El canciller alemán, Olaf Scholz, ha abogado este jueves por la construcción de un gasoducto que una Portugal y España con Europa Central a través de Francia, un elemento que, en su opinión, sería fundamental en el contexto de la crisis energética europea tras la guerra de Ucrania. “He propuesto que ese proyecto se aborde con mis homólogos españoles y portugueses, pero también en conversaciones con el presidente francés, Emmanuel Macron, y con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula van der Leyen”, ha dicho el jefe de Gobierno alemán en su primera rueda de prensa de verano como canciller, una cita tradicional implantada por su antecesora, Angela Merkel.
Esta infraestructura contribuiría “de forma masiva” a aliviar los problemas de suministro, dijo el canciller, que dirige la mayor economía europea desde diciembre y que ha tenido que adoptar duras medidas para hacer frente a la crisis energética surgida a raíz de la invasión rusa de Ucrania. .
España, que tiene la mayor capacidad de regasificación de toda Europa, ya ofreció en la negociación sobre los recortes energéticos aumentar las interconexiones con el continente. “La integración de las políticas energéticas europeas tiene grandes ventajas para todos”, señaló este jueves una portavoz del Ministerio de Transición Ecológica. “Valoramos positivamente el mensaje del canciller”, añadió. “Es capital que las interconexiones no queden como un asunto bilateral. Una mayor implicación de la Comisión y del Consejo ayudarán a agilizar las inversiones”, agregan en el departamento que encabeza la vicepresidenta Teresa Ribera.
España tiene ahora una única conexión con Francia: el doble gasoducto denominado VIP Pirineos, que transcurre bajo la parte occidental de esa cordillera. Esto hace que, frente a una capacidad para regasificar 60.000 millones de metros cúbicos al año, solo puedan enviarse unos 7.000 millones de metros cúbicos. El segundo proyecto, el Midcat, que transcurre por Cataluña y debía doblar la capacidad de envío, quedó paralizado en su día por considerarse inviable. La guerra de Ucrania, sin embargo, cambió esa percepción y el proyecto ha revivido. Para los 226 kilómetros de tubo que quedan por poner, Enagás, el gestor del sistema gasista español, consagró el pasado julio una inversión de 370 millones. El plazo de ejecución se estimó en su día en unos dos años antes de estar operativo.
Pero esa no es la única inversión que contempla Enagás. Su plan también destinó 1.980 millones a un gasoducto entre Livorno (Italia) y Barcelona. Este tubo, de unos 700 kilómetros, también debería permitir el transporte de hidrógeno. Al ser submarino se estima que podría completarse más rápido: en un periodo de entre uno y dos años. La tercera conexión internacional que defiende el operador gasístico español es una interconexión con Portugal, que se sumaría a las dos ya existentes, con un desembolso de unos 110 millones. Scholz, que ha dado pocos detalles sobre sus planes, no ha dejado claro si estos contemplarían el aprovechamiento de alguna de estas infraestructuras. Lo que está claro es que, en la actual situación, la exportación de gas desde la península Ibérica se ve condicionada por un cuello de botella. Un argumento, el de la insularidad energética, que esgrimió el Gobierno para rebajar el esfuerzo que Bruselas exigía en los planes de ahorro.
Desde que el presidente Vladímir Putin invadió Ucrania el pasado 24 de febrero, la preocupación por la seguridad energética se ha agravado en toda Europa, una cuestión especialmente urgente en Alemania, que depende en gran medida del gas ruso.
Únete para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete
Berlín, preocupado por la falta de gas este invierno, ya ha tomado diversas medidas para diversificar sus fuentes de suministro de gas. “Un gasoducto de estas características resolvería de manera masiva los problemas actuales”, dijo el canciller.
Scholz, que lidera un tripartito entre socialdemócratas, verdes y liberales, dijo que la existencia de conexiones con el norte de África ayudaría a diversificar el suministro y eludir la dependencia europea del gas ruso.
Además de la mención al gasoducto que una la península Ibérica con el resto de Europa, la guerra en Ucrania ha centrado buena parte de la intervención del jefe de Gobierno alemán. Scholz calificó la agresión rusa a Ucrania como el mayor reto al que se enfrentan Alemania y el mundo y prometió más apoyo a Kiev, aunque no dio detalles sobre las futuras entregas de armas. El canciller dijo que cualquier acuerdo de paz futuro entre Kiev y Moscú debería satisfacer las demandas ucranias.
