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Sánchez promete donar 30 millones de vacunas y defiende el multilateralismo en un ambiente de tensión internacional en la ONU

El volcán en erupción en La Palma ha forzado a Pedro Sánchez a limitar al mínimo su visita a Nueva York en la Asamblea General de la ONU, pero el presidente ha mantenido la línea de discurso que tenía pensada. En una cumbre especialmente tensa, dominada por la rivalidad entre EEUU y China —”no queremos una nueva guerra fría”, llegó a decir Joe Biden— y sobre todo por la crisis entre Washington y París por el contrato de los submarinos nucleares australianos que finalmente no construirá Francia sino EE UU, Sánchez se ha concentrado en las pocas horas que ha pasado en Nueva York en buscar un papel de mediación y de defensa cerrada del multilateralismo en un momento en el que varios países apuestan por encerrarse en el nacionalismo.

Pedro Sánchez

Como muestra de esta voluntad de España de mantener vivo este espíritu global, Sánchez ha anunciado durante su discurso ante la Asamblea General que España donará un total de 30 millones de vacunas a países que las necesitan. En especial a América Latina, un continente en el que España tiene grandes vínculos históricos, políticos y económicos y donde quiere conservar su influencia. Sánchez asegura que ya ha cumplido el compromiso de enviar 7,5 millones de vacunas a América Latina —un esfuerzo importante para España pero de efecto limitado en una zona con 650 millones de habitantes— y ahora doblará esa cantidad con otros 7,5 millones, hasta llegar a 15. El avance de la vacunación en España permite pensar en estas donaciones sin que supongan una polémica interna.

El presidente ha lanzado un discurso de claro corte progresista, en contra de la desigualdad e incluso reivindicando el pacto para establecer en todo el mundo un impuesto mínimo del 15% a todas las empresas, algo que precisamente ahora está negociando en España con Unidas Podemos: “Deseamos luchar contra la pobreza y la exclusión en todas sus formas, en España y en el mundo, reformando nuestro modelo de desarrollo a fin de hacerlo más sostenible. Por eso celebramos el acuerdo histórico en materia de tributación internacional alcanzado a primeros de julio. Y hago desde aquí un llamamiento a todos los países para unirse al acuerdo y hacer posible cuanto antes su implementación”, ha asegurado.

Incluso ha apelado en su discurso en la ONU a su trayectoria personal, con su abuelo como referente. “Mi vocación política nace con una enseñanza de mi abuelo que nunca olvido, especialmente valiosa en estos tiempos: que la desigualdad solo crea pobreza a largo plazo, y que lo que es justo para todos termina siendo siempre beneficioso para todos”.

Sánchez, durante su discurso ante la ONU. EDUARDO MUNOZ / AFP

Sánchez ha hecho un análisis muy duro de la desigualdad que deja la pandemia. “Lo cierto es que, a pesar de las apariencias, el virus también respetaba las desigualdades. Las regiones más pobres no tenían infraestructuras sanitarias para contener la enfermedad ni recursos para levantar un escudo social que protegiera a sus ciudadanos de la crisis económica. Son víctimas de un modelo de desarrollo injusto e insostenible, y de las emergencias climáticas y sanitarias que actualmente vivimos. Por eso llamo a defender la existencia de Estados sólidos y con recursos que puedan garantizar el bienestar de la ciudadanía según valores de justicia, progreso e igualdad. Es imprescindible impulsar una recuperación justa que cierre las grandes brechas de desigualdad que tenemos. Llamo a defender la democracia como única alternativa frente a cualquier deriva totalitaria, excluyente e intolerante. Y llamo a defender la cooperación internacional y el multilateralismo como la única vía para dar soluciones reales a los desafíos que afronta el mundo en la actualidad”, ha rematado.

El presidente se ha mostrado en contra de las patentes de las vacunas contra la covid en un momento como este. “Quiero recordar que los derechos sobre las patentes no pueden ser un obstáculo en esta situación de emergencia sanitaria mundial. Por eso, reitero mi propuesta para resolver los cuellos de botella de producción y distribución, incluyendo una posible exención temporal de las patentes de las vacunas y la eliminación de los obstáculos a lo largo de la cadena de valor”, ha insistido.

Sánchez reivindica que España ha sido el primer país de la UE en tener vacunados al 100% de los mayores de 80 años, y se ha convertido en uno de los países que más dona, al menos porcentualmente. “Somos el séptimo país del mundo que más dona vacunas y el tercero de la UE. Esto muestra nuestra solidaridad”, ha asegurado el presidente.

