Las autoridades de ocupación rusas anunciaron este viernes la evacuación parcial de la población civil de 18 enclaves de la región ucrania de Zaporiyia que se hallan en zonas próximas al frente de batalla. El alcalde de Energodar, Dmitro Orlov, exiliado desde hace meses en la capital regional, pero que mantiene fuentes de información en la localidad ocupada, ha señalado a este periódico que ese movimiento de ciudadanos no está de momento en marcha y que lo que pretende Moscú es generar “pánico” entre los vecinos de las zonas afectadas. Aunque Kiev mantiene bajo estricto secreto los detalles de la contraofensiva que prepara desde hace meses para recuperar el terreno invadido por los rusos, Zaporiyia será muy probablemente uno de los territorios desde los que se lance esa gran operación.
Sin citar expresamente esa contraofensiva, el objetivo de la evacuación rusa es “fortalecer la seguridad”, ya que “el enemigo ha intensificado el bombardeo de asentamientos ubicados muy cerca de la línea del frente”, según el gobernador que Rusia ha nombrado en Zaporiyia, Yevgeni Balitski. Su decisión es la de sacar a los niños con sus padres, a los ancianos, a las personas discapacitadas y los heridos, señala Balitski en un mensaje publicado en su canal de la red social Telegram. Todas esas personas serán trasladadas a otros puntos de la región que se encuentren más alejados de la zona donde chocan a diario los dos ejércitos, añade.
Una de las localidades afectadas por esa evacuación es Energodar, que permanece en manos rusas desde principios de marzo del año pasado y donde se levanta la central nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa. El alcalde Orlov, que tuvo que escapar de la ciudad como muchos otros miles de refugiados, asegura que esa salida de ciudadanos anunciada por las autoridades de ocupación rusas todavía no se ha iniciado. El primer edil calcula que de los 53.000 habitantes con que contaba Energodar antes de ser invadida, apenas quedan unos 14.000 en la actualidad.
Según el mensaje del gobernador colocado por Moscú, las otras localidades que se ven afectadas por la operación de evacuación son: Timoshivka, Smirnivka, Tarasivka, Orlianske, Molochansk, Kuibishevo, Prishib, Tokmak, Mala Bilozerka, Vasilivka, Velika Bilozerka, Dniprorudne, Mikhailivka, Kamianka-Dniprovska, Polohi, Kinski Rozdori, Rozivka. Las autoridades rusas se harán cargo del transporte, el alojamiento y la manutención durante el tiempo en el que estas personas permanezcan fuera de sus casas, según el referido anuncio.
Los chats de Telegram por los que se comunican los vecinos sostienen que la operación anunciada por Moscú se debe a la inminencia de la contraofensiva ucrania y que algunos de los responsables rusos de las localidades ocupadas están quemando documentación que pudiera delatarles antes de emprender la huida, afirmaciones que este periódico no ha podido confirmar. Otros mensajes hablan de falta de abastecimiento en las estaciones de servicio y atascos desde la ciudad de Melitópol en dirección a la península de Crimea.
Analistas militares consideran probable que la contraofensiva ucrania apunte a la zona. Las regiones sureñas de Zaporiyia y Jersón serán previsiblemente escenario de la que se espera sea una gran operación militar en la que el Ejército local pondrá a prueba el despliegue de Moscú tras más de 14 de meses de enfrentamiento por la invasión de Ucrania.
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Aproximadamente la mitad de los 334 kilómetros cuadrados de la región de Zaporiyia, que contaba con algo más de 700.000 habitantes antes de la gran ofensiva que comenzó en febrero del año pasado, se encuentran en manos rusas. Las localidades que están en territorio invadido han perdido gran parte de su población y, especialmente, las enclavadas cerca de la zona de hostilidades están casi desiertas.
Rusia trata de impedir la salida de habitantes de las zonas bajo su control hacia territorio bajo la autoridad de Kiev. La ciudad de Zaporiyia ha acogido en estos más de 14 meses a cientos de miles de personas que huyen de la ocupación tanto de esta provincia como de las vecinas de Donetsk y Jersón. Las autoridades de ocupación tratan de imponer a los que se quedan el pasaporte ruso, cada vez más necesario para realizar gestiones oficiales, desplazarse de un lugar a otro, ir al banco o matricular a los niños en el colegio, donde se ha impuesto el sistema de educación de Moscú. El empleo de la moneda local, la grivna, es cada vez más difícil frente al dominante rublo. También están a la orden del día la imposición de medios de comunicación rusos y la propaganda del Kremlin.
Zaporiyia es una de las cuatro regiones de Ucrania que, desde septiembre del año pasado, Rusia considera como parte de su territorio tras la celebración de referéndums sin ningún tipo de reconocimiento legal o garantías. Las otras tres son Jersón, Donetsk y Lugansk. Ningún país del mundo reconoce oficialmente esa anexión ilegal, al igual que la de la península de Crimea, territorio en el que las autoridades de Moscú detentan el poder desde 2014.
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