Más información
Frente a las críticas recibidas por su falta de arrojo en el apoyo al país atacado, el socialdemócrata enfatizó que Alemania ha roto con la tradición de no suministrar armas a zonas de conflicto para suministrarlas a Ucrania. Las acciones de Moscú abrazan una concepción política de apropiación territorial agresiva propia de otros siglos, dijo Scholz.
“El presidente ruso es responsable de esta guerra”, abundó antes de insistir en la necesidad de investigar los crímenes cometidos en Ucrania, si bien declinó concretar si Putin debería responder personalmente por estas acciones. “Solo puede haber un final de la guerra con el consentimiento de Ucrania” subrayó Scholz. “Solo el presidente ucraniano, el Parlamento y el pueblo deben decidir en última instancia en qué términos podría resolverse el conflicto. Una paz dictatorial por parte de Rusia está fuera de lugar”, aseguró.
El canciller constató de nuevo que la guerra ha desencadenado una crisis energética y un aumento de los precios que plantearán desafíos considerables en los próximos meses, pero se mostró confiado en que Alemania podrá superar con garantías el invierno y prometió que su Gobierno no dejará que los ciudadanos pasen frío o se vean en la situación de no poder pagar la factura de la calefacción y la luz.
“El Gobierno hará todo lo posible para ayudar, en particular, a las personas con ingresos bajos o medios a superar este momento difícil”, dijo, y recordó las medidas que el Gobierno de coalición con los verdes y liberales ya ha adoptado para aliviar las dificultades financieras de parte de la población y para asegurar el suministro de energía alternativa al petróleo, carbón y gas rusos. Scholz prometió nuevas medidas, incluidas desgravaciones fiscales, para ayudar a los hogares a hacer frente a la subida de los precios de la energía.
Preguntado si teme que la frustración por la inflación y sus consecuencias económicas desemboque en protestas sociales violentas, Scholz respondió: “No creo que haya disturbios en este país”.
El país trata de conciliar la reducción de la dependencia de la energía rusa con los planes a largo plazo para eliminar la energía nuclear y el uso de combustibles fósiles. Pero dada la situación y la necesidad de disminuir la aportación energética de Rusia, el Gobierno alemán dio luz verde a las empresas de servicios públicos para que reactiven las centrales de petróleo y carbón cerradas para luchar contra el cambio climático. Además, Scholz explicó que el Ejecutivo está considerando la posibilidad de ampliar la vida útil de las tres plantas nucleares aún abiertas en el país más allá de finales de año, incluso mientras se avanzan los proyectos para aumentar masivamente la generación de energía renovable a corto y medio plazo.
“Lo más importante que podemos hacer para lograr la soberanía (energética) en el futuro y, al mismo tiempo, hacer lo necesario para nuestro futuro económico, es ampliar las energías renovables y proteger el clima”,dijo el canciller, quien admitió que la dependencia de Alemania de la energía rusa ―criticada durante por aliados como Estados Unidos, que también se opuso a la puesta en marcha del gasoducto Nord Stream 2, ahora paralizado― había sido un error, y que el país debería haber diversificado sus suministros antes.
El canciller también tuvo que escuchar durante la conferencia de prensa preguntas incómodas sobre su presunta relación con el escándalo bancario Cum Ex, que arrancó en su etapa como alcalde de Hamburgo (2011-2018). Las autoridades fiscales de la ciudad-Estado renunciaron a exigir la devolución de impuestos por decenas de millones de euros a una entidad bancaria que los había evitado fraudulentamente. El caso se ha avivado después de que se hallara dinero de procedencia desconocida de momento en una caja fuerte de su compañero de partido Johannes Kahrs, que actuó como intermediario entre el entonces alcalde y directos de la entidad financiera. Scholz afirmó que no sabe “nada” de ese dinero.
El canciller afirmó que no se ha demostrado ninguna influencia política en el caso Cum Ex y calificó de “sorprendente” que el debate sobre este tema vuelva a surgir después de años. “Estoy deseando ser interrogado de nuevo por la comisión de investigación de Hamburgo”, dijo con una sonrisa. Su comparecencia en el Parlamento de Hamburgo está prevista para el 19 de agosto.
Cuando la tradicional rueda de prensa de verano tocaba a su fin una hora y media de preguntas, una periodista quiso saber si Scholz echaba de menos a la excanciller Angela Merkel. Scholz se recostó un momento, sonrió y luego dijo: “Me gusta hablar con ella por teléfono, pero también me gusta ser canciller ahora”.
Sigue toda la información internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.
50% de descuento
Suscríbete para seguir leyendo