El corresponsal estadounidense Evan Gershkovich corre el riesgo de ser condenado por Rusia hasta un máximo de 20 años de cárcel. El Servicio Federal de Seguridad (FSB) ruso, heredero del KGB, detuvo este miércoles al periodista de The Wall Street Journal en la ciudad de Ekaterimburgo, en la región de los Urales, donde el país se divide entre Europa y Asia. Las autoridades rusas lo acusan de haber cometido un supuesto delito de espionaje al recopilar información sobre una empresa de la industria militar en plena guerra. Varios medios rusos, independientes y oficiales, señalan que preparaba un reportaje sobre la popularidad de la compañía de mercenarios Wagner entre la población.
“Gershkovich, siguiendo las instrucciones del lado estadounidense, recopiló información que constituye un secreto de Estado sobre las actividades de una de las empresas del complejo militar-industrial ruso”, ha señalado el FSB en un comunicado donde acusa al reportero de espiar “en interés del Gobierno de Estados Unidos”. The Wall Street Journal ha mostrado por su parte “su más profunda preocupación por la seguridad” del periodista y ha negado rotundamente las acusaciones rusas. En un comunicado enviado a la agencia Reuters, The Wall Street Journal “niega vehementemente las acusaciones del FSB y pide la liberación inmediata” del reportero.
Pese a esos llamamientos, y sin esperar a las conclusiones judiciales, el Kremlin parece tener clara ya su culpabilidad. “Hasta donde sabemos, fue pillado in fraganti”, ha declarado el portavoz del presidente ruso, Dmitri Peskov. Por su parte, la representante del Ministerio de Exteriores, María Zajárova, reforzó esa afirmación. “No es la primera vez que, con la condición de ‘corresponsal en el extranjero’, tanto el visado de periodista como la acreditación son utilizados por extranjeros para encubrir actividades en nuestro país que no son periodísticas. No es el primer occidental en ser descubierto en esas circunstancias”, señaló la diplomática.
El diario independiente Meduza, proscrito en Rusia bajo la etiqueta de organización indeseable, ha informado de que Gershkovich fue detenido este miércoles frente a un restaurante de la ciudad de los Urales. El medio señaló que el reportero estadounidense se encontraba en esta ciudad recopilando informaciones sobre la actitud de la población rusa respecto al ejército privado Wagner, protagonista tanto por su sangrienta ofensiva en la zona de Bajmut, en el este de Ucrania, como por el enfrentamiento abierto entre su dueño, Yevgueni Prigozhin, y la cúpula del Ministerio de Defensa.
El periódico señala también que Gershkovich habría visitado la ciudad de Nizhni Taguil, donde se encuentra una fábrica de tanques de Uralvagonzavod. El vicepresidente del Consejo de Seguridad y exmandatario ruso, Dmitri Medvédev, recorrió sus instalaciones en octubre del año pasado.
La información de Meduza sobre el reportaje de Wagner la confirma el periódico Kommersant, uno de los principales medios del país. El diario subraya que el periodista se reunió antes con un especialista en relaciones públicas, Yaroslav Shirshikov, “para estudiar la actitud de la sociedad hacia Wagner”.
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Gershkovich, nacido en 1991, vive desde hace seis años en Rusia y es miembro de la corresponsalía de The Wall Street Journal en Moscú. Las propias fuerzas de seguridad rusas recalcan en su información que el periodista está legalmente acreditado en el país por el Ministerio de Relaciones Exteriores ruso. Además de escribir para aquel medio estadounidense, el periodista también colaboraba con la agencia France Presse y el diario independiente ruso The Moscow Times.
El corresponsal se encontraba en paradero desconocido desde el miércoles. El diario Kommersant informa de que su teléfono estuvo en línea por última vez a las 13.28, hora de Moscú. Según el periódico local Vechernie Novosti, un lector fue testigo de la detención de un hombre en el centro de la ciudad. “Cuando se llevaban al detenido le cubrieron la cabeza con una camiseta para que los transeúntes no viesen su rostro”, añadió el medio.
La detención de Gershkovich coincide con el peor momento de las relaciones entre Estados Unidos y Rusia en décadas, una situación en la que uno de los pocos elementos de contacto entre Washington y Moscú se centra en el intercambio de sus presos. En diciembre, la jugadora de baloncesto norteamericana Brittney Griner fue entregada por Moscú a cambio del traficante de armas Víktor Bout, conocido como el mercader de la muerte. La deportista había sido condenada a nueve años de prisión, de los que pasó 10 meses entre rejas.
Arrestado el padre de la niña del dibujo
Las fuerzas de seguridad bielorrusas han arrestado además en las últimas horas a Alexéi Moskaliov, condenado a dos años de prisión por desacreditar al ejército ruso, según informó al medio ruso Dozhd el abogado Dmitri Zajvatov. El letrado apuntó a que la operación de captura habría sido coordinada “al más alto nivel” entre el KGB de Aleksandr Lukashenko y el FSB de Vladímir Putin. El apartamento de Minsk donde se escondió resultó destrozado durante su registro.
Moskaliov, de 53 años, había huido de su arresto domiciliario en la madrugada del día que iba a conocer su veredicto. El hombre llamó la atención de la policía rusa el año pasado después de que su hija, María Moskaliova, Masha, entonces de 12 años, hiсiese un dibujo contra la guerra en la escuela mostrando a Rusia disparando misiles a una madre y un niño ucranios.
Tras una investigación de meses, Moskaliov fue acusado formalmente de desacreditar a las Fuerzas Armadas de Rusia en conexión con comentarios separados contra la guerra que supuestamente hizo en las redes sociales. El pasado 1 de marzo, el mismo día que su padre fue detenido, la niña fue enviada a un orfanato.
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