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Rusia toma el control de Zaporiyia, la mayor central nuclear de Europa

La central nuclear de Zaporiyia tras el bombardeo, este viernes.

Las fuerzas rusas se han hecho con el control de la central nuclear de Zaporiyia, la mayor de Europa y localizada en el sureste de Ucrania, según han asegurado las autoridades locales ucranias en el noveno día de la ofensiva militar. Tras una madrugada de fuertes enfrentamientos entre las tropas rusas y las ucranias en la población cercana de Energodar y en la carretera que conduce a la planta de energía nuclear, los bombardeos rusos han provocado un incendio en tres de los cinco pisos de la instalación. Sobre las 5.20 de la mañana de este viernes, los bomberos conseguían apagar el fuego, que no ha provocado víctimas mortales, según el Servicio Estatal de Emergencias de Ucrania.

“Han bombardeado todo lo que han podido”, ha dicho el portavoz de la planta, Andrei Tuz, a la BBC. El argentino Rafael Mariano Grossi, director general del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA), dependiente de la ONU, ha asegurado este viernes que tras el bombardeo no ha habido ninguna fuga de radiación y ningún reactor se ha visto comprometido. “Un proyectil golpeó un edificio dentro de la planta nuclear. Este edificio no forma parte de los reactores”, ha explicado en una rueda de prensa. “Provocó un incendio local que fue extinguido por la brigada de bomberos. Es importante decir que ninguno de los sistemas de seguridad de los seis reactores de la planta están afectados, y no ha habido ninguna fuga de material radiactivo. En este contexto, los sistemas de monitorización de radiación están funcionando correctamente”. Grossi ha informado de que dos empleados del equipo de seguridad de la planta han resultado heridos.

“Estas acciones del presidente Putin amenazan ahora directamente la seguridad de toda Europa”, ha advertido esta madrugada el primer ministro británico, Boris Johnson, en un comunicado emitido después de hablar por teléfono con el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, en el que alertaba de que el ataque ruso a la central nuclear era “muy preocupante”. Zaporiyia cuenta con seis reactores y tiene una potencia de 5.700 megavatios —Almaraz (Cáceres), la mayor de España, tiene 1.100 megavatios—. Tras Francia y Eslovaquia, Ucrania es el país del mundo que más depende de la energía nuclear para cubrir su demanda eléctrica. En 2020, más del 50% de su electricidad provino de los 15 reactores que tiene en diferentes plantas en el país.

En los últimos días, los organismos internacionales ya habían mostrado su preocupación por el riesgo de que se desencadene un accidente nuclear de “catastróficas consecuencias”. El OIEA alertó en un informe reciente del riesgo de que las instalaciones con material radiactivo sufran daños durante el conflicto, con consecuencias “potencialmente graves para la salud humana y el medio ambiente”.

El director general del organismo hizo el domingo un llamamiento “urgente y enérgico a todas las partes para que se abstengan de cualquier acción militar o de otro tipo que pueda amenazar la seguridad de estas instalaciones”. “Es extremadamente importante que las plantas de energía nuclear no se pongan en riesgo de ninguna forma”, dijo Grossi.

La central nuclear de Zaporiyia tras el bombardeo. ENERGOATOM (via REUTERS)

Zelenski ha acusado este viernes al Kremlin de “terrorismo nuclear” y de querer “repetir Chernóbil”, el accidente nuclear más grave de la historia, ocurrido en el norte de Ucrania en 1986. “Alertamos a todos sobre el hecho de que ningún otro país, excepto Rusia, ha disparado contra plantas de energía nuclear”, ha dicho el presidente ucranio en un vídeo publicado en sus redes sociales. Horas más tarde, en otro vídeo, ha apelado directamente a los ciudadanos rusos a que se manifiesten contra Putin. “Ciudadanos de Rusia, me dirijo a vosotros: ¿cómo es posible algo así? Si luchamos juntos en 1986 contra las consecuencias de la catástrofe de Chernóbil”, les ha lanzado. “Si no lo habéis olvidado, entonces no debéis callar. Debéis decírselo a vuestras autoridades, salir a la calle y decir que queréis seguir viviendo”. Zelenski ha subrayado que la radiación no sabe “dónde están las fronteras” entre Rusia y Ucrania.

A raíz del incidente, Zelenski ha mantenido una conversación telefónica con su homólogo de Estados Unidos, Joe Biden. El Gobierno estadounidense ha exigido esta madrugada a Moscú “que cese sus actividades militares en el área”.

