Las puertas del Sant Jordi se abrieron sobre las 19:30 h de la tarde y los cientos de fans que ya estaban haciendo cola comenzaron a entrar. Algunos corrieron con euforia -a pesar de que quedaban dos horas para que Rosalía hiciera su aparición- hacia la pista, para situarse lo más cerca posible del escenario. No importaba el pegajoso calor, ni el tiempo de espera: prácticamente todas las conversaciones de alrededor hacían referencia a la estrella de Sant Esteve Sesrovires.
Hace días que arrancó la gira internacional ‘Motomami World Tour‘, en la que Rosalía presentará no sólo en España sino también en Europa, Latinoamérica, Estados Unidos y Canadá su tercer álbum de estudio, el polémico ‘Motmami‘. Un trabajo transgresor, que aúna dos conceptos aparentemente antagónicos, que mezcla todo tipo de estilos, que explora y que, desde luego, es algo totalmente diferente a ‘El Mal Querer‘ (2018) y ‘Los ángeles‘ (2017).
Pero a pesar de todo el alboroto que ocasionó ‘Motomami’ durante su lanzamiento, hay una realidad: como ha venido pasando estas semanas, el Sant Jordi de Barcelona estaba lleno. Lleno, lleno. Y la voz de la artista, visiblemente emocionada por encontrarse en casa, volvió a competir constantemente con las miles de voces de un público que se sabía todas las letras de sus canciones.
La artista interpretó 32 temas en un concierto de dos horas
Como no podía ser de otra manera, Rosalía arrancó, entre los chillidos del público, con ‘Saoko‘, el primer tema del nuevo disco. Su carta de presentación, también en el concierto. Un espectáculo que sólo la tuvo a ella y a sus bailarines como protagonistas, además de al cámara y a las tres pantallas de fondo. Y es que el show de Rosalía no se entiende sin esas pantallas: todo está preparado (y muy trabajado) para que se combinen con los artistas subidos al escenario, dando lugar a un espectáculo visual pensado para que lo disfruten al cien por cien incluso quienes están más lejos.
En total, la cantante interpretó un total de 32 temas en un concierto que duró unas dos horas y en el que no faltó ni una de las 16 ‘tracks’ de ‘Motomami’. Pero también cantó ‘De aquí no sales’, que combinó con ‘Bulerías‘, ‘Malamente‘ y ‘Pienso en tu mirá‘, de su anterior trabajo, y ‘De plata’, de su primer disco. Un tema con el que hizo enmudecer al Palau. Pelos de punta.
No faltaron tampoco algunos de los ‘hits’ que ha ido lanzando a lo largo de estos tres últimos años. Así, el público enloqueció con ‘Con altura’, ‘Linda‘ (colaboración con Tokischa) o con ‘TKN‘ (con Travis Scott). Con ‘La Noche de Anoche‘, Rosalía volvió a bajarse del escenario para cantar con los fans de primera fila: firmó un disco, le regalaron unas rosas e intercambiaron palabras de cariño.
También cantó sola, únicamente acompañada de una guitarra, ‘Dolerme‘. Otro de esos singles con los que de vez en cuando sorprende. Pero antes, justo antes, vimos cómo la artista se emocionaba tras compartir unas palabras con el público en catalán, idioma que, por cierto, utilizó la mayor parte del concierto para dirigirse a los asistentes. Confesó en ese momento que, aunque todos los escenarios son su lugar favorito, el lugar en el que siempre quiere estar, ese Palau Sant Jordi era todavía más especial. Porque estaba en Barcelona, en casa.
“Un escenario es un escenario, pero no sé por qué, a este me hace muy feliz venir“, dijo arropada por los miles de asistentes.
De hecho, al público catalán nos deleitó con una sorpresa extra: la interpretación de ‘Milionària‘, la rumba con la que arrasó incluso en otros países. Ocurrió cuando todos repasábamos su icónico abecedario y llegó la ‘m’. “Motomami, Motomami… Motomami, Motomami…“, gritó el público, convencido. Pero no. “‘M’ de milionària”, corrigió ella antes de comenzar a cantar a capella la canción.
Y sí, también sonaron temas nuevos. ‘Aislamiento‘, que saldrá en un futuro, o ‘Dinero y libertad’, tema que fue descartado para que formara parte de ‘Motomami’. Pero sin duda, la canción que causó furor en el Palau e hizo que todo el mundo se levantara y bailara como si no hubiera un mañana fue ‘Despechá‘, tema cuyo lanzamiento todo el mundo pide a gritos.
El final apoteósico del concierto de Rosalía
Rosalía eligió tres temas para poner fin a su primer concierto en Barcelona. Dos antagónicos: ‘Chicken Teriyaki‘ y ‘Sakura‘ (con el que, de nuevo, pelos de punta). Y ‘CUUUUuuuuuute‘. ¿Por qué? Porque es el tema que mejor representa al disco, la canción que aúna los conceptos ‘moto’ y ‘mami’. De hecho, elegir una canción que parece juntar ametralladoras con mariposas hizo que el cierre fuera apoteósico.
Ni el calor ni la pésima acústica opacaron el talento de Rosalía
Durante el tiempo que duró el concierto, tanto la catalana como el público aguantamos estoicamente las elevadas temperaturas. Incluso bromeó en varias ocasiones acerca del calor. Y también se sobrepuso a los problemas de sonido. Porque sí, no nos engañemos: aunque se arregló un poco, la acústica fue más bien pobre durante todo el show.
Sin embargo, el espectáculo tan trabajado, el talento de Rosalía, que estuvo absolutamente brillante, y su carisma y cercanía hicieron que estos contratiempos quedaran en un segundo plano. Ayer Rosalía se consagró como superestrella y dejó claro que no tiene techo.