España tiene prevista una donación de 22 millones de vacunas al sistema Covax, que las reparte entre varios países, 15 de ellas para América Latina. Además dará otros 7,5 millones al África subsahariana y los llamados países de la vecindad sur de la UE, con lo que alcanzan los 30 millones. En el futuro es previsible que España aumente aún más sus donaciones. Las necesidades, ha reconocido, son enormes. Mientras los países occidentales están pensando en la tercera dosis, decenas de países del tercer mundo están lejos de implantar la primera.

Defensa del multilateralismo

El corazón del discurso de Sánchez es esa defensa del multilateralismo que se ha convertido en un elemento central de la política de su Gobierno, mucho más preocupado por la agenda internacional que los anteriores. Y también de la democracia, en su opinión amenaza por los extremismos. “La Historia nos ha enseñado que ningún país consigue un objetivo trascendental desde la unilateralidad, desde la individualidad, desde la soledad en mitad de un mundo globalizado. El enemigo del multilateralismo es el extremismo; no nos dejemos engañar por aquellos que desde el egoísmo y el individualismo nos quieren hacer creer que las causas colectivas que nos unen son causas que no merecen esfuerzo. Porque la lucha por la democracia no solo nos remite a Afganistán. Afecta a los cinco continentes, y se libra también en los países más desarrollados del mundo. Es una lucha diaria contra quienes quieren imponer la desigualdad, beneficiando a unos pocos; quienes buscan excluir o culpar a las minorías más vulnerables; quienes llaman al odio por razones de origen, sexo o creencia; quienes apelan a muros y fronteras para impedir el avance de las ideas de igualdad y libertad, de fraternidad. Sin duda, la democracia está amenazada”.

Pedro Sánchez y Antonio Guterres, este miércoles en la ONU. Evan Schneider / AP

Mientras Sánchez pronunciaba este discurso a favor del entendimiento, la Asamblea General dejaba claro que la situación real es muy diferente y varios presidentes iban en sentido contrario. El ambiente general es de mucha preocupación. Hasta el punto de que el secretario general de la ONU, el portugués Antonio Guterres, llegó a decir que “el mundo nunca ha estado tan amenazado ni tan dividido” y habló de un “camino hacia el abismo”. La emergencia climática, que Sánchez también mencionó, ayuda a esta sensación.

Además en esta asamblea se ha colado un asunto que también preocupa mucho a España, anfitrión de la cumbre de la OTAN en Madrid en 2022, y es el conflicto entre EE UU y Francia a cuenta de los submarinos nucleares australianos. Sánchez se reunió en Nueva York con Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, para tratar este asunto y aportar una posible posición de mediación y también para salvar la cumbre de Madrid, que puede estar dominada por esta enorme tensión si no se resuelve antes. Francia ha llamado a consultas a su embajador en Washington, una decisión inédita. “Tenemos que abordar desencuentro en estos días a raíz de la forma en que se ha anunciado un nuevo contrato militar por parte de EEUU y Reino unido. Ha trasladado todo mi apoyo al secretario general de la OTAN para recuperar la confianza entre aliados”, aseguró Sánchez.

España evita el tono duro contra Biden de otros países europeos, y trata de buscar una posición intermedia, pero se solidariza con Macron, un aliado clave en la UE. “Defendemos una mayor cohesión internacional y un orden internacional basado en las reglas. Nosotros nos hemos puesto a disposición del secretario general de la OTAN. Ya expresé en la cumbre de Atenas toda la solidaridad del Gobierno de España ante la ruptura de un contrato importante para Francia. Nos ponemos a disposición de la OTAN para resolver el problema”, insistió Sánchez.

El presidente y sobre todo su nuevo ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, aprovecharon la visita también para hablar de Marruecos y en el caso del canciller para conversar con su homólogo de este país. Sánchez está deseando resolver definitivamente la crisis y poder viajar al país vecino para organizar una cumbre que quedó pospuesta en 2020. “Se está formando un nuevo Gobierno en Marruecos. Vamos a esperar a que se constituya. Estamos ante una gran oportunidad de restablecer relaciones con Marruecos de manera más solida y con nuevos fundamentos”, aseguró el presidente ante la prensa.

Sánchez también defendió la actuación del Gobierno en la crisis que originó la última escalada con Marruecos, la acogida del líder saharaui Brahim Gali. “Hubo una petición humanitaria para salvar la vida a una persona que estaba a punto de morir. España dio una respuesta humanitaria. El Gobierno de España hizo lo que debía y lo hizo como debía, conforme a la ley”, remató el presidente.

Sánchez apuesta así por pasar página con Marruecos y sobre todo por centrarse en su apuesta por el multilateralismo y ese papel de dirigente socialdemócrata que apoya los grandes organismos internacionales y busca un perfil moderado en política internacional. Y la ONU es el escenario ideal para promover esa imagen, aunque este año de forma muy limitada por el volcán en La Palma.


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