El ataque perpetrado este viernes contra un cuartel de las Fuerzas Armadas Malienses (FAMA) se ha saldado con 54 muertos, entre ellos un civil, según los últimos datos divulgados esta madrugada por el ministro portavoz del Gobierno, Yaya Sangaré.
Solo diez de los integrantes del cuartel han sobrevivido en el ataque en Indelimane (sureste), cuya autoría se desconoce, aunque responde al modus operandi de los grupos yihadistas, muy presentes en todo el territorio maliense.
Se trata del ataque más sangriento perpetrado por los terroristas este año, exceptuando los enfrentamientos interétnicos que se produjeron el pasado verano en el centro del país.
“La situación está bajo control”, dijo el portavoz, después de que los atacantes se hubieran hecho fuertes en el cuartel y tuvieran la posición durante varias horas, sin mencionar que los atacantes hubieran sufrido bajas ni que haya detenidos entre sus filas.
Indelimane es un cuartel de las FAMA en un sector rural y desértico a cien kilómetros al norte de Ménaka, que ayer, poco después del mediodía, fue atacada por sorpresa desde tres frentes distintos.
Los agresores, equipados con lanzagranadas, RPG7 y fusiles kalashnikov, llegaron a bordo de motos y camionetas, lanzaron un ataque fulminante durante media hora de fuego nutrido y se hicieron completamente con el control del cuartel.
Los soldados supervivientes pidieron refuerzos de otros cuarteles de localidades vecinas, pero éstos tardaron varias horas en llegar hasta Indelimane y retomar la posición, al parecer después de que los terroristas hubieran huido.
Al llegar los refuerzos, ya por la noche, encontraron el campamento devastado y reducido a cenizas, mientras que los agresores habían huido hacia el sur, probablemente hacia la frontera con Níger o Burkina Faso, llevándose consigo importantes cantidades de armas, vehículos y pertrechos del cuartel.
Según explicaron fuentes policiales a Efe, en esta ocasión el Movimiento de Salvación del Azawad, uno de los grupos armados tuaregs, prestó asistencia a los soldados heridos y huidos del campo, y ayudó a las FAMA a retomar el control del lugar.
El pasado 2 de octubre, otro ataque contra el cuartel de Mondoro, en la misma región sureña colindante con Burkina Faso, se saldó con 25 militares muertos y decenas de desaparecidos, pero al menos en aquella ocasión las FAMA ofrecieron resistencia y hubo intensos combates que dejaron 15 terroristas muertos.
Aquel ataque fue atribuido a Ansarul Islam, uno de los grupos yihadistas activos en la región y que tienen en jaque al ejército, pero también a los cascos azules de la Minusma, convertida en la fuerza de paz con más bajas de las que tiene desplegadas la ONU en todo el mundo.
Mali se ha convertido en uno el foco más activos del yihadismo en el Sahel y aunque no tiene el nivel de desgobierno de Libia, sus autoridades no consiguen imponer el control sobre el territorio ni evitar que prácticamente cada semana los grupos terroristas golpeen de una u otra forma.