Por su parte, el Ministerio de Defensa ruso ha acusado a “saboteadores ucranios” del ataque a la instalación. Rusia defiende que esta zona del país estaba bajo su control desde el 28 de febrero, según un portavoz de Defensa. “Pese a ello, la noche del jueves, un terreno adyacente a la central fue atacado por las fuerzas nacionalistas de Kiev en una monstruosa provocación”, ha dicho el general Igor Konashenkov. Según el relato ruso, las tropas de Putin se limitaron a responder al ataque de “los saboteadores ucranios con fuego intenso de armas ligeras”. Tras este intercambio, y siempre según las fuentes rusas, los ucranios abandonaron el complejo.

Los soldados rusos no están permitiendo a nadie entrar ni salir de las instalaciones, como explica por teléfono a EL PAÍS Alexandra, una técnica que trabaja en la central de Zaporiyia. “El jueves, los responsables de la central nos dijeron que podríamos ir a trabajar con normalidad porque estaba controlada por el ejército ucranio. Entró el turno de la mañana. Y tras 24 horas, todavía siguen allí, no les dejan salir”, cuenta. “Ahora mismo solo puedo pensar en los compañeros que están allí dentro y a los que los rusos han tomado casi como rehenes. También pienso en mi familia constantemente. Estoy muy preocupada. Esto puede ser una catástrofe sin precedentes”, confiesa Alexandra. Ni ella ni su familia han podido huir de la ciudad de Energodar ya que está rodeada. “¿Adónde vamos? No tenemos salida. Y ante una situación así, es mejor quedarse en casa. Al menos, si pasa algo, estamos todos juntos”, informa Margaryta Yakovenko.

Putin ha pedido este viernes a los países vecinos no aumentar las tensiones con más sanciones contra Rusia. “No hay malas intenciones hacia nuestros vecinos. Y también les aconsejaría que no escalen la situación, que no introduzcan ninguna sanción adicional [contra Rusia]. Cumplimos con todas nuestras obligaciones y las seguiremos cumpliendo”, ha dicho el mandatario en declaraciones televisadas en el canal Rossiya 24. “No vemos ninguna necesidad aquí de agravar o empeorar nuestras relaciones. Y todas nuestras acciones siempre surgen exclusivamente en respuesta a acciones hostiles, acciones contra la Federación Rusa”.

La Inspección Estatal de Regulación Nuclear de Ucrania (SNRIU) informó el fin de semana del impacto de misiles en las instalaciones de un centro de residuos radiactivos en Kiev, aunque sin daños en el edificio ni indicios de una liberación tóxica. También fue atacada, según el OIEA, la sede en Kiev de la empresa estatal especializada Radon, lo que obligó a su personal a refugiarse durante la noche del sábado al domingo. “Estas instalaciones suelen contener fuentes radiactivas en desuso y otros desechos de baja actividad de hospitales e industrias”, explica el organismo nuclear de la ONU.

Ya hubo enfrentamientos en la zona de exclusión de Chernóbil al inicio de la invasión. El Gobierno ucranio informó el jueves de la semana pasada de un aumento de los niveles de radiación en la zona, que se atribuyó al paso de vehículos militares pesados que removieron el suelo contaminado. El OIEA aclaró que “las lecturas de radiación permanecieron bajas y no representaron ningún peligro para las personas”. Las instalaciones seguían operando con normalidad el pasado fin de semana.

El OIEA y el Grupo Europeo de Reguladores de Seguridad Nuclear (ENSREG) mantuvieron el domingo una reunión con el regulador ucranio. Tras el encuentro, el ENSREG emitió un comunicado de condena a la invasión rusa y pidió “la máxima moderación, para evitar cualquier acción que pueda poner en riesgo las instalaciones nucleares del país”.

El cerco sobre Mariupol se estrecha

Las tropas rusas continúan su ofensiva en varias de las principales ciudades de Ucrania como Kiev, Járkov (al noreste del país) y Mariupol (sureste), tras nueve días desde el inicio de la invasión. Este último municipio costero aguanta el asedio de las tropas rusas, aunque la inteligencia británica ha asegurado este viernes en un comunicado que el cerco a la ciudad de casi medio millón de habitantes es cada vez más estrecho. “Las principales infraestructuras han sido bombardeadas por las tropas rusas”, ha informado el Ministerio de Defensa del Reino Unido.

Desde el martes, esta valiosa ubicación geoestratégica en el mar de Azov vive sitiada por las tropas de Putin. “No tenemos luz, ni agua, ni calefacción”, alertaba el alcalde de la ciudad, Bodin Boichenko, que llegó a decir que estaban destruyendo a su población. Tras la caída de Jersón, también en el sur de Ucrania, el Kremlin quiere capturar este enclave para crear un corredor desde la península ucrania de Crimea —una zona que Moscú se anexionó ilegalmente en 2014— hasta el Donbás.

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