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Rusia se muestra dispuesta a desbloquear la salida del cereal si Ucrania accede a desminar la costa

Rusia se muestra dispuesta a desbloquear la salida del cereal si Ucrania accede a desminar la costa

Moscú está dispuesta a permitir un corredor naval desde territorio ucranio para sacar el cereal bloqueado por la invasión rusa y “no va a poner obstáculos”, aseguró el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, al término de una reunión con su homólogo turco en Ankara, en la que se discutió, sobre todo, la situación en Ucrania. “La pelota está ahora en el tejado de Ucrania”, afirmó el jefe de la diplomacia rusa en referencia a la necesidad de desminar los puertos que vayan a ser utilizados. Por el momento, Ucrania guarda silencio respecto a esta propuesta. La desconfianza es el principal argumento ucranio para negarse a desminar su puerto de Odesa, ya que teme que el pasillo humanitario habilitado y garantizado por Turquía se convierta también en un corredor marítimo que facilite una invasión anfibia por el sur ya repelida anteriormente.

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El Gobierno de Kiev asegura que 25 millones de toneladas de cereal están varados en los silos y los puertos ucranios, sometidos al bloqueo naval de la Federación Rusa. Antes de la guerra, el 95% de la producción agrícola ucrania destinada a exportación salía del país a través del mar Negro, algo que ahora se trata de compensar mediante el transporte terrestre, si bien no es suficiente. Esta situación ha encendido las alarmas, pues varios países ―especialmente del norte de África, como Túnez, Libia o Egipto― son altamente dependientes del trigo ucranio y se teme que, de continuar la guerra y el bloqueo, sufran una crisis alimentaria.

“Rusia ha dado los pasos necesarios para abrir los corredores destinados al transporte de los cereales. Y estamos preparados para ofrecer seguridad a los barcos ucranios, y a trabajar en ello junto a nuestros amigos turcos”, afirmó Lavrov, aunque seguidamente cargó contra el presidente ucranio, Volodímir Zelenski, al que acusó de poner “obstáculos” al plan por condicionarlo al envío de armas para defender las costas y los puertos ucranios frente a la Marina rusa.

Un almacén de grano destrozado por los ataques rusos en Cherkaska Lozova, en las afueras de Járkov, en el este de Ucrania, el pasado 28 de mayo. Bernat Armangue (AP)

El plan, propuesto por Turquía y bajo el paraguas de la ONU, contempla que los mercantes acudan, bajo escolta militar turca, al puerto o los puertos designados para cargar el cereal ucranio (el que más se baraja es Odesa, pero Moscú también ha propuesto Mariupol y Berdiansk, actualmente bajo su control). Los buques serían revisados por inspectores rusos para comprobar que no portan armas a Ucrania, una exigencia de Moscú que Turquía cree que no será impedimento para alcanzar un acuerdo. Después, las fuerzas navales turcas volverían a escoltar a los cargueros a través del mar Negro para, posteriormente, salir por los estrechos turcos en dirección a los países importadores.

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“Consideramos que este plan es razonable y plausible. Ucrania, Rusia y Turquía tienen que aceptarlo, podemos acoger un encuentro con la ONU [para ello]”, dijo el ministro de Exteriores turco, Mevlut Çavusoglu. Para que el plan se lleve a cabo es indispensable que los puertos utilizados sean limpiados de las minas que los ucranios dispusieron a fin de evitar un asalto anfibio ruso. “Si no se logra el desminado, no se puede establecer el corredor naval”, advirtió Çavusoglu.

Problemas de seguridad

El problema no es solo logístico ―un representante sindical ucranio estimó el miércoles que desminar los puertos llevará “no menos de 2 o 3 meses”― sino también de seguridad: Ucrania no se fía de Rusia. En Ankara, Lavrov reiteró las garantías dadas por Vladímir Putin hace unos días: “Si esos puertos son desminados, no usaremos nuestra fuerza militar ni abusaremos de la situación”. Pero en Kiev no confían en las palabras del Kremlin, que también prometió una y otra vez que no invadiría Ucrania. Turquía es consciente de este dilema y Çavusoglu explicó que se está tratando de “articular el plan” en sus detalles técnicos para “abordar las preocupaciones de ambas partes”.

A ese recelo de las autoridades ucranias se suma la sensación de estar sufriendo un expolio en sus propias narices mientras los combates son más duros en el este del país. Al margen de la negociación en Turquía, Moscú prevé sacar ya esta semana cereal ucranio del puerto ocupado de Berdiansk, en el sur de Ucrania, una práctica que ha sido calificada por Kiev de “saqueo”. “Todo está listo para el envío. Lo más probable es que las primeras cargas sean nuestro grano, que en realidad es muy abundante; todos los silos están llenos, necesitamos vaciarlos para cargar la cosecha fresca, porque nuestra campaña de recolección comenzará en cuestión de semanas”, informó a la agencia oficial TASS Vladímir Rógov, miembro de la Administración Militar-Civil prorrusa de la región de Zaporiyia. Rógov, que no duda en llamar “nuestro” el cereal ucranio, añadió: “El despacho de los primeros barcos está previsto para esta semana” desde Berdiansk, a orillas del mar de Azov y vecino al puerto ocupado de Mariupol, donde las autoridades prorrusas ya han sacado en al menos dos ocasiones acero ucranio. Una serie de envíos que irritan sobremanera al Gobierno de Volodímir Zelenski.

Cereales en un silo dañado después de ser bombardeado repetidamente, en la región de Donetsk, el 31 de mayo pasado.SERHII NUZHNENKO (REUTERS)

La única referencia explícita que hace Ucrania hasta el momento al grano bloqueado tiene que ver con la siembra y recolección. Ucrania ha sembrado el 75% de la tierra que cosechó el pasado año a pesar de los “desafíos sin precedentes” a los que se enfrenta el país desde que fue invadido por Rusia, según dijo este miércoles el primer ministro del país, Denys Shmyhal. En declaraciones que recoge la agencia local Ukrainska Pravda, el primer ministro insistió en que, a pesar de las trabas actuales, el campo se prepara para la próxima cosecha.

El bloqueo del principal puerto del país impide a Ucrania —séptimo exportador mundial de trigo y maíz y cuarto de cebada— cumplir sus compromisos de venta a países desfavorecidos, especialmente africanos, lo que aboca al continente a una crisis alimentaria que angustia a la diplomacia mundial. Ucrania exportó el año pasado 201 millones de toneladas de trigo y su dimensión en el mercado global es mayúscula: los cereales ucranios representan el 11% del mercado mundial, según datos del propio país.

A diferencia de anteriores ocasiones, Lavrov no puso como condición para el desbloqueo del cereal ucranio el levantamiento de las sanciones occidentales contra Rusia, si bien su homólogo turco sí sacó el tema a relucir: “Del mismo modo que vemos legítimo que algunos productos [ucranios] sean exportados [a través del corredor naval], también creemos que es legítimo que se levanten las sanciones contra [Rusia] en algunos productos”. Se refirió explícitamente a los fertilizantes rusos, cuya falta se está empezando a notar en algunas regiones de Latinoamérica.

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