Los continuos desplazamientos violentos y las amenazas de nuevos ataques contra la sitiada Franja de Gaza, durante el conflicto armado entre Israel y Hamás, representan un importante riesgo y una emergencia para la salud pública, dijo este martes un experto de la ONU.
“Todas las partes en el conflicto y sus socios internacionales deben garantizar un acceso rápido y sin obstáculos a suministros humanitarios esenciales, incluidos alimentos, agua y medicinas, combustible y electricidad”, afirmó Tlaleng Mofokeng, relator especial de la ONU sobre el derecho a la salud.
Esto después de que al menos 12 trabajadores de la salud murieran y 24 centros de salud de Gaza se vieran afectados desde la escalada de violencia en la región.
“Los trabajadores humanitarios, los médicos, la sociedad civil, las organizaciones de derechos humanos y los periodistas continúan trabajando en la región mientras ellos mismos están bajo bombardeos”, afirmó el experto.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha documentado más de 111 ataques contra servicios de atención médica en el territorio palestino ocupado, incluidos 48 ataques en la Franja de Gaza que resultaron en la muerte de al menos 12 trabajadores de la salud.
De acuerdo con Tlaleng Mofokeng, la infraestructura médica de Gaza ha sufrido “daños irreparables”, mientras que se ha limitado el acceso a suministros médicos.
Asimismo, el relator dijo que Israel estaba impidiendo la entrada de suministros esenciales a Gaza, incluidos alimentos, agua, combustible, medicinas, artículos y equipos médicos desechables. Por lo tanto, señaló que el sector sanitario de la zona ha llegado a un “punto de ruptura”.
Los ataques de Hamás del pasado 7 de octubre en territorio de israelí causaron al menos 1,400 muertos, mientras que Israel lleva 10 días de bombardear la Franja de Gaza, con un saldo de al menos 3 mil palestinos muertos.
Además, el grupo islamista cuenta con al menos 200 rehenes, mientras que otras milicias palestinas tendrían unos 50 prisioneros.
Ante esto, Israel emitió ordenó a civiles evacuar las zonas de conflicto y desplazarse hacia el sur. Sin embargo, dicho llamamiento ha sido señalado por organizaciones de ser contrario al derecho internacional humanitario y poner en riesgo a las personas.
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