición de espacios netamente noticiosos. Si Las cosas claras, conducido por el periodista Jesús Cintora y realizado por La Coproductora, se adscribe al área de Informativos estaría vulnerando la ley, pero si se le atribuye la etiqueta de magacín se colocaría a salvo.

En esta encrucijada se vio en 2015 Así de claro, presentado por Ernesto Sáenz de Buruaga y realizado por Pulso TV. TVE salió al paso argumentando que era “un agregado heterogéneo” de contenidos, explicación por la cual un espacio alimentado de entrevistas y debates de actualidad se enmarcó en el área de Magacines y no en Informativos. En idéntica lid se vio inmerso después ¿Cómo lo ves?, un chequeo pretendidamente demoscópico sobre las inquietudes de los españoles bajo la batuta de Carlos Herrera y a cargo de Zebra Producciones. Vidrioso fue también el caso de 59 segundos, un debate político ideado por quienes ahora lanzan Las cosas claras.

La externalización de formatos informativos bordea la ley y busca subterfugios para emboscar su verdadera naturaleza. La aparente ambigüedad del espacio que se estrena hoy ha provocado la dimisión de la directora de Magacines de TVE, Isabel Cacho, sin que la corporación haya explicado el abrupto abandono. Y ha contribuido a incrementar la brecha entre los sindicatos de la corporación. El bloque liderado por UGT planea acudir a los tribunales por un presunto incumpliendo de la ley, mientras que CC OO ha puesto el acento en la pléyade de títulos producidos, total o parcialmente, por firmas ajenas a TVE (La hora de La1, Aquí la tierra, España directo o el desaparecido La pr1mera pregunta) y matiza que “el problema es la externalización, no Cintora”.

La contratación de una veintena de personas para poner en antena Las cosas claras no es comparable a la llamada “redacción paralela” instaurada en los tiempos en los que la corporación estaba presidida por José Antonio Sánchez, toda vez que los periodistas externos que trabajarán en Las cosas claras no forman parte de la estructura de Torrespaña. Sorprende, sin embargo, que se subarrienden los servicios de Maldita hemeroteca mientras los profesionales de Verifica RTVE son flagrantemente marginados.


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