Las momias pueden definirse como esos cadáveres embadurnados en vendas que basan su forma en el simbolismo y las creencias religiosas. Una técnica milenaria que ha sido popularmente utilizada por los egipcios para enterrar a sus faraones durante años. Unos reyes enterrados junto a gran parte de sus riquezas, pero hoy no vamos a hablar de sarcófagos ni tumbas encantadas. Esta vez nos referimos a algo mucho más curioso: el polvo de momia.
«Un remedio del más allá»
A lo largo de los siglos, la medicina ha utilizado numerosos remedios curativos, cada uno más curioso que el anterior. Pero parece que hemos encontrado el culmen de esta larga lista con el polvo de momia. Una extraña sustancia que durante mucho tiempo fue considerada como uno de los remedios más utilizados en la reparación de huesos rotos, el dolor de muelas o la cicatrización de heridas. Cabe destacar, que este peculiar tratamiento estuvo muy presente en las sociedades antiguas, sobre todo en el ámbito de la realeza.
El primer caso documentado de este tipo de remedio tuvo lugar en el siglo XII en gran parte de las cortes europeas. Aunque la época en la el polvo de momia se volvió realmente popular fue durante la Edad Media. Finalmente, con la llegada del Renacimiento y el estudio de la medicina, el polvo de momia quedó rechazado para siempre debido a sus escasas propiedades curativas. Fue todo una confusión.
Un error lingüistico
Sí, tal y como lo ves. El uso del polvo de momia con fines curativos se debió única y exclusivamente a un error lingüístico. En la Edad Antigua los persas comerciaban con betún, una sustancia que podría llegar a tener propiedades curativas y que se conocía por el nombre de «Mummia». Esta palabra pasó a los mercaderes orientales que se dieron cuenta que las momias estaban recubiertas por una especie de resina que podría confundirse con el famoso «Mummia» y que basaba sus propiedades en mantener el estado continuo de momificación.
A partir de aquí la bola fue haciéndose cada ves más grande con el paso de los años y finalmente se extendió que el «Mummia» era una sustancia curativa única en las momias egipcias. Los saqueadores de tumbas comenzaron a comercial con este material alegando sus poderes sanadores pero todo quedó en una simple confusión, ya que el polvo de momia acabó utilizándose como un pigmento marrón denominado «color momia».
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