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¿Sabes quién fue el inventor de la radio?

Cuando se habla del inventor de la radio normalmente aparece el nombre de Marconi, que lo que hizo fue patentar la radio que Nikola Tesla descubrió y además le hizo ganar el nobel al italiano. Desde luego que Tesla fue un grandísimo científico, pero tuvo la mala suerte de quizá no ser demasiado práctico. La historia cuenta con muchos casos como el suyo en diferentes ramas, pero en este caso queremos hacerle justicia y hablar más sobre Nikola Tesla.

El verdadero inventor de la radio fue Nikola Tesla

Se suele decir que Nikola Tesla inventó el siglo XX. A este auténtico genio serbio nacido en 1856 le debemos la radio, las bobinas para el generador eléctrico de corriente alterna, las bujías, el alternador o el control remoto entre otros descubrimientos.

Un hombre excepcional

Desde su niñez tuvo un gran talento matemático que completaba con una memoria fuera de lo común. De él se decía que no necesitaba hacer planos, pues en su cabeza era capaz de retenerlo todo, al igual que solo necesitaba dormir 3 horas diarias.

Estudió ingeniería en Viena y Praga, trabajando en una serie de compañías eléctricas europeas y en 1884 con 28 años se trasladó a Nueva York. Aquí fue donde se disputó con Edison la llamada «Guerra de las Corrientes», defendiendo este último la corriente continua que era el estándar imperante a la hora de iluminar las ciudades. Tesla se inclinaba por la alterna que fue la que se impuso finalmente.

Westinghouse adquirió su patente e instaló un generador en las famosas cataratas del Niagará, que fue la primera centrar hidroeléctrica y desde luego que mejoraron sus números económicos. Eso sí, Tesla, tampoco tuvo aquí suerte, pues renunció a los royalties como forma de agradecimiento a la compañía y acabó arruinándose.

Sus últimos años fueron decadentes

Sus últimos años fueron tristes. Las excentricidades y la oscuridad se hicieron patentes. Solía vivir en hoteles de los que se marchaba cuando era incapaz de poder pagar la cuenta. Una de sus ideas más curiosas fue la de iluminar parte del desierto del Sáhara para que los marcianos pudieran verlo o la construcción de la Torre de Tesla para comprobar su suelo de transmitir energía gratuita por el aire, sin cables aprovechando la conductividad de la ionosfera.

El final de su vida fue en de un hombre que falleció pobre y solo, con la única compañía de las palomas a las que gustaba alimentar. Una auténtica pena, que al menos la historia ha paliado con su reconocimiento actual.


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