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Sandalias halladas en cueva de murciélagos podrían ser las más antiguas del mundo, según estudio

Sandalias halladas en cueva de murciélagos podrían ser las más antiguas del mundo, según estudio

Unas sandalias enterradas en una cueva de murciélagos del sur de España podrían ser el calzado más antiguo jamás descubierto en Europa, según han declarado esta semana unos científicos, que estiman que podrían tener hasta 6,200 años de antigüedad.

Las cestas, las herramientas y las sandalias halladas en el siglo XIX en un enterramiento de cazadores-recolectores en la Cueva de los Murciélagos, cerca de la ciudad meridional de Granada, son mucho más antiguas de lo que se pensaba, según afirma un equipo que examinó los objetos en un artículo publicado el miércoles en la revista Science Advances.

El estudio utilizó la datación por radiocarbono para datar 76 objetos, entre ellos cestos y 22 sandalias de esparto, una especie de hierba utilizada en artesanía en toda la Península Ibérica y el norte de África durante miles de años.

Los antiguos humanos machacaban la hierba para hacer cordeles con los que trenzaban cestas, bolsas y sandalias. La hierba tenía que secarse entre 20 y 30 días antes de rehidratarse durante 24 horas para hacerla flexible, un proceso complejo y hábil.

Se calcula que unas sandalias similares encontradas en Armenia tienen 5,500 años de antigüedad, mientras que el calzado que llevaba “Ötzi el Hombre de Hielo” -un hombre prehistórico hallado en Italia en 1991- está datado en 5,300 años.

“La calidad y complejidad tecnológica de la cestería nos hace cuestionar las suposiciones simplistas que tenemos sobre las comunidades humanas anteriores a la llegada de la agricultura al sur de Europa”, dijo el líder del estudio, Francisco Martínez Sevilla, en un comunicado de prensa.

Martínez Sevilla, de la Universidad española de Alcalá, añadió que la Cueva de los Murciélagos era un “yacimiento único en Europa para estudiar los materiales orgánicos de las poblaciones prehistóricas”.

Artefactos neolíticos de base orgánica, incluyendo un mazo y sandalias, fueron recuperados en la Cueva de los Murciélagos en Andalucía, sur de España.Universidad de Alcalá / vía Science Advances

Las sandalias no tienen cordones, pero algunas tenían una sola trenza fijada en el centro que podía atarse alrededor del tobillo del usuario. Otras sandalias similares de épocas posteriores encontradas en toda Europa se fabricaban con otros materiales, no sólo con hierba.

“Este conjunto de sandalias representa, por tanto, el más antiguo y amplio ensamblaje de calzado prehistórico, tanto en la Península Ibérica como en Europa, sin parangón en otras latitudes”, señala el estudio.

Mientras que algunas de las sandalias mostraban marcas de haber sido usadas, otras estaban sin usar y podrían haber sido fabricadas para los muertos, según el estudio.

La cueva albergó en su día ajuares funerarios de una enorme franja de la historia humana primitiva, algunos posiblemente de 9,500 años de antigüedad.

Un equipo de 20 expertos de distintas disciplinas, entre ellos geólogos e historiadores, trabajó en el proyecto en curso.

La falta de humedad de la cueva y su constante viento refrescante hicieron que los objetos aquí encontrados fueran las herramientas de origen vegetal mejor conservadas del sur de Europa. Las mismas condiciones han propiciado un gran número de importantes hallazgos arqueológicos en Oriente Próximo, sobre todo en cuevas alrededor del Mar Muerto.

Los tesoros de la cueva del murciélago se descubrieron en el siglo XIX, pero el nuevo estudio es el primero que arroja luz sobre su antigüedad e importancia.

En el yacimiento se encontraron fragmentos de cerámica, lascas de sílex y cuarzo, una cabeza de hacha pulida, así como dientes de jabalí ornamentales y brazaletes de piedra, la mayoría de los cuales se exponen ahora en museos de Madrid y Granada. Hasta las primeras pruebas de datación por radiocarbono, en la década de 1970, la datación de estos objetos seguía suscitando dudas.

Pero los científicos están más entusiasmados con los objetos vegetales perecederos, como las sandalias y los cestos, que rara vez se encuentran en buen estado.

“La cultura material vegetal ofrece una visión única de la vida de las sociedades prehistóricas. La falta de conservación ha hecho que los materiales perecederos no se hayan tenido muy en cuenta hasta ahora en la investigación arqueológica”, afirma el equipo de investigación en el artículo.

Los importantísimos hallazgos casi no sobrevivieron para ser estudiados”.

Los mineros entraron en la Cueva de los Murciélagos en 1857, antes de tropezar con varios cadáveres parcialmente momificados. Gran parte de las herramientas vegetales y los cestos que había junto a ellos fueron quemados y esparcidos por el yacimiento como consecuencia de la explotación minera, mientras que el resto se entregó a los habitantes del cercano pueblo de Albuñol.

Diez años después, el arqueólogo Manuel de Góngora y Martínez visitó la cueva y entrevistó a mineros y aldeanos, conservando muchos objetos para las generaciones futuras. Sin embargo, la ubicación original de las herramientas se perdió para siempre, lo que privó a los arqueólogos de un contexto crucial. Los restos humanos no se recuperaron.

“A pesar de la actividad minera, este conjunto representa una de las colecciones de cestería de cazadores-recolectores más antiguas y mejor conservadas del sur de Euro

Para leer el artículo de NBC News en inglés, haga clic aquí.


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