Las autoridades de Rusia atribuyeron este viernes por primera vez al Estado Islámico la autoría del atentado perpetrado en marzo en la sala de conciertos Crocus City Hall, que dejó más de 140 muertos, aunque reiteraron que los servicios de Inteligencia de Ucrania “estuvieron relacionados directamente” con el suceso.
El director del Servicio Federal de Seguridad (FSB), Alexander Bortnikov, subrayó que la investigación permitió determinar que “los preparativos, la financiación, el ataque y la retirada de los terroristas fueron coordinados a través de Internet por parte de Estado Islámico Provincia de Jorasán (ISKP) -la rama afgana del grupo yihadista- en la zona de Afganistán y Pakistán”.
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Bortnikov informó que más de 20 personas han sido detenidas en relación con el suceso, según la agencia rusa de noticias Interfax, y agregó:
La investigación continúa, pero ya podemos decir con confianza que los servicios de Inteligencia Militar de Ucrania estuvieron relacionados directamente con este ataque.
“Uno de los objetivos de los que ordenaron este ataque terrorista es dañar las relaciones de los países de la Comunidad de Estados Independientes (CIS) usando factores religioso y nacionales”, señaló Bortnikov, quien añadió que las investigaciones están contando con el apoyo de las autoridades de Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán.
Por último, hizo hincapié en que “todas las circunstancias de este crimen serán esclarecidas y ninguno de los implicados en él escapará el castigo”. “Damos las gracias a nuestros colegas, que dan toda la ayuda posible en estas investigaciones”, concluyó, en referencia a la citada ayuda internacional en las pesquisas.
La autoría del atentado contra la sala de conciertos, situada en el noroeste de la capital rusa, fue reclamada por Estado Islámico, aunque Rusia ha apuntado en reiteradas ocasiones a Kiev como responsable.
Ucrania se ha desvinculado completamente del ataque y ha negado cualquier tipo de lazo con el suceso